El presidente del Banco Central del Uruguay aseguró que esta “austeridad” sumada a “un crecimiento más decente” va a ayudar a que se concrete la “adecuación fiscal” propuesta por el gobierno el año pasado. “Es verdad que [en los últimos años de bonanza] pudimos ahorrar más. Sí, claro. Se hubiera podido ahorrar más si el punto de partida no hubiera sido 40% de pobreza, 5% de indigencia y desempleo del 15%”, agregó Bergara.
Por Adolfo Umpiérrez | @AdolfoUmpierrez
Varias son las voces, sobre todo provenientes desde la oposición, que han asegurado que durante el gobierno de José Mujica (2010-2015) el país vivió una etapa de bonanza económica que no fue capitalizada de la mejor manera por el gobierno. Pablo Mieres, senador por el Partido Independiente, dijo en su columna publicada en junio del año pasado en Montevideo Portal “el ajuste fiscal [que había propuesto en ese entonces el gobierno] es hijo exclusivo del despilfarro y derroche de todos estos años. El gobierno se gastó todo y mucho más. Esa es la verdad contundente”.
A este tipo de acusaciones hizo referencia el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara, en los comentarios de la conferencia ofrecida por el economista jefe del Banco Mundial para América Latina, Carlos Végh, titulada “América Latina y el Caribe: desafíos macroeconómicos en el corto y mediano plazo”.
“¿Qué pasó en los momentos de bonanza en Sudamérica? ¿Todos los países derrocharon?”, se preguntó Bergara. “En el caso de Uruguay, en todo este período de bonanza que hemos vivido pasamos de tener una deuda bruta mayor al 100% del PIB a una de menos del 60%, una deuda neta del 75% a una por debajo del 30%, de tener reservas internacionales casi nulas, a casi 30 puntos del PIB en reservas”, detalló y agregó algunos aspectos sociales como los casi 20 puntos de PIB presentes en ahorros previsionales. “También es verdad que pudimos ahorrar más. Sí, claro. Se hubiera podido ahorrar más si el punto de partida no hubiera sido 40% de la población bajo la línea de pobreza, 5% por debajo de la línea de indigencia y desempleo del 15%. Si el punto de partida a todo eso hubiera sido saludable en el terreno social se hubiera podido ahorrar un poco más”, agregó Bergara.
A su vez, Bergara señaló que las cifras en el terreno fiscal generan una preocupación importante en el gobierno y por eso se llegó a la necesidad de la “adecuación” que entró en vigencia en enero de este año. “La palabra ajuste en Uruguay se usa para ajustes drásticos que implican entre cuatro y seis puntos de recorte. En este caso estamos hablando de un punto de adecuación”, sostuvo y agregó: “No creo que sea semántico, pero para los que piensen que es una cuestión semántica, vale igual”.
“La preocupación fiscal está”, remarcó e hizo referencia a la Rendición de Cuentas que fue aprobada el miércoles en Diputados. “Esta Rendición, entiendo yo, es lo más austera que el gobierno podía proponer y da la impresión de que en el tratamiento parlamentario hay un respeto importante a esa restricción”, agregó y aseguró que esto combinado a un crecimiento “más decente” como marcan algunas proyecciones como las del propio Banco Mundial, van a ayudar a esa “adecuación fiscal”.
Estamos acostumbrados
Además, Bergara se refirió a las políticas proteccionistas que están aplicando algunas de las economías más importantes del mundo con sus casos más claros en Estados Unidos y Gran Bretaña.
“Uruguay es experto en enfrentar barreras proteccionistas en países desarrollados, no es ninguna novedad para nosotros que sea difícil venderle a Estados Unidos o a Europa, son los destinos de países que producen lo mismo que producimos nosotros”, dijo y aseguró que Uruguay ha desarrollado una “estrategia clara” de diversificación de mercados y productos que de alguna manera lo pone a un “mejor resguardo de prácticas proteccionistas en los países desarrollados”.
Mejor que sea normal
“El proceso de normalización de la política monetaria hay que verla como positiva”, dijo Bergara en referencia a la inminente suba de las tasas de interés de la Fed para los próximos años. Para Bergara es una buena noticia saber que el proceso de normalización monetaria se haga de manera gradual. “En general eso ha permitido que todo el mundo internalice el proceso de suba de interés. Una tasa de interés del 2,25 en un margen de aquí a tres años no nos puede asustar. Seguimos hablando de tasas de interés históricamente bajas, y por lo tanto este proceso de normalización es saludable por sí mismo, y por ser gradual, y no tiene un horizonte drástico en los próximos dos años”, agregó.
“Los flujos de capitales que tantos desafíos macroeconómicos nos generan, creo que están condicionados esencialmente por las expectativas que los agentes tienen respecto a la fortaleza o debilidad del dólar en los mercados globales y no tanto, ahora, por las subas de las tasas de interés porque ya están internalizadas”, sostuvo.
A su vez, Bergara mostró su preocupación por el nivel de incertidumbre existente en los mercados globales. “La incertidumbre es cada vez más grande, hay indicadores que están en niveles record, sin embargo los mercados financieros están en un momento de absoluta exuberancia. Con las bolsas en números records y una volatilidad bajísima en medio de tanta incertidumbre a uno le corre un poco de frío por la espalda”, sostuvo y agregó: “Hay mucha cosa prendida con alfileres en el mundo”.