La firma financiera JP Morgan Chase da por sentado que la economía uruguaya logrará recuperarse, debido a la mejora “tangible” de las cuentas fiscales, la reducción de la inflación, y el desarrollo del mercado financiero doméstico. Asimismo, espera que la agencia Moody’s “siga el ejemplo” de S&P y elimine la perspectiva negativa de la deuda uruguaya. No obstante, advierte que los costos financieros en moneda local siguen siendo “demasiado elevados para un país de grado de inversión”.
El informe del gigante financiero JP Morgan Chase está enfocado en la evolución de las economías emergentes, realizando una evaluación general, pero también viendo las particularidades que enfrentan los distintos países.
En el apartado sobre Uruguay, se recuerda que las autoridades locales realizaron un “roadshow” para emitir bonos globales en moneda local (ver recuadro), con el objetivo de “aumentar la apertura financiera de la economía” y en consecuencia reducir los costos financieros en moneda local, los cuales siguen siendo “demasiado elevados para un país de grado de inversión”. “Hemos sostenido en los últimos meses que la mejora cíclica de la actividad, junto con el rendimiento de la moneda han sido de suma importancia para ayudar a las autoridades a evitar nuevos deslizamientos fiscales y conducir la inflación a la meta del banco central después de siete años”, señala el reporte. El banco norteamericano, evalúa que si bien las autoridades se han comprometido con los ajustes fiscales y monetarios, es necesario concretar medidas adicionales para desdolarizar la deuda pública, y de esa forma “alentar la desdolarización del sector privado y el desarrollo del mercado de valores local”.
JP Morgan, interpreta que Uruguay debe desarrollar una curva de rendimiento en moneda local como “condición necesaria para aumentar la eficiencia de la política monetaria, que hasta ahora parece limitada, dada la elevada dolarización local”. Asimismo, en el plano fiscal esta curva permitiría al Gobierno y a las empresas estatales a financiarse en pesos, “minimizando los desajustes monetarios que han obligado a las autoridades a implementar seguros macroprudenciales que resultan onerosos a largo plazo”.
Condiciones claves
En materia de inflación, destaca que se ubicó dentro del rango meta por tercer mes consecutivo luego de estar siete años por encima primero por presiones de la demanda interna, y luego por la apreciación del dólar. En ese sentido, la baja del dólar y la menor demanda interna están incidiendo a la baja sobre la inflación, pero resalta que también están bajando las expectativas del mercado. Esta coyuntura, más el compromiso de las autoridades de mantener una política monetaria contractiva, son “una condición clave para sostener el apetito de los inversionistas en bonos nominales en moneda local”. JP Morgan Chase, redujo su estimación de inflación para 2017 a 7,3%, siete décimas de punto menos que en su proyección anterior (8%). Para 2018, espera un aumento de precios del 7%.
En cuanto al déficit local, el informe de la firma financiera resalta que “la mejora de las cuentas fiscales es tangible”, aunque advierte: “por ahora”. Detalla que el resultado fiscal de abril registró un déficit del 3.4% del PIB, lo que implica una corrección de medio punto respecto al cierre del primer trimestre de 2016, y de cuatro décimas respecto al último trimestre de ese año. “Esperamos que el déficit fiscal global cierre 2017 en el 3,3% del PIB. Esto implica una corrección de 0,5 puntos porcentuales desde el nivel de fin de año de 2016, bajo la creencia de que las autoridades podrán contener demandas de mayor gasto público proveniente de los legisladores del gobierno en la revisión del presupuesto de mitad de año”, explica.
Respecto a la calificación de la deuda uruguaya, el informe destaca que S&P revisó positivamente desde negativa a estable la perspectiva de la misma, debido a la expectativa de un fortalecimiento gradual de la actividad y de consolidación de las cuentas públicas, y proyecta que “Moody’s siga el ejemplo para eliminar la perspectiva negativa”.
Por último, JP Morgan Chase da por sentado que la economía uruguaya se recuperará del estancamiento de los últimos años, debido a los “efectos positivos” del esfuerzo por desarrollar el mercado financiero doméstico, la reducción de la inflación y la consolidación fiscal. Asimismo, destaca que si las negociaciones en curso para que UPM invierta en otra planta de celulosa llegan a buen puerto, el PIB real podría aumentar “en al menos 1% más por año”.
Perspectivas de mercados emergentes mejoran, pero advierten por “riesgos políticos”
“Perspectivas y estrategias de los mercados emergentes a mitad de año”, es el nombre del informe publicado por JP Morgan Chase, donde se destaca que los fuertes flujos de entrada de activos a estos mercados se mantienen estables, aunque están “cambiando su naturaleza”. La firma interpreta que ingresos fijos de los mercados emergentes siguen estando apoyados por fundamentos estables, con una inflación a la baja, recortes en las compras de activos de los bancos centrales de los países desarrollados, y una baja volatilidad.
La firma financiera, corrigió al alza las previsiones de crecimiento para los mercados emergentes, esperando una expansión conjunta de 4,4% tanto para este año como para 2018. De todas formas, advierte que hay una señal de alerta en “la incertidumbre” política” de muchos países.
Destaca que la caída del precio del petróleo está generando una caída en la inflación de los mercados emergentes, lo que sumado a alguna debilidad en la economía, podría facilitar a los bancos centrales adoptar políticas más expansivas.
El informe interpreta que los riesgos para los mercados emergentes “No parecen inminentes”, ya que “los impulsores de las fuertes entradas que soportan los precios de los activos están cambiando su naturaleza, pero no muestran señales de desvanecimiento”. De esta forma, el repunte de los activos de estos países a inicios de este año, tiene su explicación en “el alivio de las preocupaciones del mercado acerca de las iniciativas políticas de la administración Trump después de una campaña que había planteado temores de mayores tasas de interés y proteccionismo”. No obstante, advierte que se debe seguir monitoreando la coyuntura en la segunda mitad de 2017 y en 2018.
Respecto a China, señala que el endurecimiento de las condiciones financieras es poco probable que genere un descarrilamiento en otros mercados emergentes. Por el contrario, este endurecimiento “debería conducir a una moderada desaceleración en el crecimiento del crédito (principalmente a través de la omisión del crédito sombra) y el ablandamiento de las perspectivas de crecimiento para el resto del año”.
Respecto al precio de las materias primas, espera que mantengan su volatilidad, pero sin los impactos que estas fluctuaciones solían tener en el pasado.
El informe contiene un apartado donde se analizan los posibles nubarrones que podrían llegar a raíz de los “riesgos políticos”. “Los riesgos políticos a corto plazo se concentran principalmente en la región de América Latina, mientras que un puñado de elecciones en los países desarrollados puede cambiar el sentimiento de riesgo global”, advierte el informe. JP Morgan Chase, señala que “2017 ha estado marcado por una serie de escándalos políticos en Brasil, Sudáfrica y Corea del Sur”, en tanto que “las elecciones en Argentina, Chile y potencialmente Venezuela este año tienen la posibilidad de alterar el camino y la sostenibilidad de las políticas actuales”. No obstante, fuera de los mercados emergentes, alerta por la relevancia de las elecciones en el Reino Unido, Francia y Alemania, las que “marcarán el tono para la política intraeuropea en el mediano plazo, así como para las negociaciones de Brexit”.
“Si bien el impacto directo de las disruptivas elecciones europeas (parlamento suspendido, la derrota del statu quo) en las economías emergentes probablemente sea limitado, un cambio en el sentimiento de riesgo global afectaría a estos mercados”, advierte.
Pero más allá de eso, el informe muestra cierta cuota de optimismo. “Este riesgo externo para los mercados emergentes es bajo, dado que nuestros economistas europeos esperan que los titulares ganen en sus respectivas elecciones”, sostiene.