Los lineamientos salariales del Poder Ejecutivo y su impacto en los trabajadores

Por Daniel Olesker (*) | @DanielOlesker

Estos lineamientos deben ser analizados en texto y contexto y por eso desarrollaremos seis puntos.

1. El contexto en el que se inscriben

Los lineamientos salariales se inscriben en el marco de una economía que, en primer lugar, está teniendo dificultades provenientes de la crisis sanitaria. En segundo lugar, que ha tenido un impacto importante en el nivel de desempleo. En tercer lugar, que enfrentamos una disparada inflacionaria, en especial, en los precios de los alimentos y las tarifas públicas. En cuarto lugar, que las medidas tomadas para enfrentar dichos problemas en el terreno laboral, social y económico han sido de escaso porte y de bajo impacto. En quinto lugar, todo ello ha implicado un importante aumento de la pobreza por ingresos del orden mínimo de 100.000 personas según las estimaciones del Instituto de Economía de la UdelaR.

Y esto ha tenido ya efectos en el salario real de los trabajadores. Tomemos el caso de los salarios privados (que nos muestra el gráfico 1) que tuvieron un aumento de 3,5%(1) en enero por seis meses; en este caso, ya al finalizar marzo, la inflación de 4% acumulada había sido mayor a dicho aumento y, por lo tanto, desde abril corren la inflación de atrás, perdiendo salario real.

El gráfico 2, a su vez, nos muestra la situación de los trabajadores públicos. En este caso se aplica el artículo 4 de la Ley 18.719 del presupuesto 2010-2015 que dice que “el Poder Ejecutivo adecuará anualmente las remuneraciones de los funcionarios comprendidos en los incisos 02 al 15, con el propósito de mantener el poder adquisitivo del trabajador público”. Por ello, el aumento de enero de 2020 por un año fue de 8,75%. En mayo, con una inflación acumulada de 6,67%, se había consumido el 76% del aumento y, según previsiones, en julio todo el aumento sería consumido y quedarían cinco meses de pérdida adicional de salario real.

2. El arranque de la octava ronda de Consejos de Salarios

Antes de iniciarse la octava ronda, y para dar fin a la séptima ronda, los salarios privados aumentarán por el valor que los convenios 2018/2020 fijaron para el correctivo. Este correctivo es parte de la política salarial del gobierno anterior y fue diseñado de consenso con el objetivo de proteger a los salarios de la inflación. Y claro que lo protegió. A fines de 2019 se estimaba un orden de 0,7 del correctivo y vamos a llegar a un correctivo que será del orden de 3,5%, fruto de la disparada inflacionaria que vimos en el punto anterior.

3. Los lineamientos propiamente dichos

El primer paso de los lineamientos que se inician el 1º de julio es que el aumento salarial que proponen para dicho arranque es 0. O sea, por primera vez en la historia desde la reinstalación de Consejos de Salarios estos arrancan sin aumento. Y también, cambiando la lógica que se aplica desde la cuarta ronda de Consejos de Salarios, no hay una salvaguarda para los salarios más bajos que siguen el mismo camino de los demás.

Luego, durante los seis meses posteriores, seguirá sin haber aumento. Y el ajuste de salarios será de tan solo 3% para una parte de los trabajadores en enero de 2021 y para otros en abril de 2021. El criterio que se utilizará para determinar si a un grupo de Consejos de Salarios le toca en enero o en abril, será la relación de cotizantes respecto al año anterior. Si esa relación es de más de 90%, les toca en enero, si es menos de 90%, les toca en abril.

No aceptamos este criterio pues es parcial; solo toma en cuenta dos categorías: los regulares y los malos. ¿Y aquellos a los que les fue bien? Si un sector tiene más de 100% de cotizantes, ¿por qué debe esperar el aumento y no se le da ya en julio de 2020?

4. El invento del nuevo correctivo

Al final del año puente se dará un “correctivo”, y lo ponemos entre comillas porque es un correctivo inventado. ¿Cómo funcionaría el correctivo en condiciones normales? Si al finalizar el año de julio/2020 a junio/2021 la inflación fuera 10% y el aumento otorgado fue de 3%, el correctivo debe ser 7%. Sin embargo, se inventa un nuevo correctivo que reduce del aumento la caída del PBI. O sea, si el PBI cae 4%, el aumento será 3% (10 – 3 – 4).

Y he aquí una visión política de que los trabajadores deben acompañar la caída del producto, es decir, una socialización de las pérdidas. Y nos preguntamos, ¿se socializarán luego las ganancias? Los lineamientos no lo garantizan. Dicen que si la economía se recupera, se verá.

5. Volvieron los “triangulitos”

Estos lineamientos rompen la lógica de Consejos de Salarios que se venía desarrollando e incumple el compromiso del gobierno de que no se perdería salario real. Tenemos la certeza de que eso pasará en los salarios privados y genera una gran incertidumbre en los salarios públicos.

En la ruptura de esta lógica es central el aumento 0 de julio de 2020; para decirlo en palabras sencillas, el no aumento, porque hace que los aumentos salariales privados que se hacían en previsión de la inflación futura y quedaban por encima de esta (aunque mes a mes fueran perdiendo poder de compra), al no haber aumento en julio (salvo el correctivo) queden por debajo. Entonces, los “triangulitos”, como los llamamos en el lenguaje sindical, pasan a ser fuertemente negativos. Y, además, con el agravante de la inexistencia de correctivo total en junio que transforma el “triángulo” en un “trapecio”.

El gráfico 3 así lo demuestra. Los primeros 24 meses son el convenio vigente, los 12 meses restantes, el año puente.

6. Reflexiones Finales

Primero, todo esto sucede además en un contexto de caída del empleo. Por ende, la caída de la masa salarial (número de trabajadores ocupados por salario promedio) es mayor que el salario; por tanto, la masa salarial caerá más que el PBI. Por ello, si el ingreso de la clase trabajadora cae más que el PBI, algún sector cae menos y no es otro que la ganancia del capital. O sea, en palabras directas, hay concentración funcional del ingreso en beneficio del capital y en perjuicio del trabajo.

Segundo, se insiste mucho en el tema de fundamentar la caída del salario real con el mantenimiento del empleo. Sin embargo, no hay evidencia empírica que haya mostrado que la caída del empleo está asociada al crecimiento del salario. Incluso en actividades en las que cae más el empleo, no se muestra que en ellas sea donde más crece el salario. Pero, además, las cámaras empresariales han manifestado que incluso en este contexto de rebaja salarial, no pueden garantizar el mantenimiento del empleo. Así que bajar el salario para que siga bajando el empleo parece ser el mensaje de las empresas.

Tercero, los aumentos del índice medio de salarios determinan el aumento de las jubilaciones. Con salarios en caída, caerán las jubilaciones en el 2021 y, si los salarios vuelven a caer en el 2012, caerán las jubilaciones otra vez en 2022.

Cuarto, si los salarios y las jubilaciones caen, se deteriora el mercado interno y los problemas de las pequeñas y medianas empresas -por ende, del empleo- serán aún mayores.

En síntesis, los lineamientos salariales son un eslabón más del Modelo Desestatizador, Antipopular, Represivo y Concentrador (DARC) que vienen transitando.

 

(*) Senador del Frente Amplio, exministro de Desarrollo Social.

Referencias:

(1) Tomamos como referencia el aumento de las ramas del grupo medio que representan la mayoría de los grupos de Consejos de Salarios.