Por Andrés Abt (*) | @Andresabt
Desde que llegamos al Municipio CH, nos hemos enfocado a hacer del mismo un instrumento de desarrollo humano, fortaleciendo el vínculo de la institución con la gente del barrio. Además, entendiendo que el rol fundamental del Municipio debe ser estar cerca de la gente, como portavoz de los planteos vecinales para buscar soluciones prácticas y reales.
Con ese objetivo, nuestro equipo comenzó a delinear los caminos para concretar esos encuentros con la ciudadanía. Enfatizando, para el primer año, nuestra cercanía con el territorio y su gente, con las instituciones barriales, sociales y educativas; a su vez, buscando que la sociedad conociera el rol y las competencias que tiene un Municipio.
Fomentamos la participación ciudadana, haciendo que este fuera un agente articulador en la sociedad, y defendiendo a los vecinos en distintas situaciones que enfrentaba el barrio sin la colaboración suficiente para su desarrollo.
De esta manera, exigimos fuertemente mejoras en la limpieza de nuestro territorio.
A fines del primer año enfrentamos la primera crisis cuando la ciudad se encontraba desbordada y sucia. De ahí buscamos las soluciones, primero mediante el dialogo con la Intendencia de Montevideo, quien es la responsable en esta materia. Pero viendo que las mejoras de demoraban, decidimos atender dicha problemática directamente desde el Municipio.
Para eso contamos con la gran ayuda de nuestros funcionarios municipales, que entendieron -como nosotros- la importancia de salir a colaborar con el barrio. Y, desde ese momento, comenzaron a limpiar mostrando un compromiso que iba más allá de sus tareas habituales, para contener la situación.
Esto nos confirmó un concepto que traíamos de antes, y es que los funcionarios involucrados en las tareas, en la planificación y en la gestión pueden cambiar sustancialmente el rumbo del desarrollo político en una dependencia estatal.
Por esto, nuestro segundo eje fue el de acercar al funcionario a la gestión, entendiendo que son los que tienen el privilegio de ser funcionarios públicos para contribuir con el bien común.
Para consolidarlo, se transversalizaron áreas y equipos que construyeran en el mismo camino, bajo los conceptos de continuar profundizando nuestro Plan de Desarrollo Municipal en el territorio.
Ese es el rol que cumplimos.
1- La necesidad de producir una visión del mundo que aporte un rumbo. Aunque no la tengamos definida, dedicarnos a pensarla, investigarla, intentarla; siempre en términos de aporte y con particular cuidado en la lealtad al lugar de donde parte el gesto. Establecer una dirección, y un aporte en esa dirección.
2- La humildad basada en el reconocimiento de la complejidad y del fracaso del sistema general por la existencia de brechas ambientales, sociales, filosóficas y espirituales.
3- Los recursos humanos y las relaciones son la clave de las soluciones, porque los problemas son relacionales.
4- La posibilidad básica de la dimensión; la lógica de lo local, como fuerza de desarrollo.
5- La base del desarrollo de un país como Uruguay supone una reingeniería de la experiencia y del potencial de la función pública-colectiva. El Municipio es clave en la organización de la ciudad y del desarrollo del país, en tanto activador, articulador y sostenedor de la función pública, común de todos los actores que habitan el departamento. Repensar las ciudades y el desarrollo local en habitabilidad es, para nosotros, la forma fundamental de la sustentabilidad y la base de una alternativa a la lógica del mercado.
6- Armamos vecindarios y microclimas sostenibles en cada institución pública, fundados en la importancia de las prácticas, con la convicción de que el funcionario público y su privilegio de ser pago para ejercer el bien común es la base de una transformación social de un potencial inimaginable y absolutamente dentro de lo posible si le damos los plazos adecuados. De eso, el Municipio es un prototipo comprobado.
7- En esa línea, pensamos el trabajo como una fuente de desarrollo personal e imaginación constructiva.
8- Una activación de las fuerzas de la confianza, a través de imágenes de lo posible a nivel del territorio intermedio, apelando a lo que hay; la determinación y la perseverancia, sin discursos rimbombantes, sino con microprácticas de superación, y particularmente de superación grupal.
9- La base de nuestro modo de transformar es abandonar la idea de las ciudades inteligentes y la inteligencia artificial, para centrarnos en una orientación política basada en la producción de convivencias inteligentes e inteligencia colectiva, como una clara propuesta y alternativa para producir un cambio en el modelo, donde las distintas posturas complementen la idea y logren producir un producto más abarcativo.
10- Una revolución general en el aparato estatal, contagiando el privilegio de servir a la función pública (por su trascendencia, su seguridad y su capacidad real de transformación).
La ciudad y la sociedad solo pueden crecer desde el desarrollo local y territorial. Lo que hemos aprendido en este tiempo es que los cambios solo suceden desde una dimensión intermedia, sostenida por un cambio cultural y un cambio relacional.
Las grandes ciudades son un efecto del modo de organización que nos hemos dado los humanos en el último tiempo, y todo indica que ese modo de organización se ha encontrado con sus propios límites.
Analizando estos conceptos, es que descubrimos que la descentralización y el fortalecimiento de los municipios van más allá que darles más o menos poder. Se debe ver que la dimensión municipal es una escuela de articulación, exploración y desarrollo comunitario, que derrama en distintas direcciones, fortaleciendo los procesos de discusión, análisis y propuestas para el bien común.
Esta lógica puede ser aplicable el día de mañana a cualquier otra dependencia estatal donde la proximidad con la problemática va a traer, sin dudas, mejores respuestas a la ciudadanía. Eso es, entendiendo y apostando a la fuerza de lo pequeño, de lo intermedio.
Todas estas acciones fueron las que realizamos desde el Municipio CH, convencidos de que, de esta manera, aportábamos al desarrollo comunitario de la ciudad, estando cerca de la gente y reuniéndonos con quien nos tuviéramos que reunir para buscar soluciones a los distintos problemas. Esta visión en la gestión municipal en la capital, la incorporamos como consecuencia de entender lo que hacía Luis Lacalle Pou: tender puentes para atender los temas prácticos con todos y entre todos.
Estamos convencidos de que desde el abordaje hasta el desarrollo de los temas fuimos fieles a la filosofía de nuestro partido y nuestro líder.
Estar y trabajar por y para la gente es nuestro norte.
(*) Alcalde del Municipio CH – Partido Nacional