Por: Dr. Charles Carrera (*) | @ChCarreraLeal
En ocasión de la entrevista que nos hiciera CRÓNICAS en marzo de este año, realizamos algunas consideraciones en lo que respecta a la política de recortes y ajustes aplicada por este gobierno, poniendo como ejemplo lo ocurrido en el INAU (Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay).
Específicamente, dijimos que “desde el punto de vista social y económico hay muchos debes, y la inacción del gobierno nos está hipotecando el futuro. En los recortes de las políticas públicas hay perjuicios. Por ejemplo, el año pasado no se ejecutaron 700 millones de pesos en el INAU y se ejecutó un 50% de las inversiones. Eso implica menos prestaciones para niñas, niños y adolescentes” (CRÓNICAS, 5 de marzo de 2021).
Pocos días después, el entrevistado del semanario fue el presidente del INAU, Pablo Abdala, quien, consultado sobre mis expresiones, las desmintió de forma absoluta, manifestando por el contrario que no era así: “En el año 2020 se mantuvieron todas las prestaciones, tanto las de tiempo completo –los centros de 24 horas- como las de tiempo parcial –los CAIF, los clubes de niños, entre otros-. Además, se incorporaron más de 20 CAIF cuyas construcciones venían de la administración pasada, pero se completaron, se cancelaron las obligaciones y se está financiando la gestión de esos centros.
Es más, como el presupuesto que heredamos de la gestión del Frente Amplio era deficitario, en noviembre fue necesario pedirle al Poder Ejecutivo un refuerzo presupuestal de 700 millones de pesos y la ministra (de Economía, Azucena) Arbeleche lo autorizó. Eso se hizo en medio de las dificultades sanitarias, económicas y sociales que el país enfrentó, para que INAU pudiera mantener en su totalidad las prestaciones.
A eso se le deben agregar cerca de 70 millones de pesos adicionales del Fondo Coronavirus que el Poder Ejecutivo nos asignó para financiar distintos gastos asociados a la emergencia” (CRÓNICAS, 26 de marzo de 2021).
Como ocurre en casos como estos, los datos oficiales terminan siempre confirmando o desmintiendo lo expresado por los actores públicos. Hay personas que debieran ajustar sus dichos a una realidad que –más temprano o más tarde- terminará saliendo a la luz para confirmar o desmentir lo dicho.
Tal parece ser el caso del presidente del INAU, quien rápidamente se atrevió a desmentirnos entonces sin reparar que cuando al final del año se pasara raya, los números revelarían la verdadera realidad y no un relato ficto con el cual justificar su ineficacia.
Los números aportados por el gobierno en ocasión de presentar la Rendición de Cuentas 2020, revelan que en el INAU se dejaron de ejecutar algo más de 700 millones de pesos (767.110.074 pesos, para ser precisos), como habíamos afirmado entonces, echando por tierra la falsa afirmación con la que pretendió desmentirnos.
Lo extraño de todo ello es que según lo expresado en la entrevista posterior a la nuestra, la cifra final no ejecutada es increíblemente similar al refuerzo que supuestamente recibió del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sumado a la parte que recibió del Fondo Coronavirus (lo que totalizaría unos 770 millones de pesos). Tamaña similitud lleva a pensar que las economías que reporta el proyecto de Rendición de Cuentas enviado al Parlamento no son efectivamente ahorros, sino la cantidad recibida del MEF que no se ejecutó y se devuelve.
Pero los números en realidad son aún peores…
En el año 2020 el gasto del INAU se redujo un 4,9% en términos reales, disminuyendo tanto las remuneraciones (-3,5%), los gastos de funcionamiento (-1,1%), así como las inversiones (-71%). Esto contrasta con el aumento en la cantidad de niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad que debió atender, como consecuencia del deterioro en la situación social. Por tanto, se redujo el gasto por cada niño, niña y adolescente atendido.
En el mismo año se obtuvieron refuerzos de rubro para gastos de funcionamiento por 1.062 millones de pesos y, sin embargo, se subejecutaron en gastos de funcionamiento 254 millones de pesos, es decir, el 24% del incremento asignado por esa vía.
Fiel al estilo impuesto por esta administración, se maquillan los ajustes con eufemismos como el de “economías” y “ahorros”, para referirse al recorte de las políticas públicas destinadas a los beneficiarios de un organismo que no son otros que los niños, niñas y adolescentes uruguayos.
Recortes efectuados en el peor momento de la pandemia, afectando a los que más necesitan del apoyo del Estado, no deberían ser objeto de “economías”, sino de inversiones que redunden en el mejor desarrollo posible de las nuevas generaciones de uruguayos.
Los datos aportados por el MEF en ocasión de presentar el proyecto de Rendición de Cuentas que ingresó al Parlamento no hicieron otra cosa que confirmar lo dicho en aquella ocasión y desmienten absolutamente lo expresado por Abdala.
Los números
Las cifras aportadas no dejan ningún lugar a dudas sobre lo expresado oportunamente, y en ese punto nos preguntamos cómo pudo afirmar lo contrario quien está hoy al frente del organismo. Estos datos dan cuenta de una absoluta desinformación sobre la ejecución presupuestal por parte de quien fue designado para dirigir un organismo de la importancia que reviste el INAU. Un preocupante desconocimiento, por cierto.
A esta altura, debiera –por lo menos- disculparse.
(*) Senador de la República – MPP – Espacio 609 – Frente Amplio.