El momento de actuar es ahora, transformación empresarial con IA

CONTRATAPA

Por Leonardo Loureiro (*) | @ljloureiro

El avance de la inteligencia artificial (IA) puede compararse con un tsunami: si no tomamos medidas con rapidez, la ola nos pasará por encima. En la actualidad, ya contamos con ejemplos concretos de empresas uruguayas que han incrementado su productividad gracias a la incorporación de IA en sus procesos de negocio, confirmando los beneficios reales y tangibles que ofrece esta tecnología.

En mi última columna, titulada “Hacia una matriz productiva más inteligente: inteligencia artificial en la competitividad nacional”, publicada a comienzos de año, llamé a la acción a todas las empresas uruguayas. Quizá, por haberse difundido en la primera semana de enero, pasó algo desapercibida. Sin embargo, aquel llamado hoy cobra más fuerza, porque se han sumado nuevas funcionalidades y herramientas de IA que no existían a fines del año pasado o que, al menos, no estaban tan democratizadas. La evolución de estas soluciones ha sido vertiginosa, y esa velocidad de transformación exige todavía más urgencia en su adopción.

Podríamos caer en el error de pensar que noticias como la de Deepseek, la empresa china que revolucionó el mercado de la IA, quedan muy lejos y que su impacto no llega a una pequeña o mediana empresa (pyme) de Salto. Sin embargo, la realidad es que la influencia de estas innovaciones se extiende a todas las organizaciones, sin importar su tamaño o ubicación geográfica. El acceso a la IA se ha vuelto tan amplio que se suele afirmar que hoy “no la usa quien no quiere”. Gracias a la competencia, la globalización y la constante reducción de barreras tecnológicas, esta potencia está al alcance de todos.

El caso de Deepseek ilustra claramente la magnitud de la innovación. Al enfrentarse a restricciones en la obtención de ciertas tecnologías avanzadas de Estados Unidos, se vieron obligados a desarrollar soluciones radicalmente nuevas. Ese esfuerzo resultó en un salto cualitativo tan grande que sacudió el mercado global de la IA. Su irrupción, además, forzó a competidores como ChatGPT de OpenAI a acelerar la implementación de mejoras y a hacerlas más accesibles para el público en general. A continuación, explicaré dos de esas nuevas funcionalidades y cómo pueden aplicarse en el quehacer diario de cualquier empresa, sea grande o pequeña.

Muchas de las herramientas de IA ya incorporaban funcionalidades de “razonamiento”. En la práctica, esto significa que, al entablar una conversación con la IA, podemos elegir un modelo que no solo responda, sino que también justifique o muestre parte del proceso de razonamiento. ChatGPT ya contaba con esta capacidad de razonar, pero no ofrecía transparencia sobre cómo lo hacía. Deepseek, en cambio, optó por mostrar siempre el razonamiento que su IA utilizaba para llegar a las conclusiones. Este enfoque facilitó a los usuarios mejorar sus prompts (indicaciones o preguntas que se plantean a la IA) con mayor precisión. Por ejemplo, uno puede solicitar: “Quiero la mejor estrategia de marketing para esto, teniendo en cuenta el siguiente contexto: …”. El modelo devuelve recomendaciones muy útiles y, a la vez, explica cómo llegó a ellas. Al contar con esa explicación, es posible refinar aún más la petición y obtener respuestas todavía más ajustadas.

Es fundamental entender que cada servicio de IA ofrece distintos modelos, y esa variedad nos brinda la posibilidad de elegir el que resulte más adecuado según nuestra necesidad específica. Algunos modelos son más eficaces para responder preguntas concretas, otros para asistir en el razonamiento o la elaboración de hipótesis, otros para realizar investigaciones más profundas, y hay también quienes se especializan en la generación de imágenes o en el análisis de grandes volúmenes de texto. La clave radica en saber qué se necesita y seleccionar la herramienta apropiada.

A primera vista, puede parecer que nada de esto aplica al mundo empresarial, pero basta con que el personal de una empresa adopte sistemáticamente estas herramientas para sus tareas diarias con el fin de elevar la productividad individual. Esa suma de mejoras puede traducirse en un incremento exponencial en la eficiencia y competitividad de la organización en su conjunto. Por ejemplo, al disponer con rapidez de información relevante y valiosa, se logra tomar mejores decisiones en menos tiempo, generando un impacto extraordinario en la operación.

Otra funcionalidad impactante es la de “Investigación profunda” de ChatGPT, que se vio obligada a volverse más accesible por la competencia de Deepseek. Gracias a esta característica, se pueden realizar análisis detallados que pueden llegar a sorprender: desde un estudio competitivo de una empresa o un producto específico, hasta un estudio de mercado que sirva para lanzar una nueva línea de negocios. En un entorno donde cada minuto cuenta, no aprovechar estas capacidades es casi un “harakiri” empresarial. Quien no las utiliza se queda rezagado frente a un competidor que sí lo hace y, por tanto, adquiere una clara ventaja competitiva.

Tal vez algún lector piense que el uso de la IA no le afecta directamente, pero hoy, en un mercado globalizado, competimos también con pymes ubicadas en cualquier rincón del planeta. Para las empresas uruguayas que exportan o se proyectan al exterior, la adopción de IA es aún más impostergable, porque es casi seguro que sus competidores internacionales ya están haciendo uso de estas herramientas para optimizar procesos y reducir costos, lo que se traduce en un mayor poder para innovar.

Pese a que en Uruguay todavía existen pocos casos de alto impacto documentados, en mis recorridos por Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe he visto ejemplos muy estimulantes en empresas de diversos sectores. En nuestro país, debemos trabajar para generar más testimonios y referencias sobre la aplicación de la IA en el ámbito empresarial. Y, sobre todo, necesitamos indicadores claros para mostrar los resultados positivos que estas implementaciones pueden traer. Cuantos más casos concretos conozcamos, mayor será el entusiasmo de otras organizaciones a la hora de adoptar la tecnología.

Por esta razón, hago un llamado a los empresarios —desde las micro y pequeñas empresas (mipymes) hasta las grandes corporaciones del Uruguay—, y a los profesionales de todos los rubros, a que aceleren la incorporación de estas herramientas, las pongan a prueba en sus respectivos ámbitos y evalúen los resultados. Seguramente, se llevarán gratas sorpresas cuando constaten en cifras la efectividad que ofrece la IA para la mejora continua, la optimización de recursos y la toma de decisiones basada en datos.

Con esta columna, nuevamente, los invito a actuar con determinación y visión de futuro. Apostar a la innovación y a la colaboración entre sectores es fundamental para asegurar que Uruguay no solo mantenga su competitividad, sino que además se convierta en un referente regional en el uso estratégico de la IA, tanto en el ámbito privado como en el público. La oportunidad está aquí, a nuestro alcance, y depende de nosotros aprovecharla al máximo para dar un paso firme hacia la modernidad y el desarrollo sostenible.

(*) CEO de Quanam USA.