Por: Academia Nacional de Medicina. Comisión de Salud de la Mujer.
En el mes del cáncer de mama la Academia Nacional de Medicina adhiere a la campaña de prevención y exhorta a la población en general y especialmente a las mujeres a realizarse los controles correspondientes.
De acuerdo con las cifras del Registro Nacional de Cáncer de la Comisión Honoraria de Lucha Contra el Cáncer(1), el de mama es el cáncer femenino más frecuente en nuestro país. Unas 2.000 mujeres son diagnosticadas por año, lo cual representa unos cinco casos nuevos cada día; por esta causa mueren unas dos mujeres cada día (unas 700 anualmente).
Constituye la causa más frecuente de muerte por cáncer en la mujer en Uruguay y el 28% del total de los cánceres femeninos.
Es importante mencionar que la tasa de mortalidad por esta enfermedad en Uruguay cayó más de un 1% desde 1990, pero ese descenso se detuvo en 2014. Nuestro país tiene el triste privilegio de ocupar un lugar entre aquellos con las más altas tasas (quintil superior de las tasas registradas internacionalmente).(2).
Esto enfatiza aún más las recomendaciones que se formulan más abajo.
Los factores de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad son:
- Ser mujer, por lo ya expresado de la enorme diferencia en la incidencia en
mujeres y hombres. - Haber tenido un cáncer de mama.
- La edad (la frecuencia aumenta exponencialmente con la edad).
- Antecedentes familiares de cáncer de mama; más significativos cuanto más precoz se haya presentado la patología, más numerosos los casos y más cercano el parentesco. De ahí la importancia de la consulta en casos especiales con el especialista en genética clínica, porque puede darse el caso que se identifiquen las mutaciones génicas favorecedoras tanto del cáncer mamario como de ovario: BRAC-1 y BRAC-2.
- Nuliparidad o la primiparidad tardía.
- Obesidad, sedentarismo.
- Tabaquismo, consumo de alcohol.
La identificación precoz de uno o más de estos factores de riesgo llevará a una vigilancia más estricta.
De estos factores, los hay evitables o corregibles: reducir el peso corporal; evitar el uso de hormonas sexuales femeninas con finalidad contraceptiva o de reemplazo menopáusico; optimizar el estilo de vida (dieta balanceada y ejercicio físico).
El ejercicio físico es de los factores protectores que cuenta con mayor evidencia científica. Esta estrategia, que tiene como objetivo evitar la enfermedad, se denomina prevención primaria y ofrece un enorme potencial con notorios beneficios costo-efectivos. Los expertos estiman que estas estrategias de prevención en el marco de los programas de control de cáncer pueden potencialmente evitar el 50% de los cánceres de mama.
Otros factores no son modificables: en caso de ser portadora de la o las mutaciones antes citadas, puede proponerse excepcionalmente la mastectomía profiláctica o el empleo -también preventivo- de tamoxifeno; ambas cosas previo cuidadoso estudio del caso y diálogo con el paciente acerca de los riesgos versus los beneficios, y generalmente en el contexto de un equipo de tratamiento multidisciplinario.
Tampoco son modificables sexo, edad, antecedentes personales y familiares.
Dentro de las acciones a desarrollar con un criterio de diagnóstico precoz de la enfermedad están:
1) Instruir a los pacientes para realizar la observación y examen de sus propias mamas, una vez por mes y en período posmenstrual inmediato; en las posmenopáusicas fijar un día en el calendario para su realización.
2) Examen médico general -anual- que incluya: a) examen mamario; b) la mamografía -a veces complementada por la ecografía mamaria- a partir de una edad y con una frecuencia variable de acuerdo al riesgo de cada paciente (si se trata de casos de riesgo bajo, a partir de los 40 años).
Acciones de atención primaria y programas específicos pueden detectar aquellas mujeres de alto riesgo y someterlas a controles o acciones preventivas de eficacia ya probada.
Avances en el tratamiento del cáncer de mama
En la evolución del tratamiento quirúrgico pasamos de la cirugía radical con la extirpación de toda de la glándula mamaria con el vaciamiento axilar correspondiente a la cirugía conservadora; primero glandular y después de los ganglios axilares; con los mismos resultados oncológicos y resultados estéticos muy superiores.
El avance en el estudio del ganglio centinela (estudio de medicina nuclear), permite seleccionar a aquellas pacientes en las que no es necesario realizar el vaciamiento ganglionar axilar, minimizando secuelas y complicaciones.
También se cuenta con la posibilidad de la cirugía reconstructiva mamaria a cargo de cirujanos especialistas con implantes protésicos o el uso de prótesis mamarias externas, minimizando así las secuelas físicas y psíquicas de la paciente.
El desarrollo de la anatomía patológica con la incorporación de las punciones de los tumores una vez diagnosticado permite una clasificación inmunohistoquímica en cuanto a su agresividad y esta puede determinar la realización de poliquimioterapia previa al tratamiento quirúrgico.
Estos avances son acompasados por el desarrollo oncológico médico, donde son notables los progresos en tratamiento y prevención, con protocolos adecuados a cada paciente y a cada tipo de tumor. Además, el trabajo conjunto en equipos multidisciplinarios ha permitido mejorar el diagnóstico y tratamiento de esta neoplasia tan prevalente en nuestro medio mejorando la sobrevida y la calidad de vida de las pacientes.
Consideramos de gran valor el difundir o divulgar públicamente los conocimientos acerca del cáncer de mama, su prevención y tratamiento, mediante charlas y publicaciones.
Referencias:
- Registro Nacional de Cáncer – CHLCC. Sitio web consultado el 14/10/21. https://www.comisioncancer.org.uy/categoria/Registro-Nacional-de-Cancer-14.
- Ferlay J, Ervik M, Lam F, Colombet M, Mery L, Piñeros M, Znaor A, Soerjomataram I, Bray F (2020). Global Cancer Observatory: Cancer Today. Lyon, France: International Agency for Research on Cancer. Available from: https://gco.iarc.fr/today, accessed [14/10/2021].