En medio de los crecientes esfuerzos por abordar el problema de los plásticos de un solo uso y el daño ecológico resultante, es importante que el Estado, la sociedad y las organizaciones adopten una visión más amplia y sistémica para contextualizar adecuadamente el problema de los residuos plásticos. Esto implica combatir percepciones erróneas y garantizar que el conocimiento científico esté representado en las discusiones sobre posibles iniciativas para reducir los impactos ambientales de este material y sus desechos.
La iniciativa Recircular, impulsada por la Asociación Uruguaya de Industrias del Plástico (AUIP), busca transformar la percepción sobre el plástico al resaltar su capacidad para ser reutilizado, reciclado y valorizado. Desde su inicio en 2021, Recircular ofrece información y herramientas para empresas, consumidores y otras partes interesadas, con el fin de fomentar prácticas sostenibles en toda la cadena de valor del plástico.
Cinco perspectivas comunes sobre los plásticos de un solo uso
Las discusiones en torno a los plásticos de un solo uso han estado acompañadas de percepciones negativas y equivocadas, arraigadas en una falta de comprensión de su impacto ambiental real. Es esencial abordar estas percepciones y proporcionar un contexto más completo para informar futuras decisiones y políticas ambientales. Esta visión proviene del estudio «Five misperceptions surrounding the environmental impacts of single-use plastic» de Miller SA, publicado en Environmental Science & Technology en 2020.
Análisis de ciclo de vida: ¿en qué consiste?
Según AIMPLAS, el Instituto Tecnológico del Plástico de España, el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) es una metodología de evaluación ambiental que permite analizar y cuantificar los aspectos ambientales e impactos potenciales de un producto o servicio. Se examinan el uso de recursos y las consecuencias ambientales de las emisiones a lo largo de todo el ciclo de vida de un producto, desde la obtención de materias primas hasta la disposición final.
Varios estudios de ACV revelan que, contrario a la creencia popular, el embalaje plástico de un solo uso rara vez representa la mayor fuente de impacto ambiental de un producto. A pesar de generar más residuos sólidos, los plásticos que ayudan a reducir el desperdicio de alimentos y el consumo de energía suelen tener emisiones totales de gases de efecto invernadero más bajas que otros materiales.
Por ejemplo, el estudio “Environmental Implications of Consumer Convenience: Coffee as a Case Study” de Hicks, A. L. publicado en 2018 sobre cápsulas de café, mostró que el uso de éstas podría tener impactos ambientales más bajos que el café preparado a través de cafeteras tradicionales de goteo.
Según esta investigación, la cantidad de café utilizado y la energía son los principales contribuyentes al impacto ambiental, por lo que los cambios en el desperdicio de café podrían alterar el impacto ambiental de los diferentes sistemas de preparación. Teniendo en cuenta este estudio, el problema principal no sería el plástico de un solo uso en sí mismo, sino la manera en la que es descartado.
En este sentido, en muchos casos los plásticos tienen un menor impacto ambiental en comparación con otros materiales de embalaje. Ecoplas, una asociación civil sin fines de lucro especializada en plásticos y medio ambiente de Argentina, realizó en 2022 un “Análisis de ciclo de Vida de los productos para un menor impacto ambiental”, en el que concluyó que si los envases de plástico fueran sustituidos por otros materiales alternativos, habría un aumento significativo en la masa de empaque, en la demanda de energía durante el ciclo de vida y en las emisiones de gases de efecto invernadero.
La reutilización y el reciclaje son estrategias fundamentales para reducir residuos y promover la sostenibilidad. Sin embargo, en sectores críticos como la atención médica y las industrias químicas y alimentarias ciertos plásticos son esenciales debido a requisitos de higiene y seguridad.
Por tanto, es importante considerar el equilibrio entre los impactos ambientales y sociales al impulsar iniciativas para eliminar los plásticos de un solo uso en busca de un «cero desperdicio». Una comprensión integral y una toma de decisiones informada son necesarias para avanzar hacia soluciones efectivas y sostenibles en la gestión de plásticos y sus desechos.
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