Motor digital: impulsando la productividad y competitividad de Uruguay a través del sector TI

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Por Leonardo Loureiro (*) | @ljloureiro

En varias de estas columnas he tratado de mostrar el aporte que hace la industria de tecnologías de la información (TI) al país y cómo se puede transformar en el motor de desarrollo, describiendo proyectos, aportando ideas, mostrando cómo la tecnología aplicada mejora la competitividad de un sector, etc. Pero no contábamos con un estudio que permitiera hacer un acercamiento real con datos, análisis y aportes, sintetizando el conocimiento que se contaba en la industria.

El pasado 23 de abril, en el marco de los 35 años de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), se presentó el estudio “Impacto del sector TI en la economía uruguaya y agenda para consolidar la evolución del sector”, elaborado por la consultora CPA Ferrere. Desde hace cuatro años, CUTI tiene un Observatorio de TI que ofrece análisis diversos sobre el sector. Sin embargo, se hacía necesario un estudio de impacto detallado, que se completó durante el primer cuatrimestre del año. Este análisis busca entender cómo el sector de TI contribuye a la economía uruguaya, evaluar los principales factores que impactan en su competitividad y explorar oportunidades de crecimiento. Además, el estudio identifica los principales desafíos que enfrenta la industria y propone una serie de directrices estratégicas para una colaboración público-privada y la academia diseñadas para fortalecer el desarrollo sostenido del sector.

Comencemos con algunos datos relevantes… Desde hace varios años, el sector de TI se ha posicionado como uno de los cinco principales sectores de actividad económica en Uruguay en términos de exportaciones, superando a sectores tradicionales como el de la leche, el arroz o los concentrados de bebidas. En 2022, la facturación del sector equivalió al 4% del PIB, destacándose por superar las ventas internas, un fenómeno que se ha duplicado cada 10 años.

En columnas previas, he resaltado la importancia del sector TI en términos de empleo. Este informe confirma que el sector no solo genera empleos de alta calidad y con remuneraciones competitivas, sino que también enfrenta un desafío recurrente, que hemos mencionado frecuentemente: la escasez de talentos calificados. “Las empresas del sector TI generan en forma directa unos 22.300 empleos. Si se consideran además los empleos indirectos e inducidos (generados por los proveedores y por el derrame asociado al gasto de los trabajadores), el sector genera en total unos 50.000 puestos de trabajo. Por su parte, el ingreso promedio de los trabajadores directos del sector en 2022 fue de $ 91.000, algo más del doble que un trabajador promedio del país ($ 42.000). Si se comparan los salarios controlando estadísticamente por factores observables que los afectan (como horas trabajadas, años de educación, entre otros), se puede concluir que las remuneraciones de los trabajadores del sector TI son 35% superiores a la que perciben trabajadores “similares” en otros sectores de actividad. Estos datos son impactantes y creo que muchas familias y jóvenes deberían prestarles la debida atención.

Quisiera, por otra parte, destacar algunos hallazgos significativos: “el valor agregado directo del sector TI fue equivalente al 3% del PIB en 2022, alcanzando los US$ 2.100 millones. Considerando los efectos directos, indirectos e inducidos, esta cifra asciende a 4,3% del PIB. Aunque el sector no es intensivo en encadenamientos hacia atrás, ya que su producción depende en gran medida del empleo, se distingue como un proveedor crucial para otros sectores económicos. Los encadenamientos hacia adelante, en particular, facilitan la transferencia de tecnología, mejorando la eficiencia, la productividad y el crecimiento potencial de la economía”. Ejemplos de esto incluyen el Sistema Nacional de Información Ganadera, que apoya la trazabilidad del ganado y sustenta uno de los principales productos de exportación del país, y la facturación electrónica, que no solo aumenta la productividad empresarial, sino que también mejora el control sobre la evasión fiscal por parte de la Dirección General Impositiva (DGI), gracias al apoyo de más de 40 empresas nacionales que proveen sistemas de facturación electrónica.

Por lo tanto, la existencia de un ecosistema robusto compuesto por empresas privadas y entidades públicas es fundamental para facilitar la adopción transversal de tecnologías en diversos sectores como la agroindustria, logística, comercio, servicios profesionales, construcción y el sector público, entre otros.

Las empresas locales han adaptado exitosamente tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial generativa, lo cual hemos comentado en columnas anteriores en Crónicas, abriendo nuevas oportunidades de expansión. Sin embargo, el desafío principal no reside en la adopción tecnológica, sino en el modelo de negocio. Predominantemente enfocado en la comercialización de servicios, como las empresas de desarrollo de software, este modelo enfrenta limitaciones debido a la escasez de talento senior y a la presión de los precios competitivos. Competidores internacionales con costos más bajos aumentan la presión, sugiriendo un giro hacia modelos de negocio enfocados en el desarrollo de productos con derechos de propiedad intelectual como una estrategia viable para el futuro.

Varias empresas del sector ya venimos navegando esa transición, pasar de prestación de servicios a desarrollo de productos de software, o aceleradores que encapsulan los servicios, o soluciones brindadas en modalidad “as a service”, etc. Eso implicó que muchas empresas tuviéramos que pasar de gestión de proyectos a gestión de productos, con lo que ello implica, porque no es la misma forma de trabajo, además de empezar a invertir mucho más en marketing digital, comunicación visual, investigación y desarrollo, etc. Pero para que esto tenga impacto tienen que ser muchas más las empresas que cambien su matriz productiva, la academia formar en este sentido y las agencias de promoción como la ANII, Agesic y Uruguay XXI priorizar este tipo de estrategias de las empresas de tecnología.

En síntesis, el estudio realizado muestra cómo el sector de TI es un motor digital para incrementar la productividad y competitividad de todos los sectores de actividad económica del Uruguay.

(*) CEO de Quanam USA.