Por Silvana Pérez Bonavita (*) | @perezbonavita
Si bien es un tema que suena mucho, no se ha encontrado la manera de legislar sobre el mismo. Por ese motivo hemos realizado una investigación muy extensa para presentar un proyecto de ley viable, aceptado y con consenso. En primer lugar buscamos los motivos por los cuales, pese a muchos proyectos presentados anteriormente, todos han naufragado. Luego avanzamos en una recorrida por las principales leyes aprobadas al respecto en el mundo, intentando adaptarlas a nuestro país. Entendimos que un primer paso es mucho más que ninguno, ya que todo cambio necesita un comienzo.
Nuestro proyecto apunta a la protección de perros y gatos. Se estima que estos animales se encuentran presentes en un gran número de los hogares uruguayos, hay más de 1.750.000 perros y más de 800.000 gatos, esto sin contar la población callejera.
El primer artículo busca prohibir las prácticas quirúrgicas estéticas en estos animales. Dicho de otra forma, las mutilaciones estéticas que se realizan a gusto del responsable del animal. En este aspecto podemos encontrar las prácticas más inusuales, injustas y perversas, como la caudectomía (corte de cola). Recordemos que la cola del perro es su timón, le da equilibrio y la posibilidad de comunicarse con otros animales a través de su lenguaje corporal. También la otectomía (corte de orejas). Las orejas son esenciales para recopilar la información de su entorno. Además, la oniquectomía, que consiste en la amputación de las garras en los gatos, y la cordectomía, que consiste en cortar las cuerdas vocales en los perros, suelen ser practicas quirúrgicas realizadas, sin olvidarnos de perros a los que se les llega a realizar incluso tatuajes o piercings, por ejemplo.
Yo me pregunto si alguna persona que goce de empatía por otro ser vivo y sentido común puede llegar a realizar estos actos. Una persona que no quiere que su gato raye los muebles o un perro ladre no debería tener ese animal a su cargo. Es una impotencia muy grande la que genera este tipo de situaciones, un pobre animal indefenso que cae en esas manos, es algo sobre lo que debemos actuar ya mismo.
La Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (Wsava, por su sigla en inglés), en su encuentro anual de 2021 declaró a las intervenciones quirúrgicas no terapéuticas, o sea, que no se vinculen a procedimientos médicos indicados para la salud del animal, como innecesarias y contrarias a su bienestar, solicitando la calidad de ilegal para dichas prácticas.
Por otro lado, el Convenio Europeo sobre protección de animales de compañía también prohíbe las intervenciones quirúrgicas cuyo objeto sea modificar la apariencia del animal o conseguir otros fines no curativos. Este convenio se encuentra ratificado por 24 países miembros.
Cabe destacar que los procesos quirúrgicos son sumamente dolorosos y traumáticos para el animal, son heridas abiertas que en caso de infección pueden poner en riesgo su vida. Prohibir estos actos no es solo necesario sino urgente, además de ayudar a concientizar sobre las cirugías estéticas e innecesarias con fines no terapéuticos y lo que ese proceso implica.
Nuestro proyecto también apunta a sancionar actos crueles contra los animales domésticos, todos hemos sido testigos de reiterados casos donde tal crueldad y ensañamiento contra un animal resultaría imposible de imaginar, pero estos casos suceden, y más seguido de lo que parece. Debemos penalizarlos, castigarlos duramente y no permitir que se repitan. Está estudiado psicológicamente que una persona capaz de realizar esas atrocidades a otro ser vivo, es tan capaz de hacerlo a un animal como a una persona. ¿Realmente queremos que esto siga sucediendo y a estas personas no se las juzgue? No son casos aislados, son casos de personas con un grado de violencia tal capaces de cometer cualquier otro tipo de maltrato.
Por ello buscamos incorporar al Código Penal el delito, castigando con tres meses de prisión a tres años de penitenciaría a quien intencionalmente y sin justa causa, dañe la salud o integridad de un animal doméstico, provocándole sufrimiento innecesario, o una agonía prolongada, o la muerte. Entendemos que Uruguay está listo para dar este paso, necesitamos fomentar una sociedad más empática y condescendiente, para promover una convivencia comprensiva con todos los seres vivos. Por un lado estaríamos facilitando la denuncia a este tipo de accionar y por el otro lado reconociendo como implícito el poder sancionatorio desestimulando este tipo de actos atroces.
Queremos destacar el aporte de la Dra. Gabriela Iribar, quien fue nuestra asesora en este proyecto de ley y proporcionó la evidencia científica suficiente para defender esta iniciativa sin dejar lugar a dudas de que vamos por el camino correcto.
Esperamos entonces que el Parlamento uruguayo le dé celeridad a este proyecto de ley, que todos los legisladores sientan la empatía suficiente para dar este paso por un país sin violencia hacia los más desprotegidos.
En este sentido, y dadas las fechas que se avecinan, deseamos a todos unas felices fiestas sin pirotecnia sonora. Recordamos que nuestro proyecto de ley para erradicar la pirotecnia de estruendo fue diseñado para proteger a los niños con trastorno del espectro autista y demás personas que sufren con los altos decibeles ocasionados por estos artefactos sin razón de ser. También fue propuesto para ayudar a todos aquellos animales que padecen los efectos de quienes festejan sin lograr ponerse en el lugar del otro. Este proyecto cuenta con media sanción en la Cámara de Representantes, pero lamentablemente no fue sometido a estudio ni votación en la Cámara de Senadores.
Ansiamos el próximo año poder decir que Uruguay cuenta con estas dos leyes aprobadas, que el Parlamento se expidió sobre ambos temas y todas las víctimas de estos actos puedan por fin gozar de la tranquilidad, el respeto y el cuidado que se merecen.
(*) Diputada de Cabildo Abierto.