Santiago de Chile, 20 may (EFE).- Con más de la mitad de la población vacunada con dos dosis y el levantamiento de restricciones en algunas zonas del país, Chile busca entre la esperanza y la cautela dejar atrás una grave segunda ola y encaminarse a ser el primer país de Latinoamérica que recupere la normalidad tras la pandemia.
El proceso de vacunación en el país sigue encontrándose entre los más exitosos del mundo, pero el repunte de nuevos contagios experimentado esta jornada genera incertidumbres y la comunidad médica llama a la cautela.
Hace un mes volvieron a abrirse los bares, restaurantes y cafeterías en una decena de barrios de la capital y esta semana se atrasó una hora el toque de queda, que ahora rige entre las 22.00 horas y las 5.00 horas.
Las unidades de cuidados intensivos de los hospitales comienzan a descongestionarse tras dos meses saturadas por culpa del azote de una segunda ola que se agravó en marzo, después de las vacaciones de verano austral, y que obligó a confinar al 90 % de la población.
Ahora, las restricciones se suavizan y las autoridades confían en que el proceso de vacunación, uno de los más exitosos del mundo, haga sus efectos: «Hemos vacunado con dos dosis a 7,6 millones de personas, lo que equivale al 50,2 % de la población objetivo», celebró este jueves el ministro de Salud, Enrique Paris.
Chile es el segundo país del mundo con más porcentaje de población inoculada con dos dosis solo por detrás de Israel y supera a otros gigantes de la vacunación como Estados Unidos y Reino Unido y a todo el resto de países de Latinoamérica, según datos de la Universidad de Oxford.
A excepción de Uruguay, que logró administrar dos dosis al 27 % de su población, la marca chilena supera con creces la de otros países de la región como Argentina (4,6 %), México (8,6 %) o Brasil (8,3 %).
LA CARA NEGATIVA: LOS CASOS SIGUEN AL ALZA
Sin embargo, el país registró en las últimas 24 horas 7.680 casos nuevos, la cifra más alta de mayo, lo que ha llevado a las autoridades sanitarias y a expertos a tomarse con cautela los avances de la vacunación.
«Las cifras de hoy son extremadamente preocupantes. El número de casos nuevos y fallecidos obligan a repensar la gobernanza y estrategia», señalaron en Twitter desde el Colegio Médico.
«Todavía tenemos muchas incertidumbres como para pensar que la pandemia se va a acabar pronto. El 50 % sigue siendo una cifra baja, necesitamos vacunar al menos al 75 % de la población para lograr la inmunidad de rebaño», señaló a Efe Nicolás Muena, experto en vacunas y virólogo de la Fundación Ciencia y Vida.
El país acumula más de 1,3 millones de contagios y más de 28.000 muertes, y mantiene la cuarentena total en numerosos barrios, así como el cierre de fronteras, el toque de queda y los cines, museos e instalaciones deportivas clausurados en la mayor parte del país.
Este escenario, y el rápido avance de la inmunización, ha llevado a diversas voces a pedir un mayor levantamiento de las restricciones y terminar con los confinamientos, manteniéndolos solo en casos críticos.
«Hay un problema gravísimo de salud mental porque millones de chilenos habitan en viviendas pequeñas, están desesperados por poder salir. Por eso que le hemos pedido al Gobierno hacer modificaciones», señaló el diputado Juan Antonio Coloma, de Unidad Demócrata Independiente (derecha).
UNA VACUNA MENOS EFECTIVA
Miguel O’Ryan, infectólogo y profesor de la Universidad de Chile, explicó a Efe que la vacuna que mayoritariamente se usa en Chile, la del laboratorio chino Sinovac, es «de menor protección global que la de Pfizer», por lo que la situación chilena no se debe comparar con la de países que tienen cifras similares con otras vacunas.
Según un estudio difundido por el Gobierno chileno, la vacuna de Sinovac, que es de tipo virus inoculado y requiere dos dosis, evita un 67 % de contagios, frente al 95 % de efectividad de Pfizer/BioNTech o el 80 % de AstraZeneca, dos vacunas que también se administran en Chile pero de forma minoritaria.
Por ahora, todas las personas mayores de 30 años han podido acceder a alguna de estas vacunas, de administración voluntaria, que también han recibido los miembros del personal sanitario, enfermos crónicos y trabajadores esenciales desde que comenzó el proceso el pasado diciembre.
La negociación anticipada y diversificada, así como la amplia red de atención primaria, son dos de los factores clave que, según los expertos, han agilizado la inmunización.