Por Alfredo Asti | @AlfredoAsti
El viernes 10 de noviembre recibimos una noticia devastadora, había fallecido Danilo Astori.
Para mí hablar de Danilo no es solo referirme a un referente político de extraordinaria importancia en las últimas décadas. Mi relación con él data de más de medio siglo, con mi ingreso a Facultad de Ciencias Económicas, en 1970, siendo primero mi docente de Estructura Económica Nacional en 1971 y luego en diciembre de 1972 transformándose a los 32 años en el decano más joven de la Udelar, función que cumplió hasta la Intervención en 1973 y retomó con la restauración democrática. Nos separó, como a tantos, la larga y oscura noche de la dictadura, pero poco a poco Danilo fue abriendo ventanas a la luz, a través de charlas didácticas sobre la realidad económica y social nacional que realizaba en parroquias para vecinos y vecinas que queríamos escucharlo, en audiciones de radio, en folletos y libros.
También fue mi amigo, compañero, compartiendo con Seregni reuniones familiares y vecinales en los veranos de La Floresta, giras políticas, y desde 1994 fue líder de mi sector político, Asamblea Uruguay, creado con el conjunto de diversas vertientes frenteamplistas y con el guiño “cómplice” de Seregni, para ser voz de los independientes dentro del Frente Amplio (FA).
A través de él aprendí de Economía y de Política (con mayúscula), de la ética de las responsabilidades, de la necesidad e importancia de mantener el rumbo y no perderse en los atajos.
Aprendimos a luchar por renovar a la izquierda en Unidad y Diversidad, a preparar al Frente Amplio para ser real alternativa de Gobierno, logrando ya en 1994 la paridad entre los tres partidos. Asamblea Uruguay, recién creada, fue una herramienta fundamental en esta consolidación, siendo el sector más votado del FA con el 40%. Pero el gran paso se dio con el triunfo del FA y con la presidencia de Vázquez, quien anunció en plena campaña del 2004 que Danilo sería su ministro de Economía.
Aprendimos con él a priorizar primero al país y su gente, luego al FA y por último al sector y personas. Siempre estuvo convencido de que “podía hacer las cosas que había que hacer”. No medía costos políticos, y vaya si pagó esos costos sin claudicar. Lealtad y generosidad fueron valores, difíciles en política, pero siempre reclamados y aplicados por él y nuestro sector.
Fue un decidido y siempre leal frenteamplista desde el primer momento. Fue un Seregnista a ultranza que compartió militancia, visión estratégica, proyectos y hasta candidatura en la fórmula presidencial del FA en 1989, luego de la ruptura de la izquierda en ese año, que sin embargo, pese a haber perdido sectores que representaron en la elección anterior casi el 50% de los votos, mantuvo su nivel de votación nacional, creció en cantidad de legisladores, siendo Danilo candidato común al Senado por todas las listas del FA y logrando, por primera vez, la Intendencia de Montevideo.
Fue un generador de equipos tanto en su área económica como en su pasaje por las cátedras, el decanato y los centros de estudio y también en el Ministerio. Prueba de ello es que hoy tenemos una gran generación de economistas que se formaron bajo su ala, como también en su faz política; muestra de ello es que la dirección de Asamblea Uruguay sigue teniendo aún a algunos de los integrantes de los fundadores de 1994.
En las últimas reuniones semanales por zoom de la Dirección Nacional de Asamblea Uruguay, de octubre de este año, Danilo, expresamente nos transmitió la necesidad de concretar la profundización de la renovación y del fortalecimiento de Asamblea Uruguay y Convocatoria Seregnista Progresistas, asegurando el triunfo, para él indiscutible, del FA en 2024.
Teníamos prevista con él una mesa nacional con delegados de todo el país para el 4 de noviembre, para aprobar esas modificaciones que todos juntos impulsábamos y que fue postergada para el pasado sábado 26, donde como estaba previsto se amplió y renovó la Dirección Política Nacional de Asamblea Uruguay, incorporando cuatro compañeras del interior y un representante de la juventud, logrando una mayor equidad de género, generacional y territorial.
Uruguay le debe un gran homenaje por lo que hizo y también por lo negativo que evitó.
Debe ser recordado como investigador, catedrático, senador (siete períodos electo), ministro (dos veces), vicepresidente, y uno de los principales referentes en los 15 años de Gobierno del Frente Amplio, periodo con inédito crecimiento con equidad, baja de la pobreza, inclusión, mejora de la distribución del ingreso y oportunidades, y reformas estructurales.
Pero también debe recordárselo por sus otros permanentes aportes al país, desde su participación en la Opypa y la CIDE, junto a Wilson y Enrique Iglesias (década del ‘60), su integración a los trabajos internacionales de la ONU en Cepal e Ilpes y la FAO (década de los ’70 y ’80), a la economía nacional con la fundación de Ciedur, a la forma de hacer política en el FA, a la cultura, a la agenda de derechos, etc.
No podemos dejar de mencionar sus grandes aficiones a la cultura toda, a la lectura, a la música, al jazz, al canto popular, su amor por el Carnaval (que disfrutaba pese a las fuertes críticas que recibía), por el deporte y a su fanatismo por su querido Club Nacional de Fútbol.
Danilo es insustituible, pero forjó, como decíamos, equipos con nuevas generaciones en el área económica y referentes claros en política sectorial como el hoy senador José Carlos Mahía, su suplente en el Senado y actual Secretario Político de Asamblea Uruguay, y un conjunto de compañeros y compañeras que ocupan y/o ya han ocupado diversas responsabilidades de Gobierno Nacional y Departamental y otros que se han preparado para ello y serán los y las responsables en el área política, para continuar con su legado y sus propuestas sin modelos pero sí rumbos claros y determinados.
“No existe la justicia sin libertad y la libertad sin justicia tampoco”. “La izquierda tiene que ir caminando hacia una sociedad con valores distintos en el mismo pie de igualdad: justicia libertad, compromiso democrático irrenunciable, como fines en sí mismo, no como instrumento”. “Solidaridad mayor…, terminar con la filosofía del lucro…especulativo.” “Una sociedad donde haya posibilidad de agruparse, de tener experiencias colectivas exitosas, de tener oportunidades”
La visión estratégica de Danilo, bien aprendida, aprehendida y compartida por quienes él formó y lo acompañamos, marca la continuidad y fortalecimiento de su legado, representando una Izquierda, moderna y segura. La continuidad de Asamblea Uruguay y Convocatoria como reafirmación del seregnismo en la unidad y diversidad del FA, pero siempre siguiendo el rumbo señalado de impulsar el desarrollo propio, abierto al mundo, integrado regionalmente, para generar las condiciones de crecimiento, equidad, inclusión y mejora de la calidad de vida de nuestros compatriotas.
“Se hace camino al andar” como decía Machado y Danilo agregaba “Haciendo el camino propio al andar, intransferible, propio del Uruguay. Un camino que no tiene recetas preestablecidas que no existen, pero que sí tienen muchos principios. Los principios que animan e inspiran a la izquierda a través de toda la historia de la humanidad: la búsqueda eterna de armonizar la libertad con la justicia.”
¡Hasta siempre QUERIDO COMPAÑERO!
¡Sabremos cumplir!
(*) Representante del Frente Amplio en el Directorio de CND.