Por: Raúl E. Viñas (*) @Uruguay2035
Hoy como nunca antes podemos decir que la sostenibilidad está de moda, y también lo están otros vocablos como ecológico, verde o renovable. En este entorno, las empresas buscan generar para sí y sus productos una imagen de amigables con el ambiente, incluso con certificaciones de todo pelo y señal.
Entre los temas relacionados con el ambiente, el del cambio climático es uno de los más mediáticos, y en relación con ese tema el sector de generación de energía es uno de los más criticados, especialmente los que producen electricidad a partir de la combustión de carbón, del petróleo y sus derivados o mediante el uso de la energía nuclear. En contrario, los sistemas que operan en base a recursos renovables, como el viento, el sol, el agua y la biomasa son considerados como “buenos”.
En Uruguay, los principales generadores de electricidad a partir de biomasas son las empresas que producen celulosa en zonas francas, para las que la venta de electricidad a UTE es un importante componente del negocio. Ese negocio se apoya en contratos que se mantienen reservados, pero de los que ha trascendido el precio ronda los US$ 90 por megavatio hora y que se paga el 70% de ese valor cuando la energía que, producida por las pasteras, no pueda ser utilizada en la red de UTE. (1)
Esto supone que aun cuando la electricidad no sea necesaria ni requerida, UTE le paga a UPM y Montes del Plata por su generación. Algo similar a lo que se hace con los parques eólicos y solares, con la diferencia de que la generación con biomasa es totalmente controlable, igual que lo son las plantas térmicas que queman combustibles fósiles como el gasoil y el fueloil, por lo que podrían producir de forma intermitente y a requerimiento. Sumando las dos plantas de celulosa que están operativas, su potencia autorizada para inyectar en el Sistema Integrado Nacional es de 140 MW -100 de Montes del Plata y 40 de UPM- (2).
Así, no es de extrañar que en el Uruguay se denomine “Celulosa y Energía Punta Pereira” a la planta de celulosa de Montes del Plata o que UPM haga propaganda de su generación de energía eléctrica a partir de biomasa para la red eléctrica. (3)
El tema de la energía estuvo y está también ligado a la tercera planta de celulosa ahora en construcción, de la que la empresa UPM destaca, agregará otros 100MW de potencia (4) con contrato de compra asegurada por parte de UTE, que se plantea pagará en 20 años más de US$ 2.000 millones a UPM por la electricidad, lo que supone un incremento en la tarifa eléctrica de los uruguayos del 2% (5).
No tan verde como la pintan
Las plantas de celulosa utilizan fueloil para su operación, combustible que en diferentes momentos han comprado a Ancap o directamente de proveedores del exterior aprovechando que el monopolio no existe para las zonas francas. En algunos casos, las ventas de fueloil a estas plantas por parte de Ancap fue por debajo de los costos con el ridículo caso de que en un mismo día se vendió fueloil a Montes del Plata por la tercera parte del valor en que estaba importando ese mismo combustible desde Brasil (1).
De acuerdo con la información proporcionada por Ancap (6) las compras de fueloil por parte de UPM y Montes del Plata entre enero de 2019 y octubre de 2021 totalizaron 242.669 metros cúbicos. En 2020, UPM compró 51.391 y Montes del Plata 55.784, lo que sumado corresponde al 58% del fueloil refinado por Ancap en ese año.
Para la operación de UPM2 la empresa ha instalado en su terminal del puerto de Montevideo dos tanques con capacidad de 18.000 metros cúbicos y planifica recibir anualmente 10 embarques de fueloil al año (7), con lo que se evidencia el volumen de ese combustible que usará la planta.
Balance energético
Las plantas de celulosa consumen entonces muy importantes cantidades de fueloil y venden energía eléctrica a UTE. En el caso de UPM, el informe de operaciones fechado el 19 de noviembre de 2021 y entregado a Dinacea (ex Dinama) indica que en el año 2020 la planta de Fray Bentos entregó a la red en promedio 8 GWh y consumió también en promedio 3.868 toneladas de fueloil.
Para conocer si ese intercambio es positivo para el país desde el punto de vista energético es necesario utilizar herramientas que nos permitan cuantificar la cantidad de energía que se les vende y la que las plantas entregan al país.
Para ello, tal como se hace en el balance energético que para el Uruguay realiza la Dirección Nacional de Energía (8), es necesario pasar el fueloil y la electricidad a unidades de energía tales como la TPE (Tonelada de Petróleo Equivalente)
De las referencias (9) y (10) obtenemos que:
Densidad del fueloil : 890 KG/m3
1GWh es equivalente a 86 TEP
1 tonelada de fueloil es equivalente a 0.960 TEP
Utilizando esos factores, la entrega a la red de UTE de 8 GWh equivale a 688 TEP
De la misma forma, los 3.868 toneladas de fueloil consumidos equivalen a 3713 TEP
La relación es de más de 5 a 1 entre la energía fósil consumida y la electricidad “limpia”, “de biomasa” entregada a la red, relación que se mantiene desde el comienzo de la operación de la planta en 2007
La planta de celulosa de Fray Bentos consume más energía fósil que la que vende a UTE en forma de electricidad.
Queda así claro que desde el punto de vista del país el balance energético de esas plantas es negativo, por lo que se puede concluir que no agregan al sistema energético nacional ni colaboran en la reducción del consumo de combustibles fósiles.
Veamos que si todo el fueloil consumido por la planta se utilizara directamente para la producción de energía eléctrica con una eficiencia usual del 33%, se generaría casi el doble de la electricidad que la planta vende.
Por otra parte, atendiendo al punto de vista económico, Ancap aduciendo confidencialidad no da los datos de los precios a que vende el fueloil a UPM, pero la información de Aduanas permite ver que el 12 de agosto de 2020 se le vendió a UPM fueloil a US$ 690 el metro cúbico (US$ 807 la TEP), mientras que la planta nos vende la electricidad a US$ 90 el MWh, que equivale a US$ 1.047 la TEP, evidenciando que se les está pagando más por la energía que venden de lo que esas plantas pagan al comprarla.
No surge entonces del balance ningún aspecto energético positivo de las plantas de celulosa que consumen más energía en forma de combustibles fósiles que la energía que efectivamente vierten a la red eléctrica, y que en ese pasaje terminan vendiendo la energía generada a precios mayores de los que pagan por la energía fósil que compran. El balance energético negativo es causa suficiente para poner en duda la sustentabilidad de proceso celulósico cuya propaganda lo adorna con términos tales cómo ecológico, verde, renovable y sostenible, acompasados a la moda de estos tiempos.
(*) Magister en Ciencias Meteorológicas. Docente en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de la Empresa. Integrante del Movus (Movimiento por un Uruguay Sustentable).
- http://uruguay2035.blogspot.com/2017/06/desbalance-energetico.html
- https://www.adme.com.uy/db-docs/Docs_secciones/nid_526/Informe_Anual_2020.pdf
- https://www.upm.com/SysSiteAssets/documents/responsibility/certificate-finder/environmental-management-system/upm-emas-report-fray-bentos-2020_es.pdf/
- https://www.duraznodigital.uy/2021/06/upm-durazno-producira-energia-por.html
- http://uruguay2035.blogspot.com/2019/03/ute-aumentara-2-por-upm.html
- Expediente Ancap 259720/Información Pública
- https://www.ambiente.gub.uy/oan/proyectos/proyecto-terminal-portuaria/
- http://www.miem.gub.uy/documents/15386/10033868/Metodolog%C3%ADa%20-%20Balance%20Preliminar.pdf
- http://www.engineeringtoolbox.com/liquids-densities-d_743.html
- http://www.inega.gal/informacion/diccionario_de_termos/unidades_de_conversion.html