Cuando dos países firman un TLC y este entra en operación, varias cosas suceden. Algunas tienen que ver con procesos o prácticas y otras tienen que ver con las tasas arancelarias impuestas. Esto último afectará el bolsillo de una Pyme.
Básicamente, en la presencia de un TLC entre dos países, ambos acordarán reducir los impuestos cobrados en el momento de la importación de ciertos bienes, cuando se justifique documentalmente que tales bienes provienen del país con el que se firmó el tratado.
Por ello, las empresas importadoras pagarán menos que lo que hacían previo a la firma del acuerdo. Esto tendrá un efecto que separaremos entre Exportadores e Importadores.
Beneficios de los TLC
Tome por ejemplo el TLC entre Uruguay y China, y una empresa Uruguaya exportadora. Antes del TLC, cuando la empresa Uruguaya le enviaba productos a su cliente chino, el cliente chino debía pagar mayores impuestos al internar la mercadería en el gigante asiático. Luego del TLC, los costos para ese cliente bajan y por lo tanto la empresa exportadora Uruguaya se vuelve relativamente más competitiva.
Cuando una empresa China decide importar, las empresas Uruguayas compiten con empresas de todo el mundo, y por lo tanto el TLC entre Uruguay y China beneficia a los exportadores por darles una posición privilegiada en relación a empresas de otros países que no tienen TLC con China.
Este beneficio es bastante claro y no tiene muchas interpretaciones. Algo distinto sucederá con los importadores.
Beneficio para Importadores
Considere nuevamente el TLC entre Uruguay y China y una empresa Uruguaya importadora.
La diferencia entre importar antes de entrar en operación el TLC y después de hacerlo, será la rebaja arancelaria recibida. Eso significa que la empresa importadora podrá acceder a los mismos productos a un costo menor, pero ¿tendrá eso un impacto en la utilidad de esa empresa?
La respuesta es que depende. Si se trata de un mercado altamente competitivo a nivel nacional, entonces las empresas reducirán sus precios consistentemente hasta llegar al precio de equilibrio. En ese caso, la rebaja arancelaria será traspasada completamente a los consumidores finales, y no tendrá efecto sobre las arcas de la Pyme.
Un segundo factor, es que se genera cierta asimetría de información. No todas las empresas sabrán cómo opera el TLC y qué hacer para aprovecharlo, por lo que en la transición y la curva de aprendizaje, aquellas empresas que aprendan y operen más rápido, podrán aprovechar una ventaja en costos transitoria, transformándola en utilidad mientras el precio de mercado no varíe. En palabras simples, la ventaja del TLC es para quien sepa cómo aprovecharlo, y la desventaja es para quien no sepa cómo hacerlo.
Finalmente, ¿cuál es el beneficio económico de aprovechar el TLC?
En el caso Uruguay (hipotético) , la rebaja arancelaria corresponde a un 6% del costo del producto antes de la importación (esto es el CIF más cualquier costo extra que se necesite para tener los productos habilitados para la importación).
Si el beneficio es el 6% del costo antes de importar, este equivaldrá a un porcentaje menor a 6% del costo final del producto (ya internado y puesto en su bodega). Por ejemplo si el valor CIF es 100, y el valor total internado es 130; un 6% del valor CIF (6) equivale a un 4,6% del valor final. Por ello, el beneficio arancelario estará entre un 0 y un 6% del costo final, con variaciones que dependerán del caso específico.
Esta rebaja arancelaria puede ser muy importante en mercados con márgenes pequeños, y puede ser irrelevante en otros mercados con márgenes grandes. De acuerdo a esto, usted deberá considerar su negocio y priorizar en la optimización de aquellos costos y riesgos que puedan afectar mayormente el desarrollo de su actividad.
¿Y las fábricas Uruguayas?
Los TLC a veces desprotegen la producción nacional, pues el fabricante uruguayo debe competir con menores costos de empresas de otros países. El aumento de la eficiencia en la producción de países asiáticos ha hecho que empresas nacionales hayan tenido que dejar de producir, vender sus fábricas, y dedicarse a la importación y comercialización. Esta tendencia debiese seguir agudizándose en la medida que los países asiáticos mejoran su tecnología productiva. Por ello, los productores nacionales deben elegir muy bien los productos en los que se especializarán, buscando explotar ventajas comparativas que puedan ser sustentables.