Por: Cra. Cecilia Santucho Duarte (*)
La adopción del Impuesto Mínimo Global (IMG) es uno de los desarrollos más relevantes en la economía internacional en los últimos años, con el potencial de reformar la manera en que las multinacionales tributan a nivel global. En este contexto, Uruguay, como miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y un actor clave en América Latina, se encuentra en una encrucijada fiscal que requiere de un análisis detallado y estratégico sobre cómo implementar y adaptarse a esta nueva realidad. En este artículo, exploraremos los principios fundamentales del IMG, los efectos que podría tener sobre el sistema tributario uruguayo y los desafíos y oportunidades que plantea para el país en términos de competitividad, justicia fiscal e inversión extranjera.
El IMG: un cambio paradigmático en la tributación de multinacionales
El IMG es el resultado de un esfuerzo concertado por parte de más de 130 países que forman parte de la OCDE y el G20 para contrarrestar las prácticas de optimización fiscal agresiva que permiten a las grandes multinacionales evitar pagar impuestos adecuados mediante el uso de paraísos fiscales y estructuras de precios de transferencia. En setiembre de 2021, estos países acordaron que las empresas con ingresos globales superiores a los 750 millones de euros deberán tributar al menos un 15% de sus ganancias en cada jurisdicción en la que operen, incluso si esa jurisdicción ofrece una tasa de impuesto corporativo más baja. Este acuerdo no solo tiene un impacto significativo sobre la tributación interna de los países, sino que también redefine el papel de los incentivos fiscales como herramientas de atracción de inversiones.
El IMG está diseñado para corregir los efectos distorsionadores de la competencia fiscal, que a menudo ha llevado a la erosión de las bases impositivas y la reducción de la capacidad de los países para financiar sus economías. Las multinacionales han sido acusadas de aprovechar las lagunas fiscales internacionales para reducir su carga tributaria, beneficiándose de sistemas fiscales más permisivos. El IMG busca nivelar el terreno de juego, imponiendo una tasa mínima que no puede ser eludida mediante el uso de estructuras fiscales offshore.
El impacto del IMG en la fiscalidad uruguaya
Para Uruguay, como país que ha venido adoptando un modelo fiscal competitivo y basado en incentivos fiscales, el impacto del IMG podría ser significativo. A lo largo de las últimas décadas, Uruguay ha establecido una serie de regímenes tributarios atractivos, especialmente para inversores extranjeros. Entre estos, se destacan los incentivos en zonas francas, el régimen de Comap (Comisión de Aplicación de la Ley de Promoción de Inversiones) y una política fiscal favorable en sectores como la tecnología, el comercio internacional y la logística. Estos regímenes han sido fundamentales para el crecimiento de sectores clave y la atracción de inversiones internacionales.
Desafíos de adaptación a la nueva normativa global
1. Compatibilidad con las zonas francas
Uruguay ha sido pionero en la implementación de zonas francas, que permiten a las empresas operar sin pagar impuestos sobre sus ganancias y con beneficios en la importación y exportación de bienes. Si bien las zonas francas son una de las piedras angulares de la política de atracción de inversiones de Uruguay, el IMG podría traer consigo ciertas restricciones sobre la aplicabilidad de estos beneficios, dado que la nueva normativa internacional se orienta hacia la eliminación de la competencia fiscal perjudicial. De ser así, Uruguay podría verse en la necesidad de revisar sus regímenes fiscales preferenciales para adaptarlos a los nuevos estándares, preservando a la vez su competitividad.
2. Impacto en el régimen Comap y los beneficios para inversores
Otro desafío se presenta para el régimen de Comap, que promueve inversiones en sectores estratégicos como infraestructura, industria y tecnología. Este régimen ha sido exitoso en atraer inversiones extranjeras directas (IED), al ofrecer exoneraciones fiscales en el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) y otros impuestos directos. La incorporación del IMG podría requerir ajustes en la forma en que Uruguay otorga estos beneficios, ya que el nuevo impuesto establece que las grandes multinacionales no pueden beneficiarse de tasas de imposición inferiores al umbral global. Esto podría generar una reevaluación de los regímenes fiscales preferenciales en Uruguay.
3. Posible pérdida de competitividad fiscal
Si bien Uruguay ha gozado de una ventaja competitiva en términos fiscales debido a sus atractivos regímenes tributarios, la adopción de un IMG podría generar una pérdida de atractivo en comparación con otras jurisdicciones que no han adoptado estas reglas, especialmente en la región. Las multinacionales podrían optar por desplazarse hacia otros países con regímenes fiscales más amigables o con la capacidad de ofrecer incentivos más agresivos sin verse restringidos por un impuesto mínimo global.
Oportunidades y adaptaciones para Uruguay
1. Reforzar la transparencia fiscal y mejorar la imagen internacional
La implementación del IMG ofrece a Uruguay una oportunidad única para fortalecer su imagen a nivel internacional en términos de transparencia fiscal. Al alinearse con los estándares internacionales, el país podría mejorar su clasificación en índices de gobernanza fiscal y atraer a un tipo de inversión más comprometida con la sostenibilidad y la responsabilidad social. El IMG podría convertirse en un vehículo para incrementar la confianza en el sistema fiscal uruguayo, lo cual sería crucial para asegurar una inversión más estable y comprometida a largo plazo.
2. Ajustes en los incentivos para mantener la competitividad
Si bien es probable que Uruguay tenga que ajustar sus incentivos fiscales para cumplir con el IMG, aún existen mecanismos que podrían usarse para mantener la competitividad. Uruguay podría explorar alternativas como el fortalecimiento de la incentivación de inversiones en innovación y tecnología o en sectores como las energías renovables. La clave será adaptar los incentivos fiscales a las nuevas exigencias sin perder de vista los intereses estratégicos del país.
3. Adaptación a la nueva fiscalidad global sin perder atractivo
Uruguay, si bien ha dependido históricamente de los incentivos fiscales, tiene la capacidad de adaptarse sin perder atractivo. El país tiene una estructura institucional sólida, una economía diversificada y una creciente reputación como un centro regional de servicios financieros y logísticos. Estos elementos podrían seguir posicionando a Uruguay como un destino atractivo para las inversiones extranjeras, a pesar de la implementación del IMG.
El debate actual: desafíos y oportunidades
En Uruguay, el debate sobre la implementación del IMG está profundamente vinculado con la tensión entre competitividad y responsabilidad fiscal internacional. Mientras algunos sectores empresariales y académicos sostienen que la implementación del IMG podría dañar la competitividad del país y su capacidad para atraer inversiones, otros argumentan que este es un paso necesario hacia una mayor justicia fiscal y que Uruguay, al adaptarse a las normas globales, podría fortalecer su posición estratégica en el contexto regional.
Conclusión
El IMG marca un cambio paradigmático en la fiscalidad internacional, con implicaciones directas para países como Uruguay, que han construido su modelo de atracción de inversiones sobre bases fiscales favorables. A medida que Uruguay navega por este proceso de adaptación, será crucial que el país logre un equilibrio entre la necesidad de cumplir con las nuevas reglas internacionales y el mantenimiento de su competitividad fiscal. La transparencia fiscal, la responsabilidad social empresarial y la innovación en los incentivos fiscales serán las claves para que Uruguay siga siendo un destino atractivo para inversiones extranjeras, incluso en un contexto global más regulado.
Este es un proceso complejo que requerirá un enfoque técnico y estratégico por parte de las autoridades fiscales, con un análisis detallado de las consecuencias a corto y largo plazo. El futuro fiscal de Uruguay dependerá en gran medida de su capacidad para adaptarse rápidamente a este nuevo marco global, sin comprometer su crecimiento económico ni sus objetivos de desarrollo a largo plazo.
(*) Integrante del Equipo de Galante & Martins.