Por Ignacio Estrada (*) | @ignacioestrada0
Álvaro Lamé, quien fuera fundador de Netgate y presidente de la Cámara Uruguaya de las Tecnologías de la Información (CUTI), cuando era consultado sobre la necesidad de más gente preparada para trabajar en las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), ofrecía el siguiente paralelismo: “La industria forestal planta árboles para sacar celulosa. Nosotros necesitamos plantar talento, es el recurso básico que tenemos, fundamental.” Este paralelismo me resultó brillante, y comparto plenamente el énfasis: en nuestro país precisamos urgentemente apostar a nuestro talento. No solo en las TICs, también en otras áreas relacionadas con la economía del conocimiento. Y tenemos por delante una oportunidad fantástica para esta apuesta: el cambio de gobierno que se avecina en marzo.
Vivimos en la era del conocimiento, tiempos en los cuales cambios masivos como el avance de la tecnología y la globalización están cambiando nuestros empleos y nuestras vidas. El avance de la automatización, la robotización, la inteligencia artificial y demás, hace que ciertos empleos desaparezcan, y surjan nuevos empleos para los cuales se precisan nuevos conocimientos y habilidades. La educación tradicional, así como la formación continua para el trabajo, es crítica. Sin embargo en nuestro país nuestro sistema educativo no ha estado a la altura del desafío. Altos niveles de abandono, bajos niveles de conocimiento (medido por ejemplo con las pruebas PISA) hacen que nuestros jóvenes salgan a un mundo del trabajo cambiante, demasiadas veces con herramientas insuficientes. Ante este panorama, una potente apuesta al talento uruguayo a partir de marzo es prioritaria.
El borrador de la Ley de Urgente Consideración, compartido recientemente, incluye un capítulo con cambios a la Educación. Es alentador que se empiece pronto con modificaciones que nos ayuden a generar un mejor sistema educativo. Sin dudas habrá mucho por hacer y proponer en los próximos años. Un dato alentador, según el informe de McKinsey “¿Cómo continúan mejorando los mejores sistemas educativos del mundo?” que analizó casos de transformación educativa tan distintos como Minas Gerais o Corea del Sur, es que los resultados pueden comenzar pronto, incluso antes del final de este período de gobierno. El informe resalta como una de sus principales conclusiones que “Un sistema educativo puede mejorar de forma significativa independientemente del nivel en el que empiece – y estas mejoras pueden lograrse en menos de 6 años”.
Claro que para “plantar talento”, debemos hacerlo a todos los niveles, en todas las edades. En la primera infancia, sabemos que el cerebro tiene un desarrollo importante, con efectos para toda la vida. En esta etapa existen programas de estimulación, de fomento de la lectura por ejemplo, con grandes resultados. La formación de nuestros jóvenes, desde preescolar hasta que ingresan al mundo del trabajo, es crítica y debe incluir mayor énfasis en conocimientos de áreas clave para la futura inserción laboral, como la ciencia y la tecnología. Podemos también fomentar la formación continua, en el trabajo, como manera de que nuestra población siempre mantenga frescos sus conocimientos y habilidades, teniendo así mayores chances de insertarse en nuevos empleos ante posibles cambios en sus lugares de trabajo. La enseñanza del inglés es importantísima, y puede posibilitar la generación de empleo en áreas donde Uruguay ya se está destacando (como los servicios globales).
Con una buena “plantación” de talentos, se nos abre un mundo de oportunidades. Podremos por ejemplo atraer nuevas empresas, para las cuales contar con personal capacitado es prioritario. El caso de Amazon que se está expandiendo en el estado de Virginia (25 mil nuevos empleos), en Costa Rica (la empresa ingresó hace 10 años y ya cuentan con 9 mil empleados) y recientemente El Salvador (donde buscan capacitar a más de 80 mil personas y emplear a 5 mil más adelante) demuestra que para las empresas de la nueva economía, el talento es primordial. Podremos fomentar nuestro ecosistema emprendedor, con emprendimientos con mayor valor agregado y conocimiento, con el potencial de más emprendimientos dinámicos que son potentes generadores de empleo. Podremos también apostar más fuerte a la innovación, tan importante para que en nuestras empresas surjan nuevos productos y servicios que dinamicen la economía.
Todos estos cambios, beneficiarán a nuestra población. Nuestros jóvenes, tantos de ellos afectados por el desempleo, tendrán mejor preparación para el mundo del trabajo. Una economía vibrante ofrecerá más y mejores empleos entre los cuales podrán elegir. Un mercado del trabajo sólido también ayudará a personas de otras edades, que actualmente se encuentran con menos posibilidades de inserción laboral y desarrollo profesional.
Es hora de poner todo el esfuerzo en “plantar talento”. Como han hecho otros países pequeños como Singapur, Corea del Sur, Finlandia, Estonia, que en las últimas décadas han logrado enormes avances y desarrollo económico. Como hacemos ya con el fútbol, que llega a tantas personas a edades tempranas con el Baby Fútbol y tiene tantas categorías; algo que nos ha permitido grandes éxitos en este deporte a pesar de nuestra población comparativamente baja. Avancemos con fuerza y determinación en la era del conocimiento, tenemos una gran oportunidad de dar un salto en desarrollo.
(*) Diputado suplente por el Partido Nacional. Fundador de Compromiso con el Cambio.