Por: Ing. Leonardo Loureiro (*) | @ljloureiro
¿Es posible con la inteligencia artificial cambiar la matriz productiva? Yo creo que sí, pero tenemos que concientizarnos de ello a todos los niveles de las empresas. En mi última columna en Crónicas, “Multipliquemos por tres la competitividad de nuestras empresas” abordé algunas iniciativas en marcha y otras acciones urgentes que debemos emprender. Hoy, algunos de esos temas han avanzado, como la reciente aprobación de la “Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial 2024 – 2030”. Este es un hito significativo, pero debemos ejecutarlo rápidamente si no queremos quedarnos rezagados frente a otros países que ya nos llevan una gran ventaja.
Tenemos que comenzar realmente a incorporar inteligencia artificial en todos los procesos productivos, para ir viendo cómo aprovechar estas tecnologías emergentes, e ir aprendiendo a través de la práctica ya que cada semana, para no decir cada día, hay nuevos lanzamientos de los grandes de la tecnología.
Un día estamos asombrados por lo que lanza IBM que permite con datos sintéticos crear una inteligencia artificial generativa con tus propios documentos, al otro día OpenAI nos sorprende con nuevas versiones que nos asisten en una conversación de audio, para después salir Microsoft con las nuevas versiones de Copliot y sus agentes en Office 365, para que luego veamos a Google con algo inimaginable como NotbookLM para poder consultar hasta 50 fuentes de datos de forma extremadamente sencilla.
Con esto quiero decir que cuanto antes comencemos a incorporar en nuestras organizaciones la inteligencia artificial generativa, antes vamos a poder ir asimilando todos los avances que se vienen cada vez más rápidos.
Hace unas semanas daba una charla en un curso del Cuesta Duarte, donde había representantes de diversas áreas de actividad económica, y compartí un mensaje central: como país, no podemos simplemente adoptar pasivamente lo que llega desde el exterior. Debemos usar estas tecnologías tanto para crear nuevas oportunidades como para optimizar procesos. La inteligencia artificial es una herramienta poderosa para innovar y mejorar nuestra competitividad.
Seguro que con ejemplos el lector se puede hacer una idea de por dónde van mis comentarios. Imaginemos que somos una industria basada en Uruguay que viene realizando su producción desde hace más de 70 años con una muy buena performance y alta calidad, pero la competencia internacional hace que cada vez se necesiten nuevos productos e innovadores cada vez más rápido, esta empresa cuenta con documentación propia de todos estos años, trabaja activamente con las universidades y, por tanto, cuenta con valiosos estudios de investigación. Con todo esto, podría hacer un asistente basado en inteligencia artificial al cual los ingenieros de esta empresa le pueden pedir asesoramiento para crear nuevos productos basados en diferentes preguntas, y con la interacción con la inteligencia artificial, el ingeniero y su equipo pueden analizar nuevos productos para lanzar al mercado. Esto que describo como si fuera un caso hipotético, no lo es, es un caso que me planteó una empresa multinacional en USA.
Ahora, imaginemos que somos una intendencia en Uruguay que busca modernizar sus procesos administrativos para atender mejor las necesidades de los ciudadanos. Enfrenta el desafío de gestionar muchos artículos de su digesto municipal relacionados con permisos de construcción. Cada vez que se hacen consultas de forma tradicional hay que recorrer toda esa información para dar respuesta a un arquitecto, una empresa constructora o un promotor privado de la construcción, normalmente de lunes a viernes en el horario de atención de esa intendencia. Si toda esa información se incorpora en una inteligencia artificial generativa, se podría crear un chat interactivo que permitiría a los arquitectos y empresas consultar sobre diferentes casos de permisos de construcción, de forma más rápida, todos los días de la semana, las 24 horas. Esto tampoco es un caso hipotético, lo más interesante es que ya está implementado por la Intendencia Municipal de Montevideo, con el apoyo de Microsoft y Quanam.
Hay varios ejemplos hoy en el Uruguay, pero son muy pocos, tenemos que comenzar a escuchar cada vez más sobre casos reales, que muestren el impacto positivo que ocasionan, con indicadores claros, para con ello entusiasmar a diferentes organizaciones para que vayan incorporando estas tecnologías.
Vuelvo a cerrar mi columna invitándolos a actuar con determinación y visión, de apostar por la innovación y la colaboración para asegurar que Uruguay no solo siga siendo competitivo, sino que se convierta en un referente regional en el uso estratégico de la inteligencia artificial tanto a nivel privado como público. La oportunidad está a nuestro alcance y depende de nosotros aprovecharla al máximo.
(*) CEO de Quanam USA.