Pandemia consolidó el arroz uruguayo a nivel mundial

Se recuperará > superficie de siembra

En entrevista con CRÓNICAS, el presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, explicó que la pandemia ayudó a que el producto nacional llegará a más destinos. El hecho de que grandes competidores tuvieran dificultades en sus exportaciones por complicaciones en la logística, hizo que el arroz uruguayo aprovechará la oportunidad y alcanzará cifras récord, después de años de caída. 

-¿Cómo impactó la pandemia en el rubro? 

-Impacto sanitario directo en la cadena productiva en Uruguay no hubo; sí algunos casos puntuales en la industria, pero fue algo menor. 

Hay un impacto en el comercio mundial del arroz… Es un producto muy económico como alimento, un kilo de arroz anda en el entorno de US$ 1 y comen 10 personas;  con 10 centavos de dólar por persona se está generando un alimento diario, que podrá no ser completo, pero alcanza.

Cuando hay una situación de economía debilitada, como la que está pasando el mundo, la gente prioriza la alimentación. Cuando los recursos son muy escasos, como ahora, se terminan adquiriendo alimentos más baratos; esto ha llevado al incremento del consumo del arroz a nivel mundial. 

Por tanto, hay un efecto positivo, en cuanto a que si hay más consumo, vamos a tener mejor flujo de negocios. Esto es directamente una consecuencia económica de la pandemia. 

Después, todo el pedido de quedarse en casa y la cuarentena hizo que mucha población de mejores recursos terminará consumiendo más arroz, porque es un alimento que se elabora en casa, y que en las comidas fuera del hogar no es tan común. 

Por otro lado, las cuarentenas que se impusieron en los diversos países generaron problemas logísticos en los exportadores. Los países asiáticos son grandes productores y exportadores de arroz, pero también consumen mucho el producto; entonces, en los primeros meses del año pasado se limitaron las exportaciones de esos países- por miedo a que faltará producto para sus propias naciones-, debido a la incertidumbre que generó el virus. 

Países como Vietnam -que es importante en el comercio mundial del producto- se retiraron de la oferta y eso hizo que otras naciones que siguieron ofreciendo el producto fueran más solicitadas. 

Toda esta sumatoria de hechos tuvo un impacto en la demanda de arroz, y Uruguay capitalizó esto. Tenemos saldo exportable, porque en ningún momento con nuestro consumo vamos a estar afectando la exportación, dado que solamente un 5% de lo que producimos es lo que se consume internamente. Además, nuestra logística nunca estuvo afectada, entonces pudimos cumplir con todos estos compromisos del exterior. 

Es un hecho que este efecto que dejó la pandemia repercutirá en los próximos meses y ojalá en los próximos años. 

-¿Cómo han sido los rendimientos en la zafra, más allá de los buenos precios? Me refiero a rendimientos por hectárea. 

– La zafra 2019/2020 cerró con 8.500 kilos por hectárea, lo que es un muy buen rendimiento, de los mayores a nivel mundial. Somos los primeros en América, porque superamos a Estados Unidos, y estamos en tercer o cuarto puesto a nivel mundial. 

Los que están por encima de Uruguay en la producción de arroz son países con climas más favorables para el producto. En un clima templado como el de Uruguay, somos por lejos los mejores. 

Estamos ya cosechando la zafra 2020-2021 de la que no tenemos datos sobre cómo va a ser, pero sí se vienen consolidando niveles buenos de rendimiento. Las estimaciones que viene haciendo el sector -tanto la ACA como la propia industria- son de rendimientos muy similares o un poco mejores a los de la siembra pasada. Entendemos que vamos a tener en lo productivo una muy buena zafra.

-Ya hay arroz vendido a Irak de esta nueva producción. ¿Cómo se llegó a esto y cuáles son las expectativas futuras después de haber podido concretar este negocio?

-Uruguay es un tradicional abastecedor de arroz a Medio Oriente; es muy normal que le vendamos a Irak, a Irán, a Turquía, que son destinos importantes de colocación.

El año pasado no se pudo vender arroz a Irak e Irán, entonces nos quedamos un año sin abastecerlos. Y el año anterior  a ese le habíamos vendido menos porque nuestra competencia en la región- Paraguay y Brasil-, habían alcanzado a proveer ese mercado.

En la licitación que lanzó el gobierno de ese país para abastecer el consumo del producto cotizaron los países del Mercosur, de Asia, y Estados Unidos, entre otros. El producto uruguayo era el que cotizaba más alto, pero de igual forma fue el que captó esta primera licitación pública. Entendemos que se logró esto por la calidad y la demanda que hubo en ese destino del producto. 

Por otro lado, siguen haciéndose negocios de esta zafra con la Unión Europea (UE), que es un tradicional cliente. En estos momentos vienen un poco más acelerados los niveles de compra, porque están tratando de asegurarse volumen y conformar la demanda total anual. Perú y México que son destinos tradicionales de nuestro arroz, que también están comprando. 

A estos mercados se le está sumando Brasil, que si bien es un gran consumidor, también es el gran productor de la región. Ha sido un actor importante en la exportación, pero ha tenido ciertos quiebres en la producción interna, lo que ha provocado que tenga que salir a comprar el producto. 

La sumatoria de todo esto hace que haya mejores niveles de colocación. Si uno compara los negocios de esta época con la misma del año pasado, hoy estamos un 20 % por encima en los negocios que se están concretando en valores de arroz elaborado exportado. Hay un muy buen flujo de negocios y seguramente sea un año muy dinámico en ese sentido. 

¿A cuántos mercados llega el arroz uruguayo y cuáles son los principales clientes?

En total son 60 países, pero te diría que el 80 % lo capta Perú, la UE,  México y Brasil. Seguramente este año vaya a ocupar un lugar de relevancia Irak,  porque ya se le vendió el 7% del saldo exportable. 

Durante los primeros once meses del ejercicio 2020/2021 de los molinos arroceros (que cerró en febrero) el precio medio de exportación del arroz industrializado se ubicó en unos US$ 490 por tonelada; eso es, casi 10% por arriba del precio medio del ejercicio anterior ¿Cómo impacta esto después de años de caída?

La zafra comercial del arroz va del 1º de marzo al 28 de febrero, y eso es lo que incide en el precio del productor. Si hacemos ese corte y sacamos enero y febrero del 2020, y tomamos hasta ahora, es un poquito mayor esa diferencia del 10%,  pero en términos comparativos es válido igual. 

Lo primero que se refleja es una mejora en los ingresos del productor. Además, tenemos 6.000 hectáreas más de lo que fue la zafra anterior, y seguramente la siembra de esta primavera será mayor de lo que fue la anterior. 

Había algunas áreas de siembra comprometidas por la falta de agua en las represas. ¿Cuál es la situación luego de las lluvias que se dieron en las últimas semanas? ¿Hay alguna zona comprometida aún en el país?

No llegó a tener una afectación el cultivo. Las estimaciones que hacían los productores era que si no llovía no iba a haber agua para llegar a cubrir el periodo de riego. Esa situación no llegó porque las lluvias llegaron antes.

Las lluvias vinieron muy a tiempo y ningún productor se quedó sin agua. La etapa de riego ya terminó, y muchos terminaron con agua de sobra para la próxima zafra.

De hecho, hubo exceso de lluvias en las primeras semanas de febrero.

¿Los buenos precios pueden hacer que más productores se decidan a cultivar arroz, en detrimento de otro tipo de agricultura? ¿Se visualiza algo en ese sentido?

El sector va a crecer en superficie y volumen total producido porque hubo disminución de área en los años anteriores y los productores tenemos capacidad para recuperar eso. Hay productores que salieron; algunos podrán volver a la producción, pero entendemos que la mayor recuperación de área perdida se dará por los que nos mantuvimos en actividad. 

Está la necesidad de reinvertir en maquinaria, en infraestructura. Para eso es importante generar espacios dentro de la ley de inversiones, y así poder reinvertir en el sector y generar desarrollo. Pero damos por hecho que va a haber un crecimiento del sector.


Las deudas

El sector está pasando por su mejor momento. ¿Cómo está el tema del endeudamiento con el BROU? ¿Se han dado pasos en ese sentido, teniendo en cuenta los buenos números de la cosecha?

Si, efectivamente, desde el año pasado, el BROU habilitó restructuración de la deuda para los productores arroceros, con tasas de interés muy competitivas y plazos acordes a esta recuperación. Hay deudas en la banca privada que son muy pequeñas y que también han tenido capacidad de recuperarse. Y hay gran parte de la deuda que está en la industria -productores que le deben a industrias arroceras-, y ahí también se han ido buscando soluciones para poder reestructurar la deuda. Creo que gran parte del problema que teníamos nosotros del endeudamiento, y del plazo de ese endeudamiento, se ha encaminado básicamente por una buena actitud de BROU en ese sentido. 


Un año de relación

Un año después de haber asumido esta nueva administración de gobierno, ¿cuál es la relación con el ejecutivo? ¿Trajo nuevas soluciones al sector? 

La relación es muy buena. Tenemos una fluidez en la relación que obviamente se ajusta a la necesidad del sector. Con esto no digo que con el gobierno anterior no había interacción; quizás no la había con el nivel, con la profundidad y con el compromiso de buscar soluciones que sí vimos en este gobierno. 

La mejoría del sector descomprimió muchas de las insistencias que con el gobierno, eso también es justo decirlo. En lo financiero se han hecho cosas, y en lo que respecta a la competitividad nos parece que se han tomado medidas que van en esa línea.

Estamos insistiendo en revisar las tarifas de UTE, para poder mejorar la valoración de la propia tarifa, quizás no con la velocidad que quisiéramos, pero estamos encaminados. En el tema de los combustibles, seguimos insistiendo en la libre importación, algo que todavía no se ha logrado.