Por Silvana Pérez Bonavita (*) | @perezbonavita
A lo largo de la historia el ser humano se ha visto sorprendido por eventos desencadenados por factores que van más allá de lo político, social y económico.
Una vez más, nos enfrentamos a un imponderable que trasciende las fronteras, las religiones, las culturas, las ideologías, las diferencias sociales y económicas, porque afecta al bienestar intrínseco de las personas, que es su salud, de manera transversal.
De cara a este nuevo desafío, las autoridades de los diferentes países se vieron obligadas a tomar medidas frente a una emergencia sanitaria desconocida para nuestras generaciones. Inclusive, países muy desarrollados se encontraron desbordados por los acontecimientos.
La gran labor del equipo de gobierno demuestra día a día estar a la altura de las circunstancias. Cabe destacar la responsabilidad y transparencia con la cual nuestras autoridades han liderado y puesto en práctica las acciones necesarias para combatir este enemigo invisible, el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19.
Dentro del contexto internacional, nuestro país ha sido de los últimos en ser afectados por la pandemia, lo que permitió evaluar las diferentes acciones y adoptar un modelo propio que se ajusta a la realidad, las circunstancias, y lo que es muy importante -yo diría esencial-, a la idiosincrasia de los uruguayos.
En coyunturas de esta naturaleza es capital la comunicación efectiva a la población. Esto comporta proveer información y datos confirmados, confiables, veraces, presentados de manera clara y comprensible, tanto en lo que se refiere a la enfermedad en sí misma como a todas las medidas de prevención, cuidado y asistencia. Y es así como nuestro gobierno está brindando información en tiempo y forma, con una comunicación eficaz y eficiente, transmitiendo a nuestros ciudadanos la tranquilidad necesaria.
Vale destacar que nuestras autoridades nacionales, a diferencia de muchas de la región y el mundo, han tenido la capacidad de instruir a la población en las medidas a tomar, respetando y confiando en la libertad responsable y apelando a la madurez de los orientales.
El Poder Ejecutivo cuenta con un equipo de asesores técnico y profesional, con capacidad para monitorear y conducir al país a los mejores resultados en la lucha contra el nuevo coronavirus. Pero estas situaciones exigen, además, una templanza indispensable para lidiar con situaciones extremadamente complejas, como la que nos toca vivir.
Quisiera destacar principalmente a nuestro ministro de Salud Pública, el doctor Daniel Salinas, quien ha demostrado su idoneidad profesional y su calidad humana, indispensables para ejercer la medicina, tomando las decisiones óptimas y transmitiendo la confianza necesaria a la población para que todos adoptemos las medidas recomendadas por nuestras autoridades de gobierno. Lidera un equipo a cargo de la salud de todos los uruguayos que tiene claros los objetivos, sin dejarse llevar por el nerviosismo de las alarmas.
Se ha dado celeridad a las decisiones difíciles e inevitables, que se deben tomar por el bien de todos nosotros. En este sentido, se han desarrollado una serie de estrategias para minimizar los contagios y el impacto del nuevo coronavirus en el sistema sanitario y atender las múltiples necesidades de toda la población en esta crisis, desde necesidades económicas para personas y empresas, hasta necesidades de orden emocional.
Una de las principales acciones del gobierno fue la creación del Fondo Coronavirus, para solventar las necesidades inmediatas económicas generadas por esta pandemia, que se nutre entre otros del “Impuesto Emergencia Sanitaria Covid-19”, que recae sobre los funcionarios públicos con mayores ingresos.
Otra acción que refleja la preocupación del gobierno por todos los afectados de distintas maneras es la puesta en marcha de la operación “Todos en Casa”. Esta permitió el retorno de 2.921 uruguayos varados en el exterior, gracias a la colaboración de empresas privadas y a la encomiable acción de nuestra Fuerza Aérea Uruguaya, que demostró su profesionalismo, su compromiso y vocación de servicio para con sus compatriotas.
Desde el Poder Legislativo se han aprobado soluciones que acompañan la urgencia sanitaria, como ser aprobaciones varias de extensiones de seguros de desempleo y traspaso de recursos económicos desde la Cámara de Representantes hacia el Fondo Coronavirus. En un momento tan complejo también se toman medidas que ya venían siendo estudiadas, como la eliminación de la partida de prensa de legisladores. También queda de manifiesto el priorizar el bienestar de los ciudadanos, postergando la fecha de las elecciones departamentales, con el fin de cuidar a la población.
Pese a las presiones penosas e intentos de obstaculizar, como aquellos “cacerolazos”, primó el sentido común, primó nuestro himno y los aplausos a quienes están en la primera línea de batalla, el reconocimiento a la gestión humanitaria de la crisis. ¡Qué orgullo ver a aquellas personas del Greg Mortimer regresar a su país! ¡Qué bueno ver a nuestro país valorado internacionalmente por lo que realmente somos!
La solidaridad que nos caracteriza alcanzó a todos los sectores del país; un claro ejemplo son las múltiples iniciativas espontáneas de acción solidaria para brindar ayuda a los sectores más vulnerables y necesitados de nuestra sociedad.
Los orientales somos cálidos, demostrativos y afectuosos entre nosotros. Pero hoy debemos reformular nuestras interacciones sociales, dando lugar a una nueva forma de vida que nos acompañará por mucho tiempo. A raíz del distanciamiento físico indicado nos vimos obligados a incluir en nuestra vida cotidiana nuevas herramientas para mantener nuestros vínculos, tanto sociales como laborales, como es el uso de redes sociales. En este punto, las personas de la tercera edad son quienes más dificultades tienen, ya que muchas de ellas no cuentan con los conocimientos necesarios en lo que hace al manejo de estas tecnologías. Esto, sumado a que son consideradas población de riesgo, lleva a que se encuentren más aisladas.
En el terreno comercial, si bien hay rubros que por su propia naturaleza no pueden sustituir sus servicios presenciales, hay muchos que pudiendo hacerlo aún no cuentan con la infraestructura tecnológica suficiente para adoptar, de forma inmediata, modalidades de teletrabajo o e-commerce, lo que los llevó a cerrar sus puertas.
Todo esto lleva a una necesidad inminente de capacitarse en las nuevas tecnologías que permiten la continuidad laboral y comercial al atravesar situaciones de esta magnitud. Tenemos la obligación y necesidad urgente como sociedad de reinventarnos para sumarnos a una nueva era tecnológica, lo que implica un gran cambio de mentalidad. Seguiremos trabajando para estar preparados.
(*) Diputada de Montevideo por Cabildo Abierto.