Inversiones en saneamiento: algunos aspectos a considerar

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En el mes de noviembre, OSE anunció la promoción de importantes inversiones con el objetivo de la universalización del saneamiento en el país. En la presente columna se discutirán algunas consideraciones para el análisis de esta problemática y su tratamiento.

Por Ec. Gastón De Lorenzi (*)

El acceso al saneamiento es un derecho humano fundamental. A nivel mundial, se reconoce su universalización dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, mientras que, a nivel nacional, según la Constitución de la República, se estipula su provisión de manera sostenible, equitativa y universal.

¿Cómo es la provisión del servicio en Uruguay en comparación al resto de los países de la región?

Considerando los datos de la Organización Mundial de la Salud y particularmente del Programa de Monitoreo Conjunto para el Suministro de Agua, Saneamiento e Higiene (JMP por su sigla en inglés)[1], se observa que Brasil, Argentina, Chile, Colombia, México, Paraguay y Uruguay presentan al menos un 90% de su población con acceso a servicio básico, aunque con algunas diferencias en lo que refiere a un sistema gestionado de manera segura. Uruguay en particular es uno de los países que presenta un mayor porcentaje de servicio con prestaciones básicas o gestionadas de manera segura, pero con margen de crecimiento en lo que respecta a esta última categoría.  De hecho, persisten inequidades geográficas y socioeconómicas.

En términos geográficos, mientras que para la capital del país la cobertura de saneamiento por red es mayor al 85%, para el interior del país dicha cifra es del 48%. Según datos presentados en el Plan Nacional de Saneamiento[2] (considerando el Censo del 2011), los departamentos con menor cobertura son Canelones, Colonia y Rocha.

Asimismo, surgen diferencias considerando los ingresos de los hogares. En referencia a datos del año 2017, aproximadamente el 80% del quintil de mayores ingresos accede a evacuación a red general, mientras dicho valor fue del 40% para el quintil más pobre de todo el país.

Por otra parte, de forma tal de culminar el proceso de saneamiento con un tratamiento adecuado de las aguas residuales y aumentar la proporción de aguas residuales tratadas, se deben de crear nuevas Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR). De esta manera, se conservaría de mejor forma la calidad del agua y se reduciría el riesgo de enfermedades asociadas a una peor calidad de la misma, aportando a la concepción de sostenibilidad en el proceso.

Inversiones proyectadas y consideraciones a contemplar

En esta línea, y con el objetivo de universalizar el servicio, impactando sobre el ambiente y la salud de las personas, la OSE prevé grandes inversiones para los próximos años[3]. Se han promovido dos iniciativas privadas, la primera de ellas denominada “Universalización del Saneamiento en el interior del Uruguay”, mientras que la segunda corresponde específicamente a la localidad de La Paloma, en Rocha. La primera de ellas supone una inversión cercana a los US$ 350 millones en seis años, donde se intervendrán 61 localidades del interior, generando conexiones a la red de saneamiento para 57.200 hogares, lo que corresponde aproximadamente a 150.000 habitantes beneficiados. Asimismo, se prevén la implementación de 48 nuevas PTAR. Este proyecto aumentará las conexiones a redes de saneamiento en los hogares del interior del 48% al casi 70%.

Ahora bien, la implementación de estas obras presenta dos desafíos.

En primer lugar, producto de las características de las intervenciones a ejecutar, en el proceso se intervienen otras infraestructuras no específicamente atribuidas a los sistemas saneamiento, Para realizar un uso eficiente de los recursos, se deben de ejecutar a la par obras asociadas a la vialidad, sistemas pluviales, u otros complementarios. De esta manera, realizando obras integrales, se optimizarían los recursos invertidos, y se solucionarían diversas problemáticas de una sola vez. Esto, sin dudas, requiere de una elevada coordinación entre los diferentes organismos que interactúan, como por ejemplo Intendencias, OSE, Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), ministerios, entre otros, lo que representa una importante dificultad a atender. En el extremo, deberían realizarse todas las obras en conjunto, por lo que requiere de una planificación conjunta eficiente.

Otro de los desafíos puede surgir de la determinación de la mejor solución de saneamiento para cada caso, con el objetivo de realizar un uso de recursos con eficiencia. Esto se debe a que existe un importante componente de escala en los costos atribuidos a diferentes soluciones identificadas para el saneamiento, donde la densidad poblacional juega un rol clave. A modo de ejemplo, es claro que la solución para hogares del medio rural será diferente que para áreas urbanas de alta densidad.

Particularmente, el costo medio de las intervenciones se disminuye a medida que crece la densidad poblacional del medio intervenido y la cantidad de hogares afectados. A su vez, se deben considerar tanto los costos de inversión, como también los de operación y/o mantenimiento para una toma de decisión que considere todos los elementos. Estos últimos son fundamentales, ya que la ejecución de la obra no resuelve de forma completa la provisión del servicio. Se debe de mantener y operar de manera satisfactoria para que las mismas, que requirieron la inversión de recursos, brinden los servicios de calidad necesarios a lo largo de su vida útil para que la población haga usufructo y se beneficie de ellas.

Es así que en localidades de baja población y/o zonas de muy baja densidad, pero de localidades más pobladas, el sistema de barométricas puede ser una solución óptima. Sin embargo, a medida que crece la densidad poblacional, dicho sistema se encarece, producto de que prácticamente no se poseen costos marginales decrecientes, y, por el contrario, sí poseen esta característica otros tipos de redes, como las redes convencionales o sistemas condominales.

Si se analiza este elemento en términos de eficiencia, se debe de asignar la solución que reporte mayor rentabilidad socioeconómica, considerando aquellas soluciones de menores costos que resuelvan el problema de manera correcta y brinden un menor ratio de costos-beneficios. No obstante, siguiendo con el objetivo de atender a la mayor cantidad de población de manera segura, se debe de buscar disminuir el tratamiento de sistemas individuales (depósitos sanitarios impermeables, depósito sanitario filtrante o fosa séptica), ya que no son seguros de manera ambiental o sanitaria, iniciando justamente por zonas del interior de carácter urbano.

En resumen, en el país más del 98% de las personas tienen acceso a saneamiento básico. Sin embargo, con el objetivo de alcanzar una provisión del servicio de saneamiento de manera segura para toda la población, dando un paso más en términos de sostenibilidad ambiental y sanitaria, se deben de realizar inversiones importantes, sobre todo en el interior del país. Es fundamental la coordinación de actividades entre los diferentes organismos competentes de las obras públicas, de forma de que las mismas sean integrales, abarcando no solo saneamiento, sino también aspectos de vialidad, pluviales, conectividad u otros, y mejorando así la eficiencia del gasto público en este sentido.

(*) Economista en AIC Economía y Finanzas


[1] Página web oficial: https://washdata.org/

[2] Acceso al plan: https://www.gub.uy/ministerio-ambiente/politicas-y-gestion/planes/plan-nacional-saneamiento

[3] Información sobre las obras en: https://www.gub.uy/presidencia/comunicacion/noticias/ose-aprobo-llamado-licitacion-para-universalizar-saneamiento-interior