Por: Dr. Pablo Anzalone (*) | @PabloAnzalone
En el campo de la salud y protección social se abren muchos desafíos y oportunidades en el próximo período. Algunos aspectos son urgentes, como garantizar el acceso a la atención y la medicación en todo el país, reducir las listas de espera, incorporar al PIAS varias prestaciones frecuentes y necesarias. Otros refieren a mejorar los controles para abatir el lucro, reducir los riesgos de corrupción con investigación y fiscalización adecuadas por parte de la autoridad sanitaria. También revertir las desigualdades que ahondaron los servicios VIP. En ese contexto, aumentar la participación, el involucramiento de la sociedad en la construcción de su salud, es uno de los ejes principales.
En este campo importa destacar el rol del Frente Social de la Salud como articulación entre los sindicatos de trabajadores (FUS y FFSP), Onajpu y los distintos movimientos de usuarios (Mnuspp, EPUS, UUSU, OUSO) a los que se sumó la Red de Municipios y Comunidades Saludables (Red MCS) y la Asociación de Licenciadas en Enfermería. Se creó en 2017 elaborando un programa de profundización del SNIS y una referencia de unidad en lo social. En 2024 actualizó las 30 medidas acordadas en 2017 y las presentó a los presidenciables junto con preguntas referidas a cuestiones críticas: ¿Cómo evitar la segmentación y la desigualdad en la atención a través de servicios VIP? ¿Cómo evitar que las tercerizaciones fragmenten la atención, estimulen el lucro, generen conflictos de intereses y afecten la estabilidad económica de las instituciones? ¿Cómo se va a responder a las necesidades de los hogares con niñas, niños y adolescentes con mayores niveles de pobreza, inseguridad alimentaria y carencias de todo tipo? ¿Cómo encarar los graves déficits de atención y cuidados en la primera infancia? ¿Cómo contribuir a que las escuelas/centros educativos sean promotores de salud de las infancias y las comunidades articulando con los centros de salud? ¿Cómo generar espacios donde adolescentes y jóvenes puedan hacer oír su voz y promover su potencial en salud, educación, desarrollo cultural e integración comunitaria? ¿Cuándo se implementará el Tercer Plan Nacional de Envejecimiento Saludable convocando a las organizaciones sociales e instituciones involucradas?
Las propuestas del Frente Social avanzan en participación, modelo de atención, aspectos económicos y de gestión, políticas de RRHH, complementación de servicios, Red de Efectores Públicos (Rieps), rectoría del MSP y fortalecimiento del SNIS en los territorios. Culminan llamando a un Diálogo Nacional en Salud y proponiendo una nueva convocatoria al Consejo Consultivo para los Cambios como en 2005.
Ahora, en 2025, el Frente Social organizó dos instancias colectivas sobre la participación social en salud, un Seminario sobre Pasado, Presente y Futuros de la Participación Social en los Cursos de Verano de APEX (20 y 27 de febrero) y un Seminario sobre Perspectivas de la Participación Social en Espacio Colabora (7 y 14 de marzo).
Desde una estrategia de APS (Atención Primaria en Salud) y pensando en el eje de la participación, una clave es la alianza entre centros educativos y centros de salud en los barrios, integrando a municipios, actores sociales, comunidades. La formación de promotores juveniles de salud en 2024 de la Red de Jóvenes con Voz mostró un gran potencial de participación de adolescentes. También fue positivo el rol de los adultos referentes de policlínicas, liceos, UTU, centros juveniles, clubes deportivos y otros que acompañamos a los jóvenes en los talleres, encuentros y campamento. No solo por el rol docente en la formación de los jóvenes, sino a través de intercambios fructíferos entre adultos con profesiones y referencias institucionales variadas. También el Grupo de Personas Mayores en zonas rurales de Montevideo tuvo una activa participación en los cursos juveniles en una experiencia intergeneracional de promoción de salud.
Esa articulación entre salud y educación como eje de una coordinación más amplia de las organizaciones comunitarias, permite instancias no formales de educación para la salud, que complementan al sistema educativo y contribuyen a la inserción comunitaria de los centros educativos. En distintos barrios populares esas coordinaciones organizaron los cursos de promotores juveniles resolviendo los problemas operativos de traslados, alimentación, contenidos y metodologías. Desarrollo Social IM, Red MCS, OPS, Programa APEX y Facultad de Psicología de Udelar, algunas áreas de ANEP y de ASSE, Cedel, Intersocial de Bella Unión y un espectro amplio de actores (varios municipios, Anda, empresas de transporte, UAM, etc.) viabilizaron este proceso. La responsabilidad principal fue de los actores locales y esa fortaleza junto con las experiencias previas permite pensar un desarrollo de alianzas entre salud, educación y comunidades. El ejemplo ya histórico del Sacude agregando educación es muy ilustrativo.
En ese mismo sentido, mencionemos la experiencia reciente de Escuelas Promotoras de Salud en Salto. OPS a instancias del MSP realizó una investigación local de la experiencia con un excelente informe de la Dra. Carina Cimmino, presentado públicamente hace pocos días, titulado “Análisis situacional de escuelas de Salto, Uruguay, en un marco de Escuelas Promotoras de Salud (EPS) como base para una estrategia nacional”. Dice Cimmino, citando la Carta de Bangkok (OMS 2005), “cada vez tenemos más pruebas de que los programas eficaces en el ámbito escolar, a los que los alumnos se sienten vinculados, pueden tener una repercusión importante en la mejora de la salud y la disminución de las desigualdades”. Este informe no solo analiza “las posibilidades y limitaciones de la experiencia en Salto , sino también las condiciones y limitaciones que existen a nivel nacional, departamental y municipal para desarrollar esta estrategia”. Desde 2012 hay un Acuerdo de Trabajo entre MSP, CEIP y OPS /OMS para promover la Estrategia de Escuelas Promotoras de Salud. Sin embargo, la estrategia no ha continuado a nivel nacional más allá de experiencias a nivel local interesantes.
Las infancias y adolescencias deben ser un compromiso de toda la sociedad. En Uruguay nacen cada vez menos niños y una parte demasiado grande de niños y adolescentes vive en condiciones de pobreza, inseguridad alimentaria, violencias y privaciones, con altos índices de deserción/expulsión educativa. La creación de espacios de participación adolescente como la Red de Jóvenes con Voz, la formación de promotores escolares o juveniles de salud, la construcción de Redes de Salud por municipio, son herramientas potentes. Vale la pena articular salud, educación y comunidad en cada barrio para ensanchar sus horizontes hacia un modelo Sacude, Salud, Cultura, Deporte y Educación trabajando juntos.
(*) Doctor en Sociología. Lic. en Educación-Diplomado en Políticas Públicas e Innovación. Mag. en Sociología. Director Div. Salud IMM 2005-2015. Colectivo El Taller.