El cierre de Yazaki fue una “sorpresa” y responde a un problema “transversal” de competitividad empresarial

Gabriel Murara, vicepresidente de la Cámara de Industrias del Uruguay

La multinacional japonesa Yazaki cerró sus plantas el 30 de enero en Uruguay. El vicepresidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Gabriel Murara, conversó con CRÓNICAS sobre ello. Enfatizó que el problema radica en los altos costos de producción y “las constantes paradas sindicales”, que afectan a todo el sector industrial uruguayo. Para hacerle frente a esta situación, la CIU presentó 98 propuestas y está estableciendo el diálogo con la futura administración para desarrollar una “política industrial” que supere el quinquenio.

El primer mes del año finalizó con el cierre de Yazaki, debido a “altos costos de producción de la operación de Uruguay” y a las “constantes paradas de producción dispuestas por el sindicato”, según informó en un comunicado la empresa de autopartes japonesa. Luego, el martes de esta semana se dio una reunión tripartita entre representantes de Yazaki Uruguay, la Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos y Ramas Afines y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Allí se firmó un acuerdo donde los representantes de la empresa japonesa dijeron que los conflictos laborales no fueron motivo del cierre, al contrario de lo que habían manifestado el 30 de enero, y acordaron mejorar las liquidaciones de los créditos laborales otorgando “un bono equivalente a tres salarios por encima de la indemnización legal”. 

En este contexto, Murara evaluó de forma “muy negativa” la situación que llevó al cierre de la empresa y expresó que la CIU hace mucho tiempo viene advirtiendo sobre el problema de competitividad, el cual “se ha casi convertido en un tema estructural”.

Sin embargo, agregó que “lo de Yazaki fue una sorpresa para todos. Sabíamos que tenía problemas como todas las empresas, pero no la teníamos en el radar para cerrar”. Además, comprendiendo que con la ida de la autopartista nipona de Colonia y Las Piedras se perdieron más de 1.200 empleos, señaló que “es una noticia muy triste para todo el país, y primero que nada para las personas que trabajan ahí”. En esta línea, mencionó que, aunque no tienen números exactos, desde la cámara suponen que muchas de ellas eran mujeres jefas de hogar.

Sobre los costos elevados y las paradas sindicales

“Como mensaje para el exterior, para la gente que piensa en invertir, no es bueno porque una empresa que tiene más de 300.000 funcionarios, que está en más de 40 países se retira del país”, remarcó el vicepresidente de CIU. A su vez, mencionó que esta situación exige una “autocrítica para los uruguayos”.

Esta problemática abarca, para Murara, no solo el sector industrial, sino todos los sectores de la producción nacional. Sobre ello, subrayó que en Uruguay “tenemos una productividad menor al 20-25% en comparación con otros países, aun teniendo salarios mucho más altos y creemos estar más capacitados”. Desde su perspectiva, que se alinea con el comunicado emitido por Yazaki, son los altos costos la raíz del “problema de la competitividad y productividad” junto con “las constantes paradas sindicales”.

En cuanto al primer factor mencionado, teniendo en cuenta que las plantas de Yazaki se trasladarán a Paraguay y Argentina, el vicepresidente de la cámara enfatizó que los costos de los combustibles y la electricidad son ampliamente más elevados en nuestro país que en estos, e incluso que en Brasil. Además, Uruguay presenta un tipo de cambio menos favorable, especialmente en comparación con Brasil.

Con respecto al segundo factor, hizo hincapié en que nuestro país se destaca por “la protección laboral” por sobre muchos países, teniendo “cerca de 200 convenios con la OIT (Organización Internacional del Trabajo)”. Asimismo, apuntó que Uruguay “tiene el salario mínimo y el salario per cápita más alto de América Latina” luego de Costa Rica. No obstante, cuando esto, combinado con las prácticas sindicales, no se equilibra con la eficiencia productiva, afecta a las inversiones y a la economía uruguaya, elevando los costos de las empresas.

“Lo único que puede ir contra este tema competitivo que tenemos en Uruguay que afecta a las empresas, es mejorar la productividad. Pero la perdemos por este tipo de cambios, por costos energéticos altos, permisos costosos y burocracias”, remarcó.

Una problemática que va más allá de Yazaki

La CIU está al tanto de otras empresas que enfrentan problemas similares a los que llevaron al cierre de la multinacional japonesa, específicamente las industriales que dependen principalmente de los costos internos de producción. De todas formas, Murara aclaró que esto no significa que tengan certeza de que alguna de ellas vaya a cerrar o no, pero sí es una cuestión que debe ser abordada para que no sigan ocurriendo estos cierres abruptos.

“El problema de competitividad es un problema transversal que tienen en general las empresas, y cuanto más valor agregado, más problemas tienen. Para abordarlo necesitamos capacitación, educación y preparación”, reafirmó.

El vicepresidente de la CIU calificó como fundamental la inversión en capacitación y tecnificación de la mano de obra en pos de aumentar el valor agregado. El contexto económico está optando por llevar a las empresas a enfocarse en productos primarios que poseen menor valor agregado, y si bien a corto plazo es una solución, ya que se ven menos afectadas por el tipo de cambio, es insostenible y perjudicial a largo plazo, ya que limita el desarrollo industrial y tecnológico del país.

Expectativas y diálogos con la próxima administración

Desde la CIU ya presentaron “un programa con muchas medidas que supere las administraciones quinquenales”, siendo estas específicamente 98, abordando distintas aristas como la educación, la legislación laboral, la regla fiscal, entre otras, en mayo, a los precandidatos de las elecciones internas que se llevaron a cabo el 30 de junio de 2024.

Agregó que tienen la expectativa de que se “corrija lo que viene pasando durante los últimos tres gobiernos” y apuntó que, desde las diversas administraciones, “se ancla el tipo de cambio para bajar la inflación y suben las tasas de interés”. Desde su perspectiva, además, se debería poner el foco en la baja del déficit fiscal que “hace años se encuentra entre el 3 y 5%” y disminuirlo ayudaría mucho a la competitividad.

“Estamos trabajando y empezando a tener reuniones con la ministra de Industria y con otros actores del gobierno para tratar de llegar a una política industrial que no sea para estos próximos cuatro o cinco años, sino que supere el gobierno, que sea una política de Estado, pensando en la inversión y en el empleo, fundamentalmente”, añadió Murara.

De todas formas, dijo que los intercambios con las futuras autoridades aún no han abordado “nada muy profundo” y reiteró su compromiso en el trabajo en conjunto con el gobierno para crear políticas a largo plazo que enfrenten los desafíos de la competitividad, evitando más cierres y fomentando la inversión en el país.

Posible repercusión del cambio de gobierno en el cierre de Yazaki

Murara expresó que personalmente no le llama la atención que una empresa como Yazaki cierre sus plantas en Uruguay justo antes de la entrada de un nuevo gobierno, con una tendencia política distinta. No obstante, remarcó que lo que ocurra a futuro dependerá de “cómo se tramitarán las cosas”.

Agregó que “ya hemos estado con gobiernos del Frente Amplio durante 15 años”, que instauraron muchas regulaciones laborales que, según su opinión, generaron dificultades en las empresas en términos de costos y productividad.

A título propio y enfatizando que no posee ningún elemento para probarlo, Murara mencionó que a su parecer “los mensajes (del Frente Amplio) que se fueron dando en este último mes y medio sobre asuntos laborales pueden haber precipitado la salida de la empresa”.


Sobre la posible “corrida de empresas”, según Cardona

En el marco del cierre de Yazaki, la futura ministra de Industria, Fernanda Cardona, mencionó que a la nueva administración se le informó sobre “otros posibles despidos en otras industrias”, por lo que indicó el trabajo con “cautela” para que no se dé una “corrida de empresas”. En respuesta a sus dichos, el vicepresidente de la cámara reconoció que muchas industrias se encuentran con dificultades similares.

A pesar de ello, afirmó: “Yo no hablaría de una corrida porque, de alguna manera, se presiona más al sector”. A su vez, calificó como negativa la declaración de Cardona en el sentido de que “las empresas necesitan crédito para funcionar y los bancos también están leyendo y escuchando lo que pasa y se dice al respecto”.