La informalidad, el contrabando, la presión tributaria del Estado y políticas de frontera, serán temas centrales a considerarse cuando el próximo 25 de mayo se realice en Salto la reunión de la Confederación Empresarial del Uruguay (CEDU), instancia en la que estarán presentes los Centros Comerciales de todo el país.
Así lo anunció el presidente del Centro Comercial e Industrial de Salto y Secretario de CEDU, Atilio Minervine, quien estimó que “se trata de los temas que desde hace bastante tiempo venimos planteando al gobierno sin que se obtengan respuestas satisfactorias en cuanto a medidas que contribuyan a paliar una situación que se está volviendo cada vez más complicada en cuanto a la subsistencia de las empresas”.
Informalidad y contrabando
Minervine aseveró que “éstos problemas que están teniendo los comercios son transversales a todos los rubros del país”, estimando que “el de la informalidad es un flagelo muy grande y que va creciendo, porque los costos del Estado son muy altos y mucha gente lucha hasta que se ve empujada a la informalidad, porque hay quienes cierran agobiados por esa realidad y al no poderse insertar más en el círculo formal, se ven obligados a incurrir en la informalidad”.
También Minervine hizo referencia a que “el contrabando cada vez va llegando a puntos más profundos del país, incluso a Montevideo, por lo que es un problema que afecta mucho más allá de la frontera”.
En el punto reflexionó que “pese a que se han hecho algunas cosas en política de frontera tras insistencia sobre el particular”, recordando lo que fue la rebaja del IMESI en los combustibles en los departamentos fronterizos lo que contribuyó a que ya la gente no saliera del país a poner nafta”.
Comercios inviables
“Las políticas de frontera apuntan a generar insumos para poder demostrar con números al gobierno la realidad que estamos viviendo para que de alguna manera se pueda contribuir a que las empresas que están instaladas puedan seguir viviendo y se pueda captar inversiones de afuera”.
Fue cuando puntualizó que “los comercios chicos se están volviendo cada vez más inviables por los costos impositivos y la rigidez laboral”, recordando que “hemos planteado el tema de la productividad en el trabajo que ayuda mucho a cambiar algunos paradigmas y que todos ganen más, con el empleador y el empleado teniendo otra dinámica y en sintonía con la producción”.
Minervine planteó su preocupación “porque está bajando el trabajo, cierran empresas y pasa mucha gente al seguro de paro y se suman los despidos”, refiriéndose a los datos surgidos en una encuesta a nivel de Salto “y la idea es hacer esa encuesta a nivel nacional”.
Una encuesta desalentadora
Respecto a los resultados obtenidos en ese departamento, el entrevistado manifestó que consultados los comerciantes sobre cómo ven la situación actual manifestaron que “muy complicada”, así como se recogió la convicción general de que “nadie tiene pensado hacer inversiones en el corto y mediano plazo, así como también hubo coincidencia en que no hay disposición para tomar personal y por el contrario la idea es enviar más gente al seguro de paro si la situación se complica”.
En cuanto a los pagos de tarifas públicas y de tributos “recogimos un índice altísimo de quienes consideran que se complica la situación, generándose coincidencia en cuanto a estimar que se está en un momento muy complicado”, sumándose a ello lo que son los problemas sindicales”.
Respuestas insuficientes
Minervine explicó que la consulta incluyó diversos rubros, como turismo, construcción, industria, comercio en general “constituyendo un abanico muy amplio y heterogéneo”, recordando que “como socios de nuestra institución tenemos Pymes y empresas grandes, como aquellas que dan trabajo a 1.200 personas, lo que permite concluir en que hay coincidencia total en cuanto a las dificultades que se están afrontando”.
¿Cuál es la perspectiva que abre esta reunión del 25 de mayo?
“La Confederación Empresarial del Uruguay hace un año envió una carta al gobierno expresándole estas inquietudes que estoy planteando. Hemos tenidos alguna respuesta de algún organismo que otro, alguna reunión, pero la verdad es que no hemos sido atendidos como consideramos que corresponde ante esta realidad”.
Los costos encubiertos
Además hizo referencia a lo que se denominan costos encubiertos “que a veces no se evalúan en su justa dimensión”, dijo señalando que “detrás de la inseguridad tenemos el problema social y humano reflejado en el temor e incertidumbre que domina a quienes van a trabajar”.
“Pero también tenemos como costo económico la instalación de cámaras, personal contratado para seguridad, lo que roban y rompen cuando entran a los comercios, a lo que se suma el costo que representan las personas que no van a trabajar porque los hechos violentos tienen su repercusión psicológica. Hay que coincidir que cuando hay personas que son parte de un sistema no van, la complicación se incrementa”.
Tramites costosos
Otro costo encubierto pasa por el hecho que “muchas empresas del interior tienen un control bromatológico en su departamento, pero para entrar en el mercado de Montevideo, deben volver a hacer otro trámite bromatológico, lo que significa además por el traslado a la capital que implica perder por lo menos un día, así como hay otros trámites frente a organismos estatales que hay que hacerlos en Montevideo. Todo ello pesa mucho en la balanza y suma como otro elemento que muchas veces lleva a trabajar en la informalidad, a la derivación de personas al seguro de paro, las que incluso a veces comienzan a trabajar por su cuenta engrosando el núcleo de la informalidad”.
Por lo demás, no faltó la acotación de Atilio Minervine en cuanto a que “no solo pedimos soluciones”, dando cuenta de talleres que se llevan a cabo en el CCIS para mejorar la dinámica de las empresas, mejorar las relaciones laborales para que “se pueda salir de este momento, para lo cual también nos estamos relacionando con Centros Comerciales del lado argentino para hacer cosas en común”, concluyó.