Desempeño logístico de Uruguay y tendencias del sector

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En los últimos años en Uruguay se han desarrollado diversos proyectos e implementado medidas de carácter regulatorio que han llevado a que el país mejore las condiciones logísticas, sin embargo, se presentan tendencias a nivel mundial que deberán abordarse para no perder competitividad.

Por Ignacio Gervaz (*)

La logística es un aspecto fundamental para el comercio internacional, siendo este último uno de los principales motores del crecimiento económico y reducción de la pobreza. Uruguay es un país exportador y su nivel de desarrollo depende del desempeño de los bienes y servicios que se comercializan al exterior. Por esto, cobra mayor relevancia el desempeño logístico que tengan a disposición las empresas para poder movilizar los productos hacia/desde otros países.

Durante varias décadas, el país mantiene un enfoque logístico centrado en brindar servicios a la carga nacional y regional. En este contexto, se han implementado diversos regímenes comerciales y se han modernizado tanto los servicios de comercio exterior como las infraestructuras especializadas, con el objetivo de facilitar el movimiento de mercancías a través de Uruguay, abarcando tanto los bienes producidos y/o consumidos en el país como aquellos que no. Estos resultados se ven reflejados en los principales indicadores que evalúan al sector.

Las ventas de las empresas de servicios logísticos uruguayas al exterior se han incrementado, recuperando los niveles previos a la pandemia. El sector de servicios logísticos, en tanto, ha mostrado un crecimiento notable en la última década, llegando a representar cerca del 10% de las exportaciones totales de servicios.

Fuente: Elaborado por Uruguay XXI en base a datos de Balanza de Pagos del BCU.

Todos los años el Banco Mundial elabora el Índice de Desempeño Logístico (IDL), el cual mide la eficiencia del despacho aduanero, la calidad de la infraestructura de comercio y transporte, la facilidad para organizar envíos a precios competitivos, la calidad de los servicios logísticos, la habilidad para rastrear envíos y la regularidad con la que los envíos llegan a su destinatario en el plazo previsto. En su última edición del año 2023 (con datos del 2022) el IDL abarcó a 139 países y Uruguay se ubicó en el puesto 61, superando la posición anterior (año 2018), donde se encontraba en la posición 85.

El puntaje general del IDL varía de 1 (mínimo) a 5 (máximo), y el valor del año 2022 (3,0) es el máximo histórico para Uruguay, superando el valor de 2016 (2,98). De acuerdo a las categorías que lo componen, la infraestructura en carreteras, puertos y aeropuertos constituyen aspectos positivos, a los que se agregan en el último informe la mejora en la eficiencia de los procesos de despacho aduanero. A nivel regional, Chile, Perú y Uruguay se encuentran a la par del valor promedio mundial (3,0) y Brasil es el único que lo supera (3,2), mientras que, a nivel internacional, el valor más alto lo tiene Singapur con un 4,3.

Otro indicador que evalúa la situación logística a nivel internacional es el Índice de Competitividad Global. Este es elaborado por el Foro Económico Mundial, que, si bien no se enfoca exclusivamente en la logística, incluye componentes relacionados con la eficiencia logística y la calidad de la infraestructura. Evalúa la competitividad de los países en diversos aspectos, como la infraestructura de transporte, la calidad de los puertos y aeropuertos, la eficiencia aduanera y la calidad de las carreteras y ferrocarriles. Uruguay se ubicó en el lugar 54 entre 140 países clasificados en la edición 2019 (última disponible). El ranking de competitividad en Uruguay promedió 68,46 entre 2007 y 2019, alcanzando un máximo histórico de 85,00 en 2014 y un mínimo histórico de 50,00 en 2017.

Sin embargo, el dinamismo del sector y la importancia que representa la actividad logística en Uruguay requiere de una constante revisión y adaptación a las tendencias globales. En este sentido, los esfuerzos en las inversiones públicas y privadas en nueva infraestructura de transporte y los mecanismos de promoción existentes para facilitar el comercio, deberán combinarse, en el corto y mediano plazo, con nuevas medidas que acompañen las exigencias de los mercados. Se destacan algunas tendencias que los especialistas identifican y los tomadores de decisión a nivel público deberán evaluar cómo adaptarse a la situación uruguaya.

  1. Aplicación de tecnología: Un estudio realizado por la firma PwC encontró que la digitalización en la industria logística podría recortar los costos del sector hasta en un 47% para el año 2030. Desde el uso de drones hasta la aplicación de robots autónomos, podrán implicar una reducción significativa en los costos. A su vez, la aplicación de datos masivos para la toma de decisiones implicará una disminución en las cadenas de suministro, con una mayor previsión de demanda hasta la planificación de rutas.
  2. Sostenibilidad ambiental: Las operaciones logísticas, con un enfoque centrado en la responsabilidad ambiental, están optando cada vez más por prácticas sostenibles. Esto abarca desde la utilización de vehículos eléctricos hasta el empleo de embalajes con menores niveles de emisiones. Estas medidas están convirtiendo la sostenibilidad en un componente fundamental de las estrategias logísticas.
  3. Incertidumbre geopolítica: El Foro Económico Mundial presentó en abril resultados de sus proyecciones, donde manifiesta que el comercio mundial repuntará en 2024, con un crecimiento previsto del 2,6% en el volumen de intercambios de mercancías, y 3,3% en el año 2025. El tráfico mundial de servicios comerciales creció un 9% en 2023, en gran medida por la recuperación de los viajes internacionales y el auge de la demanda de servicios digitales. Sin embargo, entre los riesgos principales que se presentan actualmente se observan tensiones geopolíticas en diversas regiones del planeta, la incertidumbre política y macroeconómica en algunos países y un aumento del proteccionismo de los grandes bloques comerciales. En este escenario de incertidumbre es que se deberán planificar acciones para mitigar efectos adversos para la competitividad del comercio exterior de Uruguay.

Por la importancia del sector, la eficiencia global de la cadena logística es un objetivo importante de las políticas microeconómicas para el crecimiento que tienen que abordar las próximas acciones del gobierno. Estas, combinadas con las implementadas por el sector privado, tienen que considerar las tendencias mencionadas anteriormente para mejorar la competitividad de la producción nacional y la exportación de servicios logísticos.

(*) Economista especializado en infraestructura en AIC Economía & Finanzas