No existe consenso sobre la magnitud ni la duración que tendrá la pandemia ni sus efectos sobre la economía mundial, en general, y para cada país, en particular.
Por este motivo, resulta muy complicado modelar los efectos agregados que tendrá, así como los efectos esperados sobre el empleo general o por sectores.
En este sentido, una alternativa consiste en construir escenarios sobre los efectos exógenos que pueden generarse en las distintas actividades existentes. Así, la información de crisis anteriores (como la Recesión de 2009, la Crisis del Tequila de 1995, la Crisis del Corralito 2001 o Crisis Brasileña de 2014- 2016) resulta incompleta, pues en ninguno de esos casos se conjugaron tantos factores de forma simultánea como en la situación actual. Además, la región cuenta con poco margen de acción luego de la desaceleración económica que se ha observado en años recientes y, considerando la posible magnitud de la pandemia, es muy probable que las acciones de los gobiernos tengan un alcance limitado.
La actividad del sector de servicios será la más afectada como resultado de los esfuerzos de contención y el distanciamiento social. Esto incluye el sector de comercio, restaurantes y hoteles, así como el sector transporte. Adicionalmente, la menor demanda agregada tendrá efectos importantes sobre los sectores manufactureros, pues las restricciones sanitarias ya han comenzado a interrumpir las cadenas de suministros globales. Es factible que los países sin espacio fiscal y con una infraestructura de salud pública más débil no tengan opciones para apoyar temporalmente a estos sectores, lo que puede provocar que la pérdida de estos empleos sea permanente. Todos estos elementos se tuvieron en cuenta en la construcción de los tres escenarios que se presentan en esta nota. También se consideraron aquellas ocupaciones que puedan ejercerse desde casa, una opción que cuenta con limitaciones en muchos países por la baja penetración de internet y el uso de computadoras personales, así como por la organización e infraestructura empresarial necesaria para desarrollar con éxito esta modalidad de trabajo.
Tomando en consideración lo anterior, se construyeron tres posibles escenarios para un horizonte de un año. Para cada uno de ellos, se realizaron distintas estimaciones de pérdida de empleos por actividad económica, tomando como referencia las mayores caídas del producto interno de distintos países. Además, se diferenciaron las magnitudes para los países pequeños y con economías más abiertas, características que implicarían caídas mayores que las de los países más grandes y con ingresos medios.
Los escenarios son los siguientes:
- Crisis de corto plazo. Este escenario, pese a ser el más benigno, supondría una caída del producto que duplicaría a la observada en la crisis de 2009. Supone que la emergencia sanitaria pasará durante el segundo semestre de 2020 y que la recuperación económica comenzaría a observarse hacia fin de año.
- Crisis de mediano plazo. Este segundo escenario supone que la recesión se extendería por tres trimestres consecutivos, lo que se traduciría en una tasa de crecimiento negativo cercana a los 10 puntos porcentuales, con una leve mejora en el cuarto trimestre.
- Recesión prolongada. Finalmente, el tercer escenario supone una recesión de gran magnitud (15 puntos porcentuales) sin algún tipo de recuperación económica en
el mediano plazo.
La crisis ocasionada por la Covid-19 puede generar una pérdida de hasta 17 millones
de empleos formales en América Latina y el Caribe, aunque esto dependerá, obviamente, de cómo evolucione la pandemia y de las medidas de mitigación adoptadas por los gobiernos de la región.
Del mismo modo, de acuerdo con nuestras estimaciones, el nivel de informalidad podría llegar a 62% del total de la población de la región, con lo cual se perderían todos los avances logrados en este ámbito durante el periodo 2000-2013.
En este contexto, los países más pequeños y los que dependen de los servicios serían los más afectados. La pérdida permanente de empleo formal podría incluso sobrepasar el 25%. En cuanto a las industrias, los escenarios anteriores supondrían que el sector de comercio, restaurantes y hoteles puede perder hasta 11 millones de empleos formales, seguido por la manufactura (3 millones) y el transporte (1 millón de empleos formales).
Un elemento adicional es la cantidad de trabajadores que, auº n buscando una ocupación informal, no la pueden obtener. De acuerdo con la literatura, los periodos de crisis hacen que una parte significativa de los trabajadores informales queden sin opciones de ocupación, un segmento de la población que es mayor incluso que el de trabajadores formales que quedan desempleados. De manera ilustrativa, y tomando como referencia trabajos anteriores, resulta factible que hasta 23 millones de trabajadores informales de la región queden en esta situación.
Álvaro Altamirano, Oliver Azuara, Stephanie González. BID