Grandes magnates del mundo de la empresa han escrito libros e impartido múltiples conferencias explicando cuáles son las claves para alcanzar el éxito empresarial. Consejos que, aunque no podemos tomar por infalibles, pueden darnos pautas a seguir en nuestro negocio. Por ello, recomendamos que conozcas sus historias, especialmente las de aquellos que crearon una gran marca a partir de un pequeño negocio.
Emprender el camino hacia el crecimiento es una decisión que requiere tener muy claro dónde se quiere llegar, saber si el proyecto es realista y factible, contar con los recursos necesarios y conocer la manera de conseguirlos. Por ello, antes de dar este paso, es recomendable tener en cuenta una serie de aspectos.
Tener claro el camino a seguir
Para poder trazar una hoja de ruta es fundamental saber cuál es la meta que queremos conseguir, independientemente de que finalmente se alcance o no. Es posible que durante el viaje hacia ese objetivo tengamos que reajustar los planes según vayan apareciendo trabas. No obstante, esa meta debe ser plausible para evitar frustraciones. Una vez puesto el objetivo final, que puede ser ampliado una vez se alcance, habrá que plantearse retos intermedios y trazar las líneas de acción que nos ayuden a alcanzar cada uno de esos puntos. Lo ideal es crear el plan de crecimiento desde el origen de la empresa, pero nunca es tarde para ponerse nuevos retos.
Creer en tu negocio
Si uno mismo no cree en lo que vende o en los servicios que ofrece, es imposible hacer que los demás confíen en ello. Por eso, la actitud debe ser siempre positiva y estar seguros de que lo que ofrecemos tiene un mercado potencial. Si eso es así, el negocio irá bien y tendremos la opción de crecer.
Poner la vista en el mercado internacional
Desde la fundación de la empresa hay que tener vocación de internacionalizar, ya que es la mejor forma de crecer a lo grande. Para ello, se deberá investigar el mercado relativo al negocio y aprovechar las oportunidades que tenga en diferentes países. Captar capital de inversores extranjeros es un buen primer paso para salir de nuestras fronteras y aprovechar esas asociaciones como palanca para dar el salto a sus países de origen.
Un buen equipo
Una empresa no es nada sin el equipo humano que la forma. En este sentido, es conveniente rodearse de los mejores, desde el cargo más alto hasta la última incorporación. Para crecer es recomendable rodearse de talento y, lo que es más importante, saber mantenerlo. Su experiencia y conocimientos serán beneficiosos para el negocio. Asimismo, un buen director y un equipo comercial serán fundamentales en la etapa de crecimiento.
Un buen líder
Un liderazgo fuerte es imprescindible para poder gestionar el crecimiento de una empresa. Controlar un pequeño negocio no es igual que hacerlo con uno que cuenta con diversas sedes o con un elevado número de empleados, donde el fundador, que generalmente controla todo, puede verse sobrepasado. Su figura puede formar una parte importante del control y desarrollo de la empresa, pero a medida que avance el proyecto debe plantearse delegar la supervisión de ciertas áreas en personas de confianza y con dotes de liderazgo.
Elegir bien los clientes
Es posible que algunos estén con nosotros desde los orígenes de la empresa y tengamos una relación más que meramente comercial. Pero hay que tener en cuenta la rentabilidad que nos aporta cada uno de los clientes y quedarnos únicamente con aquellos que son rentables, dejando de lado otros aspectos.