Basso: “Nadie se propone volver al escenario previo a la reforma sanitaria”

Proyecto de ley > PARA QUE USUARIOS PUEDAN ATENDERSE EN CUALQUIER CENTRO DE SALUD ANTE UNA URGENCIA

Presidencia

A 10 años de la implementación del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, resaltó que se ha logrado poner en marcha una reforma sin un extraordinario impacto en el incremento del PIB que Uruguay destina a Salud e indicó que durante el último tiempo los tickets de medicamentos bajaron un 40%. Al mismo tiempo, propuso que la cartera sea una autoridad reguladora de medicinas y comentó que se brindarán retribuciones económicas y profesionales para que más médicos se instalen en zonas rurales.

El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, junto con la subsecretaria de Salud Pública, Cristina Lustemberg, realizó una evaluación de los logros obtenidos por el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) así como también un lanzamiento de los próximos desafíos a enfrentar, en el marco de una actividad organizada por los 10 años de la reforma sanitaria.

El jerarca aseguró que “nadie se plantea volver al escenario previo a la reforma”, donde no se tenía claramente definido cuál era el alcance de las prestaciones que consagraban el derecho a la salud, y había brechas significativas en la atención según la capacidad de pago y cierre de instituciones.

En cambio, se mostró conforme por la superación de realidades que, una década atrás, parecían “imposibles” de sortear y formaban parte de la cotidianeidad. “Hemos logrado instalar una reforma sanitaria en proceso, sin un extraordinario impacto en el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) que el país destina a Salud. Está claramente señalado el rumbo,”, expresó. En la última década, 2.535.598 personas han pasado por este sistema.

En tanto, Lustemberg afirmó que la reforma de salud ayudó a mejorar indicadores de mortalidad infantil y maternal, y que la misma debe ser defendida como un baluarte que garantiza y pone en el centro la construcción de la salud y de las personas.

Basso señaló como los logros de esta reforma la baja del 40% en el precio de los medicamentos, la incorporación de la cirugía laparoscópica y un set de tickets gratuitos para jubilados.

Añadió que se han incorporado más de diez medicamentos de alto precio y que esta es una línea que se debe continuar para responder a la demanda de la población. Además, subrayó que los trabajadores aportan menos dinero desde sus bolsillos y que, por su parte, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) ha ganado usuarios.

Basso informó que en los próximos días se presentará un proyecto de ley para que cualquier persona pueda ser atendida en cualquier centro de salud, ante una urgencia. El mismo prevé un mecanismo de reembolso, con el previo establecimiento de aranceles, entre los prestadores.

Desafíos

No obstante, reconoció que hay puntos para mejorar y que se debe administrar la incorporación de nuevos servicios a la canasta de prestaciones que ofrece el sistema, dándole sostenibilidad económica y viabilidad al conjunto de prestaciones que la integran. “Queremos un mejor sistema, cada vez más nacional e integrado”, enfatizó.

Basso aseveró que se trabajará en convenios de complementación para profundizar el sistema integrado por 43 prestadores de salud y sacar provecho de implementos instalados que están siendo subutilizados. En esta línea, comentó que hasta el momento hay 350 convenios en todo Uruguay.

El Fondo Nacional de Salud (Fonasa) paga por encima de $5.000 a cada institución por la atención de un niño menor de cinco años, y $4.000 por la de una persona mayor de 74 años. Sobre esto, Basso expuso: “Hemos percibido una heterogeneidad en los costos que cada institución presenta ante la Junta Nacional de Salud (Junasa) para la atención del Programa Integral de Atención en Salud (PIAS), y esa heterogeneidad puede deberse a varias razones”, remarcó. Integró, entre ellas, problemas de eficiencia de la gestión de la propia organización o a los niveles estándar de calidad.

La distribución de los recursos humanos de salud en todo el territorio nacional es otra de las preocupaciones de la cartera. En la última década se han recibido cuatro mil médicos, sin embargo, el acceso a especialistas tiene marcadas diferencias entre el Interior y Montevideo. En este sentido, el ministro dijo que se brindará retribuciones económicas y profesionales para estimular la radicación de profesionales en zonas rurales.

La construcción de objetivos sanitarios es otro de los desafíos. El propósito de los mismos es la disminución de desigualdades en el acceso a la salud y la mejora de la calidad de los procesos asistenciales, así como también el tiempo que demandan.

Por otra parte, el Ministerio se propone tener el estatus de ser una autoridad reguladora de medicamentos y acreditar el control de comercialización de los mismos. “Queremos modernizar el Ministerio”, aseguró Basso.

Además, señaló que la historia clínica electrónica es un método para controlar la calidad que se brinda al usuario, por lo que se llevará a cabo un sistema de información que dará cuenta de cómo se administran los recursos. “Esta dimensión está planteada como un enorme desafío para que se esté en el lugar en el que se esté, se permita asegurar que hay un estándar mínimo de control que asegure que los dineros públicos, a través del Fonasa, se vierten al seguro de salud y tienen  la respuesta adecuada”.

Igualmente, dijo que desean que las instituciones junto al MSP trabajen con proactividad para llegar a la población que generalmente no consulta por determinadas patologías a través de programas de promoción de buenas prácticas.