Tras una temporada de inundaciones en todo el país, las consecuencias se vieron reflejadas en el sector agroexportador. CRÓNICAS conversó con el presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, que aseguró que, si bien “los años de sequía suelen ser más provechosos para la producción de arroz”, esta fue “la cuarta mejor zafra en nuestra serie histórica”, a pesar de que “algunos productores perdieron hectáreas enteras”, con una pérdida estimada total de US$ 30 millones.
Por Sofía Dri
Hace alrededor de 10.000 años, en la cuenca del Yangtsé, el ser humano comenzó a desarrollar el cultivo de arroz. Ubicado en lo que hoy es el corazón de China, el clima cálido y húmedo era ideal para la actividad, que sigue siendo orgullo del país asiático hasta la actualidad. Milenios después, el ruso Wladimir Köppen trazó un mapamundi con todos los climas de la Tierra, y estableció que la categoría “Cfa”, correspondiente al clima subtropical húmedo, se extendía sobre esa misma cuenca, abarcando el sudeste asiático, pero también la región pampeana, que incluye al Uruguay en su totalidad. No es de extrañar, entonces, que en nuestro país prolifere este cultivo.
Además, como informó a CRÓNICAS el presidente de la ACA, Alfredo Lago, esta planta prospera en condiciones de mucha luz y calor, por lo que los años de sequía, que son un calvario para otras cosechas, suelen impactar positivamente en el cultivo de arroz. Según el ejecutivo, los últimos tres años, mientras La Niña estuvo en pleno accionar, la producción de arroz tuvo “de los mejores años en materia de productividad”.
Las inundaciones
Sin embargo, la primera mitad de este año vio la contracara de este fenómeno, ya que El Niño trajo consigo lluvias, inundaciones y frío, lo cual usualmente significa “una baja en la productividad”. Aun así, el presidente de la gremial señaló que “los productores ya sabíamos que iba a ser un año climáticamente adverso”, y “la investigación e innovación generaron un manejo del cultivo que minimizó el nivel de los daños”, por lo que “esta zafra que estamos terminando de cosechar ahora es la cuarta mejor de nuestra serie histórica”.
Por otra parte, Lago ponderó que “obviamente, hay variabilidad entre los productores”, ya que, dependiendo de la zona en la que se encontraban y otros factores, algunos perdieron más que otros. El presidente comparó la situación en Artigas, como ejemplo, donde las lluvias no fueron tan frecuentes, con la de Treinta y Tres y el norte de Rocha, donde las inundaciones arruinaron varias hectáreas. “Aquellos productores que terminaron más temprano la cosecha evitaron los últimos temporales de mayo, y por lo tanto no tuvieron el mismo impacto que aquellos que continuaban esta tarea cuando había avanzado el mes”, agregó.
Impacto en la economía
A nivel de números, Lago estimó que fueron unas 60.000 toneladas en total que se perdieron durante este proceso. Esto equivale a alrededor de US$ 30 millones, lo cual calificó como “una suma importante” de dinero para el sector.
En lo que respecta a la conformación de precios, expresó que “estos factores climáticos han generado escasez”, por lo tanto, “los altos volúmenes de demanda han repercutido en buenos niveles de precios” para el sector arrocero. “En nuestro caso, que el 95% de la producción es para exportación, es un beneficio, mientras que para los países netamente importadores obviamente es una mala noticia”, razonó.
El entrevistado, además, reflexionó que “la tendencia a mediano y largo plazo es generar muchas oportunidades para Uruguay”, ya que la región que comprende también a Paraguay, Argentina y el sur de Brasil, “tiene la capacidad de seguir aportando a reducir la seguridad alimentaria en el mundo, que en otros lugares es cada vez más difícil de mantener el nivel necesario de producción para el consumo interno que tienen”.
Plan de riego
Para Lago, es importante que se pueda buscar una solución estructural al problema, y consideró que sería beneficioso para el país la implementación de un Plan Nacional de Riego. Este programa no involucraría a su sector directamente porque, como recordó, “nuestro arroz es 100% bajo riego, que lo hemos desarrollado en un siglo de actividad en Uruguay”, pero ayudaría en la minimización de los efectos durante la sequía.
El presidente de la asociación señaló que podrían construirse represas multiprediales que ayudarían a mitigar la situación cuando llueve demasiado, y además captar el agua para que no llegue a las ciudades, donde frecuentemente también se producen inundaciones. Este plan de riego, resumió, permitiría “almacenar cuando sobra y mitigar cuando escasea” el agua. Añadió que “en año de campaña escuchamos a la totalidad de los candidatos hablar del riego, (pero) desconfío de ese compromiso por parte de los actores políticos, porque después encuentro muchas excusas”.
Los problemas viales que afectan al sector
Otro problema estructural que enfrentan los productores en Uruguay, según Lago, es el de la caminería departamental, para la cual “no ha habido acción ninguna de mantenimiento en una serie muy larga de años”.
Contrastó la situación con las rutas nacionales, que “están en construcción y tienen inversiones importantes”, con estos caminos, que “no han tenido la inversión suficiente” y, por lo tanto, “obviamente colapsan en un año como este”.
Además, apuntó que “los intendentes se aprovecharon de la lluvia para reclamar recursos al gobierno nacional, pero no actuaron a tiempo con la obligación de mantener esa caminería previo a la lluvia”.