En la primera mitad de 2020, el mundo atravesó una perturbadora crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19, que exacerbó aún más la desaceleración económica general observada desde 2019. Las medidas llevadas a cabo por los países para contener la pandemia han tenido grandes impactos tanto en la demanda como en la oferta debido a la incertidumbre provocada por las perspectivas negativas de empleo e ingresos, por una disminución de la producción mundial durante varios meses, entre otros factores.
Gráfico 1 – Tasa de crecimiento de la producción industrial mundial
(Variaciones interanuales)
En el cuarto trimestre de 2020, la mayoría de las economías mostraron signos de recuperación, pero con intensidad desigual. Muchos países industrializados experimentaron una nueva ola de infecciones por coronavirus desde octubre de 2020 lo que las llevó a reintroducir medidas de contención más estrictas.
La producción manufacturera mundial se recuperó tras una significativa caída del 11,2% en el segundo trimestre de 2020, y creció 2,4% en el cuarto trimestre de 2020 en una comparación interanual, volviendo a los niveles pre pandemia, impulsado por el rebote en China y algunos otros países de Asia, en particular Singapur, Corea y Taiwan.
Economías en desarrollo
Las últimas cifras indican que la producción manufacturera de China aumentó 9,4% en el cuarto trimestre de 2020, tras un aumento del 7,9% en el trimestre anterior, período durante el cual China alcanzó (y superó) su nivel de producción anterior a la crisis. La mayoría de las industrias chinas experimentaron un crecimiento en el último trimestre de 2020, con solo unas pocas excepciones, como prendas de vestir (-5,5%) y productos de cuero (-8,5%). La producción de las industrias de tecnología media alta y alta, como la farmacéutica (12,4%), la electrónica informática (11%) y vehículos (14%), creció en el cuarto trimestre de 2020 en la medición interanual.
A pesar de estos incrementos, sigue siendo incierto si el sector manufacturero de China orientado a la exportación puede mantener altas tasas de crecimiento en la producción si la demanda mundial de productos manufacturados se mantiene moderada.
La producción manufacturera de las economías industriales emergentes y en desarrollo aumentó 1% en el cuarto trimestre de 2020, luego de una caída del 23,1% debido a las medidas de contención de COVID-19 tomadas durante el segundo trimestre de ese año. El desempeño de crecimiento de este grupo ya fue lento en 2019 además de una disminución constante en el crecimiento a lo largo de 2018.
Asia y el Pacífico evidenciaron una caída interanual en la producción manufacturera del 0,7% en el cuarto trimestre de 2020, luego de reducciones del 25,4% y del 6,4% en el segundo y tercer trimestre respectivamente. Las tasas de crecimiento decrecientes que se han registrado desde finales de 2018 en adelante ya marcaron una tendencia a la baja. Una mirada más cercana a países específicos de esta región revela tendencias variables en la producción sectorial. Por ejemplo, la producción manufacturera de la India aumentó 1,3%, en Vietnam 9% y en Pakistán 10,9%. En cambio, disminuyó 1,9% en Tailandia, 3,1% en Indonesia y 7,5% en Filipinas.
En comparación con el cuarto trimestre de 2019, las estimaciones de crecimiento basadas en la disponibilidad limitada de datos para los países africanos indican una disminución de la producción manufacturera del 1,3%. Por el contrario, en el segundo trimestre, la producción cayó 15,7% ya que la pandemia del COVID-19 obligó a muchos países a imponer medidas de contención. Mientras que la producción manufacturera de Senegal (10,4%) y Rwanda (5,8%) aumentó, la de Nigeria, Sudáfrica y Túnez disminuyó 0,5%, 2,2% y 2,7% respectivamente.
La producción manufacturera de otras economías en desarrollo experimentó un crecimiento interanual comparativamente alto en la producción manufacturera (6,6% en el cuarto trimestre de 2020), después de sufrir una caída del 17,6% en el segundo trimestre. Turquía, el mayor fabricante de este grupo, registró un aumento significativo en la producción en el cuarto trimestre (10,9%). Sin embargo, otros países de este grupo mostraron patrones de crecimiento de la producción variables. Por ejemplo, la producción manufacturera en Grecia, Rumania y Croacia aumentó 1,5%, 0,6% y 0,2% respectivamente, mientras que se observaron disminuciones en Bulgaria del 3,2%, en la República de Moldova del 4,4% y en Ucrania del 8,1%.
En el cuarto trimestre de 2020, la producción manufacturera de América Latina creció 2,2% en la comparación interanual, tras caídas del 24,2% y del 3,9% en el segundo y tercer trimestre del año.
Argentina registró una recuperación del 2% en el cuatro trimestre en relación a igual período de 2019 (0,9% si se considera el segundo semestre de 2020).
La producción industrial brasileña aumentó 3,4% en último trimestre del año. Considerando el segundo semestre de 2020, la actividad manufacturera brasilera registró un incremento interanual del 1,4%.
En Uruguay, en el último trimestre del año, la producción manufacturera, excluida la refinería de ANCAP registró un crecimiento del 1,8% en términos interanuales, mientras que la producción del núcleo industrial –excluyendo las ramas en las cuales se encuentran las empresas Pepsi ZF (rama 1549), UPM y Montes del Plata (rama 2101)-, evidenció una relativa estabilidad (0,2%). En este último caso, en el segundo semestre del año, la producción registró una caída del 1,6% en relación a igual semestre de 2019. Considerando ambas mediciones, se concluye que a fines de 2020 se llegó a los niveles de producción pre pandemia, superando en términos promedio la crisis productiva del primer semestre.
Gráfico 2 – Variación de la producción industrial en la región*
(Variaciones interanuales)