Escribe: María Dolores Benavente, presidenta de la Academia Nacional de Economía
La reciente partida del Ac. de Honor y Directivo Carlos Steneri nos sumió en una profunda tristeza y movió a la reflexión sobre la vida de una persona dedicada generosamente a su país.
La personalidad, rigor técnico y don de gentes de Steneri lleva a pensar en otra figura clave en la historia económica uruguaya: don Tomás Villalba.
Al igual que Steneri, Villalba sorteó diversas crisis económicas de aquel Uruguay incipiente, fue ministro durante varios gobiernos de diferentes ideas y partidos políticos y mantuvo firmes sus convicciones y principios en todo momento.
Y si al decir del Dr. Ramón Díaz, la década de 1860, puede llamarse la “década Villalba”, entonces, podríamos llamar las “décadas Steneri” a las transcurridas desde 1989 a 2010.
En efecto, entre 1860 y 1868, Villalba se destacó por la reforma monetaria de 1862, la posterior Ley de Bancos y por sus claras y decisivas ideas en materia fiscal, comercial y de manejo de las crisis de deuda del país.
Y Carlos Steneri brilló con sus ideas en temas económicos, publicadas en libros y medios de prensa y fue artífice de varios avances en materia de deuda y gestión de crisis desde 1989 en adelante.
La gran crisis del Siglo XXI – Lecciones uruguayas
Desde 1989 y hasta el año 2010, Carlos Steneri se desempeñó como Representante Financiero de Uruguay en los Estados Unidos. En ese lapso pasó por gobiernos blancos, colorados y del Frente Amplio.
Ya en 1989 actuó como negociador de la deuda externa de Uruguay en el marco del Plan Brady, (1989- 1991). Posteriormente, en 1992, lideró la primera emisión de un bono soberano post Brady en los mercados internacionales.
Más adelante, encabezó las gestiones ante las calificadoras de riesgo, culminadas en 1997 con la obtención del Grado de Inversión.
En ese cargo se encontraba cuando estalló la crisis de 2002. Y fue allí que, junto al resto del equipo de gobierno, diseñó y negoció, una solución innovadora y propia para la salida de la misma, culminada con un préstamo puente de US$ 1.500 millones por parte del Tesoro de los Estados Unidos. No es menor recordar que para lograrlo, tuvo que luchar -nada menos- que con la oposición del Fondo Monetario Internacional.
Posteriormente, en 2003, participó en el plan de refinanciación de la deuda soberana, bajo la modalidad de un Canje Voluntario entre los acreedores y el gobierno. Este plan fue galardonado por Euromoney como la mejor operación de manejo de pasivos de ese año. El mismo, por sus características técnicas, sirvió como antecedente para realizar reestructuras de endeudamiento en otros países, tales como República Dominicana, y formular estrategias para resolver el endeudamiento de países europeos, tales como Grecia.
Entre 2005 y 2010, con el cambio de partido de gobierno, permaneció como autoridad en materia financiera y así, fue nombrado director de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas del Uruguay. Por su gestión recibió diversas distinciones: “Mejor Desempeño Profesional de América Latina en la Contratación de Financiamiento” – Emerging Market Review/Euromoney, “Mejor Manejo de Deuda Soberana” LatinFinance, “Mejor Emisor de Deuda Soberana” Euromoney, “Mejor Estrategia de Manejo de la Deuda” International Financial Review.
Publicaciones
Fue columnista permanente de Economía & Mercado del diario El País, desde 1996.
De sus libros, sin duda, se destaca: “Al borde del abismo, Uruguay y la gran crisis del 2002-2003”. Precisamente en este relata los angustiosos momentos vividos en la etapa de las duras negociaciones mantenidas. No es casualidad que, en el lanzamiento de este libro, en 2011, estuvieran presentes autoridades de todos los partidos políticos.
Al decir de Jorge Batlle ese día: “Steneri es uno de esos ciudadanos que son servidores públicos y que han dedicado su vida y lo mejor de su intelecto y de su calidad, al servicio de la cosa pública. Y eso nutre la sangre más viva de un país”.
La Academia
Carlos Steneri se incorporó a la Academia Nacional de Economía en el año 2012. Integró el Consejo Directivo a partir del 2014 y pasó a ser Académico de Honor en 2023.
Precisamente en ese año, la Academia le realizó un homenaje que contó como oradores a Ignacio de Posadas, Enrique Iglesias y Luis Mosca y de varias autoridades nacionales del momento y de años anteriores. Se destacó la presencia de la Ministro Azucena Arbeleche, quien le entregó la placa recordatoria del homenaje.
Ignacio de Posadas comenzó hablando de su vínculo profesional, que derivó en una profunda amistad y señaló: “Quizá el punto más alto de la carrera de Carlos fue su participación en el salvataje de Uruguay, en la crisis del 2002, con un protagonismo activo, eficiente, silencioso y muy heroico. El país le debe mucho por sus años de trabajo y también por ese episodio en particular”.
Por su parte, Enrique Iglesias destacó su faceta de excelente economista, su presencia heroica, en la negociación de la crisis del 2002, así como en conseguir la refinanciación de la deuda y “andar por el mundo entero tratando de salir de la trampa en que lo ponía el consejo del Fondo Monetario, que quería simplemente imitar un poco lo que pasaba y pasó en la República Argentina (….) Creo, Carlos representa parte de esta generación muy importante de esos años, que fue dándole al país experiencia, apoyo desde el sector privado o desde el sector público, pero muy consciente de que en el fondo había que mantener claras las ideas: tratar de pensar al país en su dimensión y su proyección política, social y económica, para hacer de nuestro país, un gran país”.
Por último, Luis Mosca repasó diversos momentos en los que el protagonismo de Steneri fue clave para Uruguay: el Plan Brady, la obtención del Grado de Inversión, el primer Bono a 30 años, por supuesto, la salida de la crisis del 2002 y la primera emisión de títulos en UI. Señaló también que la reputación que se ha ganado el país, construida durante décadas, ha tenido personas como Carlos Steneri, con una gravitación decisiva, para que eso así fuera.
A lo largo de todos estos años de trabajo y apoyo incondicional se fue forjando una amistad con todo el Consejo Directivo de la Academia, en la que aprendimos a querer y respetar a este gran servidor del país.