Política monetaria apunta a “consolidar” la tendencia decreciente de las expectativas de inflación

Agregado > Dinero en circulación creció por encima de la referencia por mayor actividad

Pese a la reducción de las presiones inflacionarias, el Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central del Uruguay (BCU) resolvió mantener el sesgo contractivo de la política económica y ratificó el rango objetivo de inflación entre 3% y 7%. De acuerdo a las autoridades económicas uruguayas “a nivel regional es donde se pueden identificar riesgos que impacten sobre el funcionamiento de la economía uruguaya”, aunque matizaron que las fortalezas construidas en los últimos años “ya han mostrado su eficacia para mitigar los mismos”.

El Comité de Coordinación Macroeconómica (CCM), integrado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el BCU, se reunió el pasado lunes 10, donde analizó la coyuntura económica internacional y local, al tiempo que ratificó el rango objetivo de inflación entre 3% y 7% para el horizonte de política de dos años, según asegura el comunicado difundido por la autoridad monetaria.

En el panorama internacional, se destaca que la incertidumbre continúa caracterizando los aspectos políticos y económicos, aunque como nota positiva, en lo que va del año se ha observado “una evolución levemente favorable para los países emergentes”. Asimismo, recuerda que en 2016 la actividad económica global se expandió un 3,1% y estima que en 2017 logrará acelerarse levemente hasta el 3,5%.

Los mayores riesgos sobre la economía uruguaya provienen de la región, según evalúan las autoridades económicas, aunque destacan las fortalezas que ha construido el país en ese sentido. “A nivel regional es donde se pueden identificar riesgos que impacten sobre el funcionamiento de la economía uruguaya, si bien la plataforma de estabilidad y la estrategia de diversificación implementada en los últimos años ya han mostrado su eficacia para mitigar los mismos”, sostiene el comunicado.

Adecuándose

En lo que refiere a la economía uruguaya, se interpreta que “parece consolidarse una senda de moderado crecimiento de la economía, acompañado por un equilibrio de la cuenta corriente de la Balanza de Pagos y la continuación de un proceso de adecuación de las cuentas públicas”.

Por su parte, la inflación ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos meses, ubicándose “en el entorno del centro del rango meta establecido por el CCM”. “Si bien en esta coyuntura ha sido cuantitativamente determinante la evolución descendente que ha tenido el crecimiento de precios de los bienes y servicios transables –fruto de la evolución del tipo de cambio y la caída de los precios internacionales relevantes para Uruguay– también es de hacer notar como un hecho cualitativo de especial importancia el ritmo decreciente que vienen experimentando los precios de los bienes y servicios no transables”, subraya el comunicado. Se explica que en ese comportamiento ha incidido la reducción de las expectativas de inflación para diferentes horizontes temporales, lo que se ha transmitido a los mecanismos de formación de precios en la economía uruguaya.

Mucha guita

En cuanto a la evolución de la política monetaria, el informe detalla que la demanda de dinero ha continuado creciendo por encima de lo esperado a raíz de un mayor crecimiento de la actividad respecto al proyectado y de la continuación del cambio de portafolio que se viene verificando en los últimos meses. De esta forma, el agregado monetario M1’ definido como referencia (la suma de emisión de dinero en poder del público, depósitos a la vista y cajas de ahorro del público en el sistema bancario), tuvo un incremento interanual de alrededor del 15%, cuando la referencia de crecimiento fijada en la anterior reunión del Copom de abril establecía un aumento de entre 9% y 11%.

“En un contexto en el que las expectativas inflacionarias de los agentes vienen disminuyendo sistemáticamente, uno de los principales desafíos de la política monetaria consiste en consolidar esta tendencia decreciente, contribuyendo así a quebrar la inercia inflacionaria. En función de este diagnóstico el Banco Central ha decidido mantener el sesgo contractivo de la política, fijando la referencia indicativa de crecimiento de M1’ para el trimestre julio-setiembre en el rango 11%-13%”, señala el comunicado publicado por el BCU. El mismo aclara que ese rango de crecimiento esperado del dinero en circulación es en comparación contra el trimestre julio-setiembre de 2016, que mostró un resultado “inusualmente bajo”.