La poca presencia de China y Europa en el mercado condiciona la exportación de lana en Uruguay

Mucha oferta, poca demanda

En conversación con CRÓNICAS, el gerente de Central Lanera (CLU), Diego Saavedra, y el presidente de la Sociedad de Criadores Corriedale (SCCU), Mariano Rodríguez, se refirieron a la actualidad de la lana en el país. Saavedra destacó que la exportación de este producto se encuentra condicionada por la situación que viven los principales mercados compradores. Señaló que China aún sigue débil por lo sucedido en la pandemia y Europa se encuentra golpeada por la guerra en Ucrania y sus diferentes consecuencias. 

Por Matias Kapek | @matias_kb

El ingeniero agrónomo Diego Saavedra subrayó que para entender la relación comercial de Uruguay con China hay que tener en cuenta dos categorías de lana. Por un lado, los denominados tops de lana o lana peinada, y por el otro, la lana común, sucia o lavada. En lo que tiene que ver con la primera categoría, “China prácticamente no ha comprado nada desde mayo de 2019”, resaltó. Y en lo que tiene que ver a la lana sucia o lavada, explicó que el país asiático sigue comprando, pero que “lo ha hecho en mucho menor volumen”.

Siendo débil la presencia de China en el mercado, el otro gran comprador con el que se apela a establecer conexiones es Europa. Sin embargo, según analizó Saavedra, el bloque se encuentra golpeado por “un doble impacto”. Por un lado, como al igual que casi todo el mundo, por lo que fue la situación de pandemia, pero por el otro, por la guerra en Ucrania, que trae consigo “la inflación, la suba de la energía eléctrica, de la gasolina, del gas y una baja general de la confianza de los consumidores”, aseveró. 

Ambas situaciones tienen consecuencias palpables. El presidente de la Sociedad de Criadores Corriedale del Uruguay comentó que “hay un stock importante de lana de dos años a esta parte”. Añadió que esto se debe a los bajos precios del mercado. En la misma línea, el gerente general de Central Lanera aclaró que la principal consecuencia de la situación que atraviesan Europa y China es la presencia de “precios muy bajos y una demanda que sigue siendo baja mirada desde términos históricos”. 

Ante los precios bajos y la decisión de muchos productores de conservar su lana, se ha generado un importante stock, que según Rodríguez, se estima posee un volumen por encima de los 30 millones de kilos. Esta realidad contrasta con la importación de lana de la industria uruguaya. “Es difícil de explicarle al productor uruguayo que tiene su producción en los galpones que se está importando lana de Brasil, de Perú, del Sur de Argentina o del Sur de Chile”, resaltó Rodríguez. Al respecto, consideró que se deben tomar medidas. 

Saavedra le quitó importancia al asunto y argumentó que se trata de “una herramienta que tiene la industria, sobre todo la industria topista, para abaratar la mezcla”.  Explicó que la incorporación de esta lana del exterior es lo que permite “ser competitivos en el precio y poder estar accediendo a otros mercados”.  Aclaró que más que afectar a la producción local, en ese caso se la valoriza, porque no comprar lana de afuera significaría condicionar los precios locales a igualarse al nivel de la región.  “La preocupación de los productores uruguayos yo la entendería en la medida en que hubiera precios por debajo de lo que son los de la región”, complementó Saavedra.  

En lo que respecta específicamente a la raza Corriedale, la comercialización de la lana ha sido, en los últimos años, especialmente complicada. Rodríguez puntualizó que por una cuestión de precios hace tres zafras que muchos productores no pueden colocar su lana. La situación se explica por la poca finura de la lana. Según comentó a CRÓNICAS el ingeniero agrónomo Ignacio Abella, integrante del Área de Investigación y Desarrollo del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), “las lanas finas han tenido demanda, colocación y mejores precios, las lanas medias, y ni hablar las gruesas, han tenido precios deprimidos”.

Mejorar la calidad

La raza Corriedale, según el presidente de la Sociedad de Criadores, representa “más o menos el 50 % de la majada nacional”. Aproximadamente un 80% del ingreso por su producción total se debe a su carne. Es por eso que si bien la situación con su lana ha sido “preocupante”, se ha logrado amortiguar con “dos años excelentes en lo que es la carne, con precios muy importantes”, subrayó Rodríguez. 

La raza tiene destacadas capacidades reproductivas y carniceras, pero al no ser su lana especialmente fina encuentra dificultades en las características del mercado actual. Si bien, según destacó Rodríguez, hoy por hoy se encuentran dentro del Corriedale finuras que rondan las 23 o 24 micras, no es la realidad de la mayoría de la raza en Uruguay.

La Sociedad de Criadores hace mucho tiempo viene trabajando en el tema, con búsquedas de “afinar la lana sin perder la genética”, aseguró Rodríguez. Según explicó, se partió de majadas por encima de las 30 micras y hoy por hoy la mayoría ronda entre 26 o 27 micras.  

Al respecto de la finura, se generó una especial polémica durante el mes de octubre, cuando trascendió en algunos medios que la Central Lanera dejaba inscribir lanas superiores a las 21 micras. Saavedra explicó que esto se trata de una cuestión normal, que pasa todos los años. El cierre de inscripciones normalmente se hace en septiembre, aunque este año, por distintas razones, lo extendieron a octubre y dejaron entreabierta la posibilidad para las lanas finas. 

El cierre de inscripciones es un proceso que hace la cooperativa para evitar oportunistas que, dependiendo de la situación del mercado, inscriben su lana a último momento. Saavedra aclaró que la apertura para lanas menores a 21 micras no se trata de ninguna “animosidad en contra de nadie, ni nada que se le parezca”. Aseguró que no tendría ningún sentido que fuera así, ya que “en Uruguay entre un 70% y 80% de la lana es superior a las 21 micras”.


No solo qué, sino también cómo Ignacio Abella, integrante del Área de Investigación y Desarrollo del SUL, explicó que en la actualidad se está avanzando principalmente por exigencia de la demanda hacia la certificación de la lana. “Hay empresas o marcas que quieren saber no solo cómo es la lana, sino también en qué condiciones fue producida”, resaltó. La demanda actual apunta principalmente a la lana fina, bien presentada y ahora también, cada vez más, a una lana certificada. Esta última característica, según detalló el especialista, se enfoca en “el bienestar animal y el cuidado del ambiente”.