Por: Dr. Pablo Anzalone (*) | @PabloAnzalone
Hace pocos días la Coordinadora de Instituciones de Salud planteó a la ministra de Salud Pública sus preocupaciones por el aumento de los análisis en la pospandemia y la falta de recursos para incluir en las prestaciones obligatorias (PIAS) las acciones en salud mental.
Llama la atención que el planteo fuera referido a los costos de los tests diagnósticos, cuando debiera ser muy evidente que un diagnóstico temprano permitirá actuar a tiempo para evitar el agravamiento de los problemas de salud. Si no se hacen dichos tests, los costos serán mayores desde todo punto de vista.
No aparece con claridad que el nudo central de la situación actual es el aumento de los problemas de salud y el deterioro de la respuesta por parte de las instituciones de salud.
Como han denunciado los movimientos sociales y como señala en artículo reciente Miguel Fernández Galeano(1) existen problemas reales de saturación en la atención con demoras excesivas en la atención de urgencia, dificultades en el acceso a la medicación, debilitamiento del primer nivel de atención y desmesuradas listas de espera para especialidades médicas y quirúrgicas. Faltan planes de contingencia y las políticas de recorte de recursos afectan a usuarios y trabajadores.
La salud mental y la primera infancia son graves problemas sanitarios y sociales en Uruguay. Múltiples organizaciones sociales, instituciones académicas y referentes políticos, han convocado a dar respuestas distintas en estos campos. Ambos puntos fueron jerarquizados y se asignaron algunos recursos. Sin embargo, no se han visto resultados claros, acciones contundentes y mejoras significativas. Dicen las empresas mutuales que tienen un déficit de 7 millones de dólares con las prestaciones en salud mental. O sea, prestaciones que no están dando resultados para disminuir resultados preocupantes. La falta de presupuesto para los planes en salud mental no es nueva y el cumplimiento de la Ley 19.529 de Salud Mental enfrenta graves dificultades por eso mismo.
Corresponde asignar recursos, pero también definir una hoja de ruta que asegure el cumplimiento y la evaluación de los planes de trabajo. Sin presupuesto no hay políticas efectivas, pero no alcanza con asignar recursos. Un ejemplo de ello es la crónica realizada por Ida Oreggioni, que “muestra que el Programa 404 Atención Integral a la Primera Infancia no ha tenido ni tiene un plan, no ha logrado articular ni coordinar acciones, tiene un alto grado de incumplimiento e improvisación, y no ha obtenido los resultados esperados”(2).
También las cifras de inseguridad alimentaria muestran un agravamiento y previsiblemente las enfermedades crónicas no transmisibles se incrementarán por la falta de controles durante la pandemia y el debilitamiento de las políticas sobre tabaco y alimentación.
Servicios VIP y desigualdades
Al mismo tiempo, hay otras formas de deterioro en la atención. Avanzan formas de desigualdad y privatización encubierta de los servicios y se vulnera el acceso universal a la atención con sistemas de atención diferencial por pagos adicionales (servicios VIP). Esto no debería ser tolerado por las autoridades sanitarias porque viola el principio de igualdad en el acceso a la salud (MAF Galeano 2023), en especial, los privilegios en aspectos asistenciales como tiempos de espera con especialistas, atención de urgencia y medicación. La organización de usuarios de salud del Casmu, entre otros actores, ha cuestionado estos retrocesos y reclamado el funcionamiento del Consejo Consultivo para discutirlos.
¿Por qué no se convocan ámbitos amplios con participación social para resolver la saturación actual y las perspectivas de mediano y largo plazo?
La elaboración de un plan de contingencia para la saturación de los servicios pospandemia y para abordar el agravamiento de determinados problemas de salud es una cuestión clave ante la situación actual. Junto a la respuesta inmediata es necesario pensar el mediano y largo plazo y allí operan los Objetivos Sanitarios Nacionales al 2030.
Para todo ello se precisan espacios amplios de intercambio, reflexión y elaboración de políticas y planes. Si las cámaras empresariales tienen preocupaciones, las organizaciones sociales también las tienen.
Hay valiosos ejemplos recientes de instancias de análisis y elaboración de propuestas desde los movimientos sociales.
Frente Social de la Salud. Retomando y actualizando las propuestas programáticas elaboradas en 2017, volvió a convocarse en 2023 el Frente Social de la Salud integrado por el PIT-CNT, todas las organizaciones de usuarios y Onajpu.
Congreso del Pueblo. El tercer Congreso del Pueblo en sí mismo fue una convocatoria amplia a la elaboración programática de las fuerzas sociales. En el campo de la salud funcionó una subcomisión que discutió, elaboró y acordó propuestas comunes interactuando con el Frente Social.
Coloquio Internacional Paulo Freire. Rescatando y “reinventando” a Freire y a la educación popular, este coloquio internacional organizado por el programa APEX fue un riquísimo aporte a la participación social y sus diversas formas.
Congreso Pablo Carlevaro. Las conferencias preparatorias del Congreso Pablo Carlevaro han sido instancias fermentales de intercambio de experiencias, reflexiones y elaboración de propuestas desde las organizaciones sociales, la academia y gobiernos locales. Conferencias sobre salud mental, primera infancia, adolescencias, personas mayores, ambiente, y próximamente Cenur Litoral Norte y alimentación, así como un encuentro de espacios adolescentes. En todos los casos se produjeron declaraciones, ponencias, acuerdos, líneas de acción concretas(3).
De cara al futuro es importante recoger todas estas discusiones y propuestas en ámbitos amplios para formular políticas transformadoras y una hoja de ruta.
(*) Doctor en Sociología. Lic. en Educación-Diplomado en Políticas Públicas e Innovación. Mag. en Sociología. Director Div. Salud IMM 2005-2015. Colectivo El Taller.
Referencias:
1) Segunda generación de reformas del sistema de salud, por Miguel Fernández Galeano – Cuadernos del Taller, El Diario Médico (setiembre 2023).
2) Triste crónica de la Atención Integral a la Primera Infancia – la diaria.
3) Para la protección de la vida y la prevención del suicidio – la diaria.