Por Álvaro Dastugue (*) | @AlvaroDastugue
La ludopatía es un problema que viene creciendo cada vez con más potencia, sobre todo en el ámbito virtual. El término “ludopatía” se define en el contexto de este proyecto de ley como un trastorno conductual caracterizado por una actividad compulsiva, reiterada y permanente en la participación en juegos de apuesta, ya sean presenciales y/o virtuales. No todas las personas que participan en juegos de azar desarrollan esta adicción, pero un porcentaje significativo lo hace, lo que resulta en un impacto perjudicial en sus obligaciones sociales, laborales, económicas y familiares.
El sentido de esta propuesta es enfrentar el problema de la adicción que sigue incrementándose en la sociedad uruguaya. Por ello, esta iniciativa busca la creación de un marco legal y estratégico para prevenir, tratar y concientizar sobre los riesgos asociados a esta dependencia y las consecuencias nocivas del juego cuando se transforma en problemático.
Es necesario que se reconozca a la ludopatía como un problema de salud pública. Por este motivo, el proyecto busca proteger el bienestar de los ciudadanos para dar a conocer sobre cuáles son los riesgos y consecuencias del consumo excesivo de juegos de azar.
En una entrevista con la Lic. Psic. Gracy Gómez, coordinadora del Programa de Prevención y Tratamiento del Juego Patológico que tiene la Facultad de Medicina en convenio con Casinos del Estado, pudimos conocer más de cerca esta problemática y cómo afecta positivamente al entorno del adicto concientizarlos sobre el tema. En una encuesta realizada en el 2019 se estimaba que había aproximadamente 35.000 personas que padecen adicción al juego. Suponiendo que cada uno de ellos está relacionado con cinco personas en su entorno más cercano (familia, amigos, etc.), entonces, estaríamos hablando de un total de 175.000 personas afectadas directamente por esta enfermedad.
Otro punto que destaca la licenciada es que a los jugadores se les dificulta pedir ayuda, por lo que se busca mediante avisos, mensajes y leyendas promover la salud mental y las consecuencias del juego patológico.
En este orden, también consideramos importante que se tomen otro tipo de medidas para intentar disminuir el comportamiento impulsivo del adicto, como, por ejemplo, distribuir relojes en todas las salas de juegos, retirar los cajeros automáticos del interior de los casinos, prohibir los pagos electrónicos, así como también delimitar el horario de apertura y cierre de las salas, entre otras.
Creemos firmemente que, al día de hoy, pandemia de por medio, esta cifra aumentó considerablemente y, en consecuencia, las personas afectadas también. Si bien una fuente anónima realizó un estudio y nos confirmó lo expresado, al momento no hay estudios que se hayan publicado al respecto. A raíz de esto, entendemos que es de urgente consideración abordar esta situación, de forma similar a como se enfrentan otras crisis de salud mental.
Desde que planteamos ante la sociedad esta problemática, la ciudadanía se acercó a nosotros, por diferentes medios, expresándonos su preocupación a raíz de sus experiencias, ya sean propias, de su núcleo familiar o cercanas a su entorno. La preocupación se ha hecho latente dado que, basándonos en los relatos aportados por estos, pudimos completar y confirmar el daño que ocasiona la adicción en relación a las distintas situaciones que viven, porque algunos inclusive han perdido trabajo, dinero, bienes, llegando al punto de atentar contra su vida. Pese a sus vivencias, se han manifestado agradecidos por animarnos a hablar y exponer esta penosa realidad y tomar medidas para combatirla.
Queremos destacar una historia que, sin ir más lejos, nos ha hecho comprender un poco más el alcance de esta adicción y nos confirma la importancia de su tratamiento. Hace unos días nos llamó un muchacho muy angustiado para contarnos una historia que nos impactó. Él, con tan solo 21 años, tenía un amigo de su misma edad que tomó la decisión de acabar con su vida a causa sufrir una desmedida adicción a los juegos de azar. Pero también manifestó su profunda inquietud al reconocer que él padece la misma adicción y que, en consecuencia, sentía que podía tomar el mismo camino.
En otra instancia, una madre nos escribió a través del correo institucional para contarnos que su hijo joven (no nos compartió la edad exacta) está sumergido en esta problemática y aquí citamos sus palabras textuales transmitiendo su pedido de ayuda: “Hace cinco años que se encuentra dando vueltas por el infierno. Ya hice de todo. Estoy arruinada”.
Estos son algunos de los testimonios que hemos recibido, pero son cada día más las personas interesadas en que este flagelo se trate, y nuestro compromiso como legisladores es lograr establecer al menos algunas de las medidas planteadas, con el objetivo de aportar a esas familias la ayuda que están buscando, para que puedan sobrellevar esta situación y sepan que existe un Programa de Rehabilitación a donde pueden acudir.
(*) Diputado por Montevideo – Partido Nacional.