Por Álvaro Sanjurjo Toucon
Donald Trump, actual presidente de los EE.UU., ha visto publicitada hasta el hastío su trayectoria como empresario, su vida sexual y sentimental y cuanto atañe a su persona. Sin embargo, son bastante más escasas las referencias a su carrera cinematográfica, donde fuera dirigido, entre otros, por Woody Allen, y compartiera repartos con Judi Dench, Bo Derek, Kenneth Brannagh, Anthony Quinn y otras celebridades. Ocupación que convierte a Trump en colega artístico de conocidas personalidades del mundo político. Personas que pasaron ante las cámaras en diferentes momentos de sus vidas, antes de transformarse, en algunos casos, en profundos modificadores de sus respectivas nacionalidades.
La trayectoria de Eva Duarte como actriz cinematográfica se reduce –según el bien informado Internet Movie Data Base- a solamente seis films. Cuando se convirtió en Evita, esas incursiones fílmicas quedaron en un sitial secundario, ante la avasallante personalidad de quien dejó su indeleble huella en una Argentina que la idolatró multitudinariamente (también otros la odiaron).
En 1926, el film español “La malcasada”, una historia “de derechas”, reserva el correspondiente espacio para que los generales Francisco Franco, Millán Astray y José Sanjurjo, aparezcan representándose a sí mismos, cual siniestro vaticinio de sus alzamientos, culminados con el de Franco, erigido en “Generalísimo”. Las ambiciones cinematográficas de Franco, se continuaron –y felizmente concluyeron- con el guión de “Raza” (1942) firmado con el seudónimo de Jaime de Andrade, film dirigido por José Luis Sáenz de Heredia (franquista y pariente de José Antonio Primo de Rivera).
Algunas décadas atrás, un cinéfilo amigo me narró que en una publicación norteamericana, señalaban la participación de un juvenil Fidel Castro como extra en filmes de Hollywood (“Escuela de sirenas” era uno de los más conocidos). La publicación de un artículo al respecto, fue difundida por una agencia internacional de noticias. No logré ni la aceptación ni la negativa del hecho por parte de autoridades del ICAIC, y ello me condujo a un hallazgo mayor: la participación como extras en el cine mexicano de dos revolucionarios momentáneamente residentes en aquella nación: el cubano Fidel Castro y el argentino Ernesto “Che” Guevara. Algunas cartas del Che a sus padres, confirman su presencia, por lo pronto como fotógrafo, en filmes mexicanos. Aunque existen diversos testimonios que le ubican como extra junto a su camarada de lucha.
Y como te digo una cosa, te digo la otra. En el film uruguayo/oriental “Misión no oficial” (2017) el Pepe Mujica (a) José Mujica Cordano -ex presidente de Uruguay/Ponsonbylandia- y Carlos Pita –al que se concediera la representación del pago en los EE.UU., anteriormente “el Imperio”- se interpretan/representan a sí mismos. Se trata de un ¿falso? documental/comedia descacharrante, acerca del ingreso a la Provincia Oriental (via presidencial) de “cannabis” (menos perjudicial que UPM y los plantíos de soja).
Trump no es el primer presidente estadounidense con pasado cinematográfico. Le aventaja fácilmente Ronald Reagan, que llega a la Casa Blanca con una filmografía de más de ochenta títulos con los que demostró sus limitaciones interpretativas (trasladables a su gestión posterior). A diferencia de Trump, la labor cinematográfica de Reagan fue parte de su trayectoria política. Hace pocos días, Fernanda, la menor de mis hijas, con varios cursos relacionados con el cine realizados en Buenos Aires, me envía un “link” donde hallaría material relativo a la incursión en la pantalla de Donald Trump. Mi fe –la única que poseo- respecto a la documentación del “Imdb”, me lleva a buscar allí alguna posible referencia acerca de la “descubierta” trayectoria de Trump en la pantalla. La misma no solamente existe, es pública y al parecer no hizo demasiado ruido en el Río de la Plata. Trump Superstar reúne veintidós créditos como productor y veinte como intérprete en cine y TV.
En rigor, las apariciones de Trump no se diferencian de la efectuada por Franco y sus secuaces en “La malcasada”: el millonario norteamericano se interpreta a sí mismo en pequeños cameos.
A continuación una lista parcial de las películas (que seguramente el lector vio o conoce), señalándose a otros intérpretes con los que Trump compartiera no el talento y/o popularidad, sino un lugar en el reparto:
“Celebrity” de Woody Allen, con Kenneth Branagh, Judy Dench y Leonardo di Caprio, “Amor a segunda vista” con Hugh Grant y Sandra Bullock, “Zoolander” con Ben Stiller, Mila Jovovich y Winona Ryder, las comedias infantiles “Mi pobre angelito 2” con Macaulay Culkin y Joe Pesci, y “Pequeños traviesos”, la no estrenada entre nosotros “Ghosts Can’t Do It”, de John Derek, con Bo Derek y Anthony Queen, y en la pantalla chica las series “Sex and the City”, “The Nunny”, etc. etc.
La curiosidad por contemplar al presidente Donald Trump en sus apariciones cinematográficas, con la excepción de “Celebrity”, no parece justificar ver estos filmes. Sin embargo, “You Tube” permite constatar, de forma felizmente breve, el periplo fílmico televisivo del actual mandatario estadounidense: basta con buscar en ese sitio “Donald Trump en el cine” y se desplegarán varias opciones.
Donald Trump, seguramente no leyó ninguna Historia del Cine, ni tampoco a Lenin (¿sabrá quién fue?), pero coincidió con el padre de la hoy desaparecida Revolución Soviética, en cuanto a la importancia del cine como vehículo político. En uno y otro caso, la responsabilidad final parece señalar a los Hermanos Lumière. Aún así, amo al Cine.