Por José Pedro Arcos (*)|@AcaMedUruguay
La Academia Nacional de Medicina de Uruguay, que reúne a profesionales de la medicina cuya trayectoria los ha destacado en su área de especialización en el país, ha percibido que avanza a paso acelerado un cambio de época en la medicina. Por eso, este año dedicó su jornada científica de fin de año, justamente, a “La Medicina del Futuro”.
Reflexionar sobre el futuro de la medicina muchas veces no está entre las prioridades de los médicos, agobiados por su tarea asistencial; ni de los gestores de sistemas de asistencia sanitaria, preocupados por las urgencias financieras; ni de las autoridades, condicionadas por las estructuras de gobierno. Mientras tanto, el tiempo sigue su curso y los procesos se aceleran haciendo que los cambios nos sorprendan y nos encuentren desprevenidos. Anticipar el futuro y reaccionar a tiempo para prevenir desajustes o para no perder el ritmo de avance del conocimiento es una tarea ardua.
La tendencia a disculparse luego de cometer errores, aduciendo la fatalidad de los hechos, no debería ser la actitud de la comunidad médica. Más aún, es una cuestión de la bioética que debería tener normativas acerca de las responsabilidades de no hacer planes de evaluación de riesgos, y no activar a tiempo medidas para evaluar y mitigar daños.
La Academia Nacional de Medicina de Uruguay, como ámbito institucional, independiente en sus decisiones, y cuyo objetivo primordial es estimular el conocimiento y la investigación en las ciencias médicas, puede tomar esta tarea vinculada al devenir de la medicina. Asomándonos al futuro, hemos detectado lo que parece ser un cambio de época. La revolución científico-tecnológica de las últimas décadas del siglo XX tuvo una inmensa repercusión en la medicina. La biotecnología produjo una eclosión de descubrimientos no conocidos en la historia de esta disciplina.
En los últimos diez años hemos visto el nacimiento y el desarrollo de lo que algunos teóricos llaman la revolución del conocimiento o la cuarta revolución. La ciencia de datos, la interconectividad global y la genómica aplicada eran disciplinas poco estudiadas por la medicina. Más allá de si es una simple evolución o una verdadera revolución científica, alguno de estos procesos transformará a la medicina.
Ciencia de datos
La ciencia de datos es una nueva disciplina que se incorpora a la medicina. El progreso es tal, en inteligencia artificial y aprendizaje automático, que se han formulado interesantes analogías. La mayoría de los algoritmos actuales, basados en computadores, son sistemas que se comportan como un estudiante de medicina: toma principios generales de la patología que estudió y los aplica a sus pacientes. Es el clásico proceso deductivo de aprendizaje.
En tanto, los sistemas informáticos que aprenden automáticamente actuarán como un residente de medicina avanzado, que aprende a partir de datos de sus pacientes, completando el proceso inductivo de aprendizaje. La diferencia es que la gran cantidad de datos digitalizados de pacientes permite a las computadoras manejar números enormes de predictores complejos. Esta capacidad, superior a la de cualquier humano aprendiendo y razonando, era inimaginable hasta hace poco.
La formulación de pronósticos mejorará drásticamente. Las evidencias que ya existen en la predicción de cáncer metastásico son un ejemplo. Las imágenes digitalizadas podrán alimentar fácilmente a los algoritmos con conjuntos masivos de datos que conducirán a mejorar el rendimiento y exactitud de diagnósticos.
Actualmente, nuestra precisión diagnóstica es baja y la falta de intervenciones para reducir los errores a veces es alarmante. Los algoritmos generarán sin esfuerzo y con rapidez los diagnósticos diferenciales, sugerirán la paraclínica y reducirán su uso excesivo.
El aprendizaje automático se convertirá en una herramienta indispensable y la medicina clínica se verá desafiada a crecer conjuntamente. Por eso, en la jornada, diferentes expertos abordaron la aplicación de la inteligencia artificial y la imagenología integrada.
Medicina de precisión
La medicina de precisión, al inicio aplicada al cáncer, rápidamente se extenderá a más enfermedades, ligada a la revolución en la genética humana. Hace apenas 20 años de la “lectura” del Proyecto Genoma Humano, y el comienzo del proyecto de la “escritura”, o sea la síntesis y la edición del genoma humano. Podremos predecir mejor el riesgo de enfermedad y conocer cómo la genética, el ambiente y estilo de vida influyen en su prevención.
Muchos diagnósticos que se basan hoy en datos clínicos o biomarcadores pasarán a formularse una vez determinados los genes responsables de la enfermedad. Las posibilidades de tratamientos con fármacos dirigidos con precisión a las células con características genéticas anormales, respetando a las células normales del organismo, abrieron un campo farmacológico y terapéutico insospechado para muchas especialidades médicas. Se generó también un intenso debate en el que se consideran las implicancias éticas, legales y sociales.
Por eso la jornada ofreció sesiones dedicadas al desarrollo de diagnósticos y tratamientos innovadores.
Tecnología médica y centros de referencia
La tecnología médica estará ligada a la revolución del conocimiento. La aplicación de la robótica, la cirugía no invasiva y la telemedicina constituyen formas de tratamiento quirúrgicos del futuro y tuvieron exposición especial durante la jornada.
No será posible acompañar este devenir de la medicina manteniéndonos aislados y limitados por los límites geográficos y políticos. La creación de centros de referencia, de acuerdo con las capacidades de cada país, es el único camino sensato que puede conducirnos al éxito en la implantación de estas técnicas de alto costo instrumental y especialización médica. Se requerirán centros de diagnóstico y tratamiento de alta especialización, así como de experiencia acumulada. Demandarán recursos que, en atención a la ecuación costo-efectividad, precisarán de la concentración de un número mínimo de casos a tratar.
Las formas de trabajo médico sufrirán profundos cambios, por lo que se requerirán esfuerzos para acompañarlos y nuevas estructuras en la enseñanza de la medicina. Con estos temas concluyó la jornada, tratando de anticiparnos a los cambios en la relación médico-paciente, preservando su valor insustituible, con la certeza de que esta transformación beneficiará la salud de nuestra población.
(*) Presidente de la Academia Nacional de Medicina de Uruguay
Referencias:
Los videos de la jornada estarán disponibles en: https://acortar.link/ANM_repositorio
