Por Felipe Carballo (*) | @fcarballo711
Actualmente el devenir de las actividades económicas y sociales se encuentran enmarcadas por la revolución digital, la que algunos definen como la cuarta revolución industrial.
Esta situación explica –en parte- la pérdida de puestos de trabajo observada en Uruguay en los últimos tiempos. Sin perjuicio de ello, la historia nos enseña que en cada etapa de la revolución industrial, se enfrentó una pérdida inicial de puestos de trabajo, para luego crear muchos más puestos que los que se perdían.
Ahí es donde comienza a ser relevante nuestro rol, como los responsables de pensar, idear, planificar y ejecutar las políticas públicas.
Los legisladores, como representantes de la ciudadanía, tenemos un papel importante a desarrollar en esta temática. Para ello debemos estudiar las causas, los efectos y explorar los mejores caminos para transitar en la búsqueda del bien común de todos los ciudadanos.
El tema de empleo y trabajo, impacta en forma transversal a todas las dimensiones de la problemática humana, tanto a nivel de país como a nivel global e internacional. Así podemos observar que el tema presenta distintos abordajes, desde distintos enfoques, que involucran por ejemplo a la persona humana en cada una de sus etapas biológicas, en cada una de sus etapas de formación, en sus etapas productivas. Pero también hay que considerar indefectiblemente las políticas de ingresos e inversiones, las políticas tributarias aplicables a la economía digital y la política medioambiental, entre otras.
Una visión estratégica de las Políticas públicas de empleo debe incorporar la forma de visualizar por parte de todos los ciudadanos el mundo del empleo y trabajo en el mediano y largo plazo.
Para ello, se parte de la premisa de que, el trabajo es un derecho humano fundamental, a través del cual cada persona desarrolla su existencia vital, tanto las necesidades económicas como las espirituales en la interrelación con el resto de las personas de una sociedad.
Ello nos lleva a tener presente la focalización de la persona en sus distintas etapas biológicas, partiendo de la formación como individuo, el cual deberá incorporar habilidades blandas y habilidades duras.
Por habilidades blandas, debe entenderse como la sumatoria de habilidades sociales mediante la cual, una persona pueda relacionarse y comunicarse de manera efectiva con otros. Las habilidades comunicativas y de relacionamiento, la creatividad, la capacidad de trabajar en equipo, la responsabilidad, la honestidad, el compromiso y las actitudes proactivas a la hora de resolver problemas e ideas innovadoras constituyen un buen resumen.
Por habilidades duras, debe entenderse la sumatoria de todo el conocimiento académico curricular obtenido durante el proceso educativo formal.
Las habilidades blandas, se adquieren a través de la educación no formal en el seno de la familia, y en la educación formal a través de la escolarización.
Debe destacarse que una persona con buenas habilidades blandas, está en mejores condiciones de adquirir las habilidades duras a lo largo de su vida laboral. Son precisamente las habilidades duras las que están cambiando en forma permanente por el avance de la economía digital.
Llegado a este punto, se está en condiciones de diseñar políticas públicas para que todos las personas adquieran –cualquiera sea su condición socio económica- las habilidades blandas y duras mencionadas. Ello derivará en la formulación de políticas públicas de educación formal e informal que asegure la adquisición de dichas destrezas. Ese será el punto de partida para que los especialistas en educación formulen los planes y acciones necesarias para arribar a estos objetivos.
Políticas públicas de coyuntura
A los efectos de enfrentar la coyuntura del empleo nuestro gobierno desde marzo de 2005 ha ido aplicando una cantidad importante de acciones, cada una de ellas atendiendo a la problemática del momento.
Reconociendo que en los últimos años el país ha perdido una cantidad importante de puestos de trabajo, el Poder Ejecutivo definió una política pública activa enviando un Proyecto de Ley, el cual se encuentra actualmente a consideración del Parlamento.
Este es un proyecto de ley de carácter reactivo y paliativo, y como tal transitorio, estableciendo una política pública que dé respuesta a la realidad del mercado de trabajo actual en Uruguay, en el cual se ven afectados en mayor cantidad relativa los jóvenes y las personas mayores de 45 años.
Considerando las diferentes causas del desempleo actual, el mismo conjuga la urgencia de generar nuevos puestos de trabajo, con la necesidad de que las personas incorporen las nuevas tecnologías aplicadas al trabajo, mediante la capacitación de los nuevos trabajadores y de aquellos que contando con experiencia no poseen las destrezas para ocupar los nuevos puestos de trabajo que traen las nuevas tecnologías.
Este proyecto colaborará, incentivando la formación –por parte de las empresas- en el desarrollo de las denominadas “habilidades blandas”, las cuales constituyen para los jóvenes una de las principales carencias detectadas y que determina lamentablemente un escollo muchas veces insalvable para lograr insertarse en el ámbito laboral. Los incentivos que este proyecto de ley plantea para la contratación de jóvenes, generan las condiciones básicas para que los mismos accedan a su primera experiencia laboral y comenzar así a identificar y desarrollar sus habilidades propias.
En cuanto al grupo etario de más de 45 años, el proyecto apunta a la capacitación en las denominadas “habilidades duras”, pues son las que se requieren adquirir en el marco de la transformación de la producción por la aplicación de las nuevas tecnologías.
Este proyecto de ley establece una adecuada vinculación inter-organizacional, lo cual permitirá recabar información y generar indicadores acerca del nivel de impacto positivo, neutro o negativo de esta política pública coyuntural, brindando datos fundamentales para el estudio e implementación de otras políticas públicas relacionadas con el empleo y la formación para el trabajo en el futuro.
Políticas públicas estructurales
El futuro del empleo y el trabajo se ven impactados por las transformaciones de la economía mundial y del mercado de trabajo en forma permanente.
Ello crea la necesidad de plantear el establecimiento de políticas públicas estructurales y no meramente coyunturales, que permitan realizar un abordaje predictivo del tema empleo y trabajo.
A tales efectos elaboramos un proyecto de ley a través del cual se generaba la denominada “Matriz de Riesgos y Oportunidades de Puestos Laborales”.
La idea era generar una herramienta de carácter predictivo que permitiera anticipar los futuros impactos en los puestos de trabajo de todos los sectores productivos., a través del “Análisis de Riesgo” para cada área productiva (agro, industria, comercio, servicios).
Esta matriz deberá realizar un mapeo de todos los sectores públicos y privados de carácter productivo (agro, industria, comercio y servicios) identificando los puestos de trabajo que se extinguirían y los puestos de trabajo que se crearían para períodos de cinco años.
Para los puestos que se destruirán, se determinará -entre otros aspectos- el sector de ocupación, el género del trabajador, su edad promedio, nivel de educación y ubicación geográfica. Para los puestos que se crearán, se determinará -entre otros aspectos- el sector de ocupación, edad promedio esperable, competencias necesarias, ubicación geográfica.
Dentro de los objetivos exigibles a este nuevo instrumento al servicio de la política pública de empleo y trabajo se le exigiría también: describir las competencias necesarias de los nuevos puestos laborales, establecer aquellas que pueden incorporarse rápidamente para asumir nuevos puestos laborales, identificar las competencias necesarias de los nuevos puestos laborales a desarrollar en el proceso educativo formal e informal para los futuros ciudadanos que se incorporen al mercado de trabajo, asesorar a los todos los trabajadores a descubrir sus habilidades, proyectando cuál sería el lugar ideal para trabajar y buscando la mejor forma de adaptarse al empleo del futuro, identificar las modificaciones e incorporaciones de normas legales y reglamentarias vinculadas a las relaciones laborales que deberán adoptarse en el derecho positivo uruguayo.
Finalmente, la buena noticia es que esta iniciativa, fue incorporada en el Proyecto de Rendición de cuentas –la cual seguramente habrá culminado su trámite parlamentario al momento de leer este artículo.
(*) Diputado de Compromiso Frenteamplista (711) – Frente Amplio