Buenos Aires, 29 abr (EFE).- El miedo al colapso de los hospitales, algunos de los cuales ya tienen al límite sus camas de cuidados intensivos, mantiene en vilo a Argentina mientras las autoridades ultiman nuevas medidas para enfrentar los récord de contagios y muertes que está dejando la segunda ola de la covid-19.
Un total de 283.779 personas cursan actualmente la enfermedad en todo el país, de las que 23.718 fueron diagnosticadas en solo 24 horas, según los últimos datos oficiales, que revelan a su vez que la pandemia deja ya en Argentina 62.947 fallecidos, 348 en el último día.
Solo en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que engloba a unos 15 millones de habitantes entre la capital y su cinturón urbano y que es la más afectada por el virus, las unidades de terapia intensiva (UTI) en el sector público y privado están al 76,8 % de su capacidad, un número que varía dependiendo de los centros.
«A esta hora estamos en el 92 % de ocupación de camas totales y dentro de esas al 80 % en camas de UTI, pero que en cuestión de horas se van a ocupar porque están llegando dos ambulancias con pacientes derivados de otras instituciones», explica a Efe Mario Kanashiro, director médico del Sanatorio Santa Clara, en la localidad bonaerense de Florencio Varela.
Este es, según el facultativo, el «peor momento» de la pandemia, ya que aunque en octubre pasado -cuando se registró el pico de casos de la primera ola, poco más de 18.000 en 24 horas- en su hospital se vivió «una situación de desborde que duró 3 días», en la actualidad hace tres semanas que la ocupación de camas no baja del 90 %.
También alertó de que cada vez son más los pacientes menores de 60 años que requieren de UTI, una franja de edad en problemas que el año pasado era «excepcional».
NUEVAS MEDIDAS
Este viernes culmina la etapa de restricciones decretada el 16 de abril por el Gobierno de Alberto Fernández para frenar la escalada de casos en Buenos Aires y su periferia, que incluía la prohibición de circular de noche y un polémico cierre de colegios que enfrentó al Ejecutivo nacional con el de la capital, de signo opositor, que a su vez presentó un amparo judicial para mantenerlos abiertos.
Pero el problema continúa porque los casos diarios siguen sin bajar de 20.000: para determinar cómo seguir, el presidente ha mantenido en los últimos dos días reuniones con los 22 gobernadores provinciales y el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y se espera que en las próximas horas se anuncien nuevas medidas en especial para el AMBA, que por lejos congrega la gran mayoría de casos.
Sobre la mesa está qué hacer con las clases escolares, ya que mientras el Gobierno capitalino las mantiene abiertas convencido de que es lo último que hay que cerrar, en las localidades de su alfoz, que dependen del Ejecutivo provincial, de signo oficialista, se mantienen en la virtualidad desde el 19 de abril.
Según trascendió, entre las nuevas medidas que podrían consensuarse para la ciudad -donde no se puede caminar por la calle entre las 20 y las 6 horas- estaría adelantar más aún el horario de cierre de los comercios e incrementar los controles de las restricciones ya existentes.
LA VACUNACIÓN
Mención aparte tiene el proceso de vacunación y las negociaciones del Gobierno para lograr un acuerdo con la estadounidense Pfizer -que parecen haber tomado un nuevo impulso tras meses trabadas-, así como la inquietud con AstraZeneca.
El país firmó con esa farmacéutica un contrato para recibir vacunas que fueron producidas en Argentina e iban a ser terminadas en México y Estados Unidos, pero que nunca llegaron.
Este miércoles, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, se reunió con representantes de la firma para pedirles información sobre las «eventuales dificultades» que atraviesa el proceso de producción de la vacuna y los tiempos en que podrá iniciar la recepción de las dosis que Argentina adquirió en noviembre de 2020.
«Esta información es vital para la organización de la campaña de vacunación”, dijo Vizzotti al término del encuentro.
Desde diciembre, Argentina ha recibido principalmente dosis de la vacuna rusa Sputnik-V pero también de la china Sinopharm y en menor medida de la Covishield -hecha en India y producida con la tecnología de AstraZeneca- y de las proporcionadas por el mecanismo Covax de Naciones Unidas.
Hasta hoy han sido vacunadas con una dosis 6.806.565 personas, y con las dos 908.441, principalmente de 60 años en adelante (4.692.423) y personal sanitario (1.925.854).
Hoy se espera la llegada de un millón de dosis de Sinopharm y el viernes un nuevo cargamento de Sputnik-V.