Uno de los factores que hace que los ciudadanos dispongamos de productos cada vez mejores y con mayores utilidades es la competencia entre las empresas. Y es que, en el afán de conseguir una mayor cuota de mercado, las empresas investigan y crean nuevos productos, algo que replican las de la competencia teniendo como resultado final un mercado con productos cada vez más innovadores.
Aunque son todo ventajas desde el punto de vista de los consumidores, la realidad es que la feroz competencia obliga a las empresas a permanecer siempre alerta ante cualquier movimiento de las empresas competidoras, ya que de lo contrario la competencia le quitará su cuota de mercado poco a poco.
Tipos de competencia
La competencia en la empresa se puede clasificar atendiendo a multitud de criterios, siendo los más interesantes los que se muestran a continuación:
Competencia directa e indirecta
Para poder afrontar la competencia es necesario saber reconocerla y diferenciarla y así trabajar intensamente para conseguir una mejora continua que haga que cada vez sea menos importante. En función de la intensidad de la competencia, podemos hablar de competencia directa y competencia indirecta.
La competencia directa
La competencia directa se puede definir como aquellas empresas y negocios que venden un producto con gran parecido o casi igual al que la empresa vende y en el mismo mercado en el que opera. Esto provoca que ambas empresas tengan que competir por conseguir los mismos clientes para venderles el mismo producto, algo que desemboca en una competencia de gran intensidad. Y es que todas las empresas quieren aumentar su parte del pastel.
La competencia indirecta
La competencia indirecta se puede definir como aquellas empresas o negocios que participan del mismo mercado que la empresa y compiten por los mismos clientes, buscando satisfacerlos con productos fácilmente sustituibles, aunque no iguales. Por ejemplo, en el mercado de las golosinas podemos encontrar chicles, caramelos, grajeas, etc., que no son productos idénticos pero que compiten por satisfacer una necesidad común, la de ingerir algo dulce.
Esta clasificación permite a las empresas reconocer y evaluar a su competencia para no caer en el error de dejarles progresar, y es que eso afectará de forma negativa a los beneficios y el desarrollo de la empresa. Por tanto, es necesario conocer la competencia y actuar conforme al análisis realizado sobre la misma, algo que cualquier empresa también debe incluir en su plan de negocio.
Competencia perfecta e imperfecta
La competencia también se puede clasificar como competencia perfecta o como competencia imperfecta.
La competencia perfecta
La competencia perfecta es aquella que tiene lugar cuando ninguna de las empresas competidoras puede modificar los precios para influir en la clientela, algo que está causado porque o bien los productores venden porciones muy reducidas si lo comparamos con la producción total o porque los compradores consumen poca cantidad. Esto se puede aplicar a productos homogéneos y sustituibles y los consumidores son perfectamente conscientes del precio de los productos de todas las empresas y en función de ello deciden su compra.
La competencia imperfecta
La competencia imperfecta es aquella que se produce cuando alguno de los agentes implicados tiene capacidad de influir en los precios. Esto está causado por una ventaja que una de las partes tiene sobre las demás. Esta ventaja puede ser ocasionada de forma natural en el libre mercado o puede ser producida por las ineficiencias causadas por la intervención estatal. Esta ventaja puede ser de cuatro tipos diferentes: oligopolio, monopolio, monopsonio y oligopsonio.
- El monopolio tiene lugar cuando existe un solo productor en un mercado, motivo por el cual puede ejercer un control total sobre el precio de los productos que vende. La condición necesaria para la existencia de un monopolio es que no existan productos sustitutos.
- El oligopolio tiene lugar cuando existen pocos competidores en el mercado y por ello tienen capacidad para influir en los precios. Suele ocurrir que de forma oculta estos pocos competidores pactan los precios para evitar la competencia, algo que ha acarreado numerosas sanciones por parte de las administraciones públicas en multitud de sectores.
- El monopsonio se produce desde el punto de vista de los compradores y tiene lugar cuando para un producto concreto existe un único comprador en el mercado. Esto otorga al comprador un gran poder para controlar los precios y las cantidades, algo que no ocurre en mercados en los que existen multitud de compradores.
- El oligopsonio tiene lugar cuando para un producto existen pocos compradores que pueden influir de forma notoria en los precios y cantidades de los productos que adquieren. Un caso de ejemplo puede ser el de la industria tabacalera o el de la industria cafetera, con unas pocas grandes empresas comprando la gran mayoría de la producción e influyendo en el precio de forma directa.
Como se puede apreciar existen multitud de tipos de competencia diferentes. Conocer sus variedades y nivel de acción ayuda a las empresas a crear sus estrategias para afrontar la competencia de la mejor forma posible y con el menor impacto en sus cifras de venta y cuota de mercado.