Materializado en esvásticas pintadas sobre paredes y columnas, pancartas con mensajes de odio y la cabeza de un muñeco con colmillos en la boca, la cruz de David en la frente y atravesada por una lanza con la que desfilaron miembros del colectivo juvenil e internacional Our Voice, Roby Schindler cree que los ataques antisemitas en Uruguay repuntaron luego de que Hamás arrasara con los kibutz fronterizos aquel sangriento 7 de octubre. Si bien está conforme con la respuesta de las autoridades, “quiere creer” que al uruguayo “no le gustan este tipo de expresiones”.
¿Qué lectura hace sobre lo que ocurrió el 8M?
Es una pena que tras una marcha multitudinaria, con tantas miles de personas, se hable solamente de ese hecho que conlleva tamaña agresión. Concretamente, la primera lectura fue un sentimiento de indignación y también enseguida de dolor. El dolor se mantiene hasta hoy… Aún siento ese dolor, ese agujero en el estómago, porque no estoy acostumbrado a ver manifestaciones tan agresivas en Uruguay. De hecho, en estos últimos días he recibido preguntas y comentarios del exterior de gente sorprendida con esta noticia que me mandaban la foto y me preguntaban si era real, y me duele mucho que la imagen de Uruguay, de un país que es un faro de respeto, convivencia y republicanismo, se haya visto manchada por un hecho pequeño pero tan doloroso al fin. Es indignación y es dolor, ya no solo como judío, sino también como uruguayo.
¿Considera que se trata de un episodio aislado?
Esto no es un hecho aislado. Esto fue una gota que derramó el vaso a partir de, yo diría, el 9 de octubre, a los pocos días después del ataque del grupo terrorista Hamás a un país soberano. Desde entonces empezaron a aparecer pintadas antisemitas en la ciudad de Montevideo, en el departamento de Canelones y cada día que pasaba ocurría con más asiduidad. Nosotros -dentro de lo que es la página del Comité Central Israelita- tenemos un botón de denuncias en donde la gente suele hacer su comentario, y a veces son cosas menores, pero empezaron a aparecer fotos de esvásticas, fotos con pintadas de “¡Fuera judíos!”, otra esvástica acá y otra más, y otra más… Antes era algo que se daba una vez cada tanto, muy aisladamente, pero en estos últimos cinco meses para ser concreto, se multiplicó. Además, en las redes el tema es mucho peor.
Después me fui enterando que no fue la única manifestación anti judía, hubo otras que tal vez no fueron antijudías pero si propalestina. La marcha fue atravesada por una consigna oculta de introducir este tema, cuando en realidad la marcha debería ser para reflexionar por la reivindicación de igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, cosa que el Comité Central en particular acompaña, celebra y se identifica. De hecho, quién sacó del baúl de los olvidos la fecha del 8 de marzo fue justamente una activista pacifista feminista judía, alemana, Clara Zetkin. Entonces, ¿por qué no se habla de Yemen, de Sudán, de Rusia y Ucrania, de Armenia? Es muy específicamente contra el colectivo judío.
¿Qué motivos cree que están por detrás en este aumento en los ataques y las expresiones de odio?
Como dije, creo que la guerra que está ocurriendo entre Israel y Hamás fue el factor detonante de tanta demostración de odio hacia los judíos. Parece inevitable asociar al judío que vive en Uruguay con los israelíes, entonces atacar es una manera tal vez de descargar su bronca con Israel. Se hace a través de leyendas como “Israel genocida”, “matan niños”, “Palestina libre” o “desde el río hasta el mar…”, y esta última, cuando uno analiza la consigna, sabe que quiere decir que no haya judíos, matémoslos a todos, y esos son mensajes que no van a conducir a nada bueno en ninguna parte del mundo.
El motivo de que sea contra los judíos en particular créeme que no lo sé responder. He leído muchos libros, pero por algún extraño motivo desde hace 2.000 años existen los prejuicios contra los judíos, el antisemitismo y la judeofobia. Ha cambiado de nombre, de perfil o de consigna, pero siempre el culpable de lo que en ese momento aqueja a la humanidad es el colectivo judío; Desde la muerte del hijo de Dios, el envenenamiento de los pozos de agua en Europa, los que crearon el capitalismo, lo que crearon el comunismo, los dueños de los medios de comunicación, los que quieren dominar el mundo… Siempre los judíos. Es un estigma con el que debemos aprender a vivir pero no por eso dejar pasar manifestaciones de odio que, más que al colectivo judío, deberían interpelar a la sociedad toda.
¿Qué esperan con la denuncia?
Que esto no se repita para ningún colectivo. La justicia va a hacer lo que entienda, ahí no nos metemos, al contrario, somos privilegiados de vivir en un país en donde los tres poderes son bien independientes, pero nuestro anhelo es que esto no vuelva a ocurrir para ningún colectivo.
¿Intentaron comunicarse con Our Voice?
No, no tomamos contacto. Esto ocurrió un viernes, después vino el fin de semana y el lunes tuvimos una reunión en la que queríamos ver qué grado de acuerdo había entre las integrantes de la mesa del Comité para presentar la denuncia, y estuvimos todos absolutamente de acuerdo. Los abogados ya durante el fin de semana anticiparon que esa sería la decisión, por lo que estuvieron trabajando y finalmente ingresaron la denuncia sobre el final de la tarde.
¿Qué le pareció la respuesta del Senado y de las autoridades en general?
Lo vivimos con mucho agradecimiento, nos pareció muy bien que hayan tenido esa iniciativa y que haya sido acompañada por todos. Los partidos políticos -el Partido Nacional, el Partido Colorado, el Partido Independiente- han sacado comunicados solidarizando con la colectividad judía pero también repudiando enérgicamente. No solo acompañan en sentimiento sino que también entienden que esto como sociedad nos interpela. Incluso hubo uno en la Institución Nacional de Derechos Humanos y otro de la Comisión Honoraria contra el Rracismo, la Xenofobia y toda otra forma de Discriminación que yo integro pero que fue elaborado sin mi participación. También llegaron mensajes en forma directa, y la verdad es que me siento bien. Nos sentimos bien.
¿Cree que los matices que señaló el Frente Amplio le quitan fuerza a la medida de repudio?
No, no, puedo entender la lectura. No les parecía bien que el Poder Legislativo mandara a que el Poder Judicial hiciera tal o cual cosa, y está bien. Yo celebro, que los legisladores de mi país hayan dado su opinión y todos de alguna manera han repudiado lo que ocurrió. He visto varios videos de intervenciones de legisladores y la verdad que estoy muy satisfecho en ese sentido.
¿Y cuál cree que es la percepción que tiene la sociedad de este conflicto?
Quiero creer que, manifestándose o sin manifestarse públicamente, a la población no le gustan ese tipo de cosas. Quiero pensar que si pudiéramos elegir, los uruguayos escogeríamos que no existan manifestaciones de odio o hechos agresivos que inciten a la violencia.
Me da mucho miedo que personas con mucho peso y poder -pienso en Trump, en Bolsonaro, en Milei, incluso en el propio Mujica- dicen cosas, y a veces quién más habla es quien más chances tiene de cometer un error. Es una época muy particular, en donde los ánimos están muy radicalizados, es muy fácil que a cualquiera se le vaya la mano y especialmente aquellos que están muy expuestos a los medios y es por eso que hay que tener mucho cuidado.
Yo entiendo a la juventud, yo también fui joven, pero creo que hay ciertos códigos, hay maneras de expresarse, hay que tratar de educar. Es importante la matemática, la geografía, la literatura, todas las materias a la que estamos acostumbrados, pero habría que educar en convivencia, en el respeto, en amor, en empatía, en valorar la riqueza de la diversidad del otro en lugar de educar para tenerle miedo y que ese temor nos lleve a poner una barrera que nos separe. Al contrario, aprender a valorar lo diferente del otro y enriquecernos con eso. En eso trabajo, hace cinco años soy miembro de la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda otra forma de Discriminación y ahí aprendí el poder que tiene la palabra, a veces mucho más fuerte que el de las armas.