Indicadores adelantados de actividad evidencian un enlentecimiento de la economía para 2025

Arrastre estadístico para 2025 “apuntaba a ser más contundente pero perdió fuerza en la segunda mitad del año”

Aunque la mayoría de los indicadores adelantados de la actividad económica aún se mantienen en terreno positivo, al observar más en detalle se aprecian señales que dan cuenta de una pérdida de dinamismo desde finales de 2024 y a comienzos de 2025. Desde Ceres, se advierte que “la economía no presenta los factores positivos que impulsaron el crecimiento de 2024”, mientras que el Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica señala que el “arrastre estadístico” desde 2024 para 2025 “apuntaba a ser más contundente pero perdió fuerza en la segunda mitad del año”.

La próxima semana, el jueves 20 para ser más precisos, se conocerá el informe de Cuentas Nacionales del Banco Central (BCU), que contendrá los datos de la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) durante el último trimestre del 2024, y con ellos, los datos del conjunto del 2024. Sin embargo, distintos indicadores adelantados de actividad ya dan cuenta de cómo habría sido el desempeño de la economía en el último cuarto del año pasado, y también de cómo parece haber comenzado el 2025.

El Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) que elabora el propio BCU, mostró en el mes de diciembre un crecimiento interanual de 2%. Sin embargo, en términos desestacionalizados (eliminando factores puntuales de la estacionalidad) registró una caída de 2% en comparación con el mes de noviembre y medido en tendencia ciclo (que toma en cuenta la coyuntura y el largo plazo) se mostró estable en igual comparación.

Por su parte, en su último Monitor de Coyuntura, el Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica, hace un análisis de los indicadores directos e indirectos del nivel de actividad de la economía. En relación al IMAE, señala que “mostró un muy pequeño crecimiento entre el tercer y el cuarto trimestres (0,2%), uno de 3,6% entre los cuartos trimestres de 2023 y 2024 y uno de 3,0% entre los promedios anuales respectivos”.

El informe también destaca que el IMAE muestra el “arrastre estadístico” desde 2024 para 2025, de 1,0%, que en condiciones normales es el “piso” de crecimiento del segundo año. El Observatorio valora que ese arrastre “apuntaba a ser más contundente pero que perdió fuerza en la segunda mitad del año”.

Sin factores positivos

Por otra parte, el Índice Líder Ceres (ILC) creció 0,1% en febrero, lo que constituyó la séptima tasa positiva consecutiva, según destacó el informe mensual del Centro de Estudios para la Realidad Económica y Social (Ceres). “El buen desempeño de la temporada turística y un mayor consumo privado contribuyen al impulso de crecimiento para 2025, con expectativas que proyectan un aumento del producto de 2,5%”, fundamenta el documento.

Sin embargo, Ceres advierte que “la economía no presenta los factores positivos que impulsaron el crecimiento de 2024, como el rebote luego del efecto negativo de la sequía y la reducción de la brecha de precios con Argentina, que contribuyeron a que la economía crezca por encima del 3%”.

Asimismo, el índice de difusión del ILC, que establece la proporción de los componentes del indicador que crecieron en el mes, se ubicó en febrero en el 40%, lo que refleja que menos de la mitad de las variables tuvo un desempeño positivo.

El informe de Ceres también enumera una serie de “indicadores sectoriales” que dan cuenta de la evolución de la economía en el arranque del año.

En primer lugar, las exportaciones de bienes disminuyeron 5% en términos interanuales en febrero (ver página 14), con una fuerte incidencia negativa de la celulosa sobre el total exportado. Por otra parte, la producción industrial bajó en diciembre respecto al mes previo, pero fue mayor a un año atrás. La recaudación por IVA en términos reales se mantuvo estable en enero frente a diciembre. El consumo de energía eléctrica en el sector residencial creció, pero cayó en el industrial en enero. Los créditos otorgados a las familias y a empresas aumentaron en enero frente a diciembre. Las ventas de gasoil y de nafta en enero se mantuvieron en el mismo nivel que el último mes de 2024, mientras que el movimiento de ómnibus en Tres Cruces se mantuvo estable en febrero contra enero y la venta de boletos en Montevideo y zona metropolitana creció en enero comparado con el mes previo.

Positivo y negativo

El Observatorio de la Coyuntura Económica también se refiere a los numerosos indicadores “de avance” de la actividad económica, destacando la prevalencia de resultados positivos en la mayoría de ellos desde hace varios trimestres. “Se observan datos positivos en todos los indicadores de comercio exterior, así como en los de la recaudación de impuestos, que viene acelerándose. También son positivos la ocupación y el ingreso de los hogares, pero aparece, en rojo, la cantidad de beneficiarios del seguro de desempleo, que subió sobre fin de año”, describe el informe. Por su parte, también remarca que en las industrias el conjunto crece, pero el núcleo se encuentra estancado. Crecen las ventas de autos nuevos, se mantienen neutras las expectativas de los industriales y positiva (pero con datos a agosto) la confianza de los consumidores. Por último, muestra caídas el turismo emisivo y receptivo.


Desaceleración en 2025

Las últimas expectativas de los analistas relevadas en la encuesta del BCU (correspondientes al mes de febrero) apuntan a que el PIB de Uruguay habría cerrado el 2024 con un crecimiento del orden del 3,2%, según la mediana del sondeo. Las 25 respuestas brindadas a la encuesta oscilaron entre un mínimo esperado de 3% y un máximo de 3,5%.

Para este año, se espera una desaceleración de la economía, que crecería un 2,5% respecto al año pasado. Las proyecciones van desde un piso esperado de 2% a un techo de 3,3%.