El fenómeno de La Niña abandona la región, queda ahora, a los productores, intentar reacomodarse para los meses de frío que no están lejos. El Instituto Plan Agropecuario (IPA) elaboró un informe sobre la situación agropecuaria a nivel país en los meses que van del 15 de febrero y el 15 de abril. En dicho período se constató un déficit de precipitaciones; durante el verano la falta de agua se agudizó en el norte del país y varias zonas del sur, centro y este. Esto hace presumir que los índices de preñez serán bajos.
Dicho informe señala que durante el período comprendido entre el 15 de febrero y el 15 de abril de 2018, el nivel de precipitaciones se ubicó por debajo del promedio histórico. Como consecuencia de los escasos niveles de precipitaciones que se registraron en el verano, el déficit hídrico se generalizó en el norte del país y varias del centro, sur y este. Esta situación, sumada a las temperaturas típicas y el viento, aumentaron la evaporación de aguadas y contribuyeron a secar los suelos.
La disminución de la disponibilidad de agua de abrevadero para los animales, en muchos casos, a niveles críticos, ocasionó problemas para el manejo de niveles de animales y pasturas. Se secaron tajamares y se cortaron cauces de aguas naturales.
El déficit hídrico, tuvo como consecuencia directa la escasez forrajera, lo que suscitó que a fines de febrero, el MGAP declarara la Emergencia Agropecuaria para el norte del país y para algunas seccionales de algunos departamentos del sur del río Negro.
A mediados de marzo y principios de abril se registraron lluvias que permitieron el aumento de la disponibilidad de agua para abrevadero en algunas zonas, si bien no significó una solución definitiva para esta problemática. Asimismo, estas precipitaciones favorecieron el reverdecimiento y rebrote de las pasturas.
Las tasas de crecimiento de las pasturas naturales durante el verano, fueron sensiblemente inferiores a la media de todo el país, excepto en las Sierras del Este, donde el crecimiento se ubicó en el promedio histórico.
Además de la baja disponibilidad y calidad del forraje, en general la situación climática no permitió el crecimiento necesario para acumular pasto. Este escenario permite estimar que muchos predios ingresarán al invierno con baja disponibilidad de forraje, lo que complicará la situación de los animales.
La producción de pasturas de los mejoramientos y praderas fue mínima. Muchos cultivos se perdieron debido a la falta de agua a principios del verano. Mejoramientos y praderas vienen respondiendo positivamente luego de las últimas lluvias y se esperan que continúen así, debido a la falta de competencia y al alto contenido de nitrógeno en los suelos.
El IPA indica que respecto al rodeo de cría, la evolución del estado de los animales fue en general, consistente con la evolución del estado de las pasturas. El ganado comenzó el verano con una buena condición corporal, la que en varios casos fue disminuyendo. La categoría más afectada fue la de vacas que parieron tarde.
Si bien se ha comenzado con los diagnósticos de gestación, todavía hay incertidumbre sobre los resultados, estimándose que no serán altos.
Las categorías de recría tienen buen estado y el mayor desafío será la alimentación durante el invierno.
Respecto a la agricultura el informe del Plan destaca que los resultados físicos de la soja es muy preocupante por los resultados económicos que derivaran.
Los cultivos de primera, han sido los más afectados por la falta de lluvias, con el agravante que se estima que entre el 60% a 65% de la soja de la región corresponde a esta categoría (debido a la muy baja área de cultivos de invierno de 2017).
Los primeros datos sobre rendimientos, aunque variables, muestran una disminución muy importante (40% a 70%) respecto a los obtenidos en la misma chacra el año anterior.
Respecto a los cultivos de arroz, las cosechas están cercanas al 50% en el departamento de Artigas y en general os rendimientos son altos. En casos puntuales se habla de más de 200 bolsas de chacras (10.000 kilos). Se ha detectado que la calidad del arroz ha sido inferior a la de años anteriores, con presencia de hasta 50% de grano quebrado, pudiendo llegar puntualmente en algunas chacras hasta un 60%. Más allá de los buenos rendimientos se espera una baja en el ingreso dada la calidad mencionada por lo menos en los cultivos sembrados y cosechados más temprano.