Desde una perspectiva empírica, es necesario continuar con la descentralización y con ello los gobiernos locales tendrían mayor autonomía en sus decisiones en relación a las acciones a tomar para promover cambios en el entorno. Después ya contando con mayor libertad, sería pertinente generar toda una serie de nuevas dinámicas entre los actores locales. El gobierno local debe elaborar un plan estratégico en el cual se tome en cuenta a cada uno de estos entes locales. Suscitando nuevos procesos de gestión con el objeto de dar confianza y certidumbre a los actores locales. En este sentido, los representantes locales tendrían una visión real de su rol dentro del municipio. Por su parte la población de los ámbitos locales otorgará su confianza a sus autoridades y asimilará la importancia de su participación dentro de las nuevas propuestas de sus representantes locales.
Existiendo certidumbre y confianza, puede establecerse una articulación exitosa entre los actores locales. Por ejemplo, los microempresarios tendrían la confianza de externar sus inquietudes a las autoridades locales. A su vez las autoridades locales en convenio con las instituciones de educación superior estatales crear programas para generar nuevos emprendimientos y nuevos empleos. La sociedad civil debe ser activa para defender sus derechos y obligaciones dentro del entorno local. El desconocimiento genera incertidumbre y miedo en la población. Ante esto las instituciones de educación tienen un papel relevante, esta debe ser el vínculo entre actor político y sociedad civil. Dentro de las opciones de participación activa están los Centros Comerciales para hacerles saber, en principio, la importancia de su participación y hacer eficiente la gestión gubernamental local. Es decir hacerles saber la importancia de su participación para el buen funcionamiento del gobierno local.
La Universidad tiene el reto y compromiso social para ser promotora del desarrollo económico local. Tiene que tomar su papel protagónico y empezar a fomentar, difundir y conectar a los actores gubernamentales y no gubernamentales en torno a proyectos con fines comunes. La Universidad tendría a su encargo las actividades de capacitar y tener una educación continua para ampliar el capital humano. De igual forma generar la articulación entre empresarios locales y Universidad para incentivar la creación de incubadoras de microemprendimientos. En este sentido los servicios que se ofrecerían en las incubadoras serian realmente eficientes. Teniendo la capacidad de asesorar en la realización de planes de negocios, como efectuar alianzas y convenios con otros organismos de apoyo financiero y realización de trámites, y talleres de capacitación, apoyar las iniciativas de los proyectos de los micro- emprendedores, ofreciendo la infraestructura y asesoría necesaria para el éxito de las futuras empresas de la comunidad.
En este contexto, la articulación y/o unión de esfuerzos de los actores socioeconómicos locales para abatir los rezagos de los ámbitos territoriales mejoraría las condiciones de la localidad. Pudiendo incentivar el desarrollo de las localidades, potenciar sus competencias para atraer recursos financieros y con ello generaría las condiciones para crear esos tan ansiados emprendimientos económicos, generadores de empleo en el lugar y frenar la migración de la población económicamente activa de su lugar de origen. En este sentido suscitaría, en el mediano plazo, un tejido empresarial aceptable, inserción de los jóvenes desempleados y una presencia fortalecida de los gobiernos locales. Y de no hacerlo se seguirá como hasta hoy, con prácticas de iniciativa de forma fragmentada y descoordinada con el contexto real en el cual se vive.