Grenoble (Francia), 10 feb (EFE).- La Unión Europea no está lista para tratar el coronavirus como un virus estacional. Así lo declararon la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, y el ministro de Sanidad francés, Olivier Véran, tras la reunión este jueves con sus homólogos europeos en la que aceptaron que hay un consenso para reforzar las políticas sanitarias del bloque.
“La realidad es que tenemos un virus muy contagioso, ómicron, que ha acelerado la ola en varios Estados miembros, pero necesitamos permanecer cautos. Es pronto para decir que estamos fuera de la pandemia”, dijo Kyriakides en una rueda de prensa al final del encuentro informal.
La comisaria europea defendió que la única certidumbre con la covid-19 “es la incertidumbre” e instó a mantener los niveles de vigilancia altos en los próximos meses para estar preparados a nuevas variantes.
Esto no quita que Bruselas ve ya la necesidad de pensar a medio y largo plazo en cómo ir tratando las nuevas fases de la pandemia, para la que se dice “optimista”, pero “realista”.
De momento, instan a “continuar la campaña de vacunación”.
“Es demasiado pronto para considerar la pandemia como una endemia. Endemia quiere decir que el virus circula, que desarmamos nuestra capacidad de rastreo, que dejamos de lado las medidas de protección, el uso de mascarillas, el pasaporte sanitario. Es demasiado pronto”, insistió por su parte el ministro francés.
La precaución reina a la cabeza de la Unión Europea, que rechaza bajar la guardia en la vigilancia actual, como pretendían discutir en este encuentro países como España, de la mano de la ministra Carolina Darias.
En declaraciones a la prensa, la ministra, que participó el miércoles en Lyon en una reunión conjunta de Exteriores y Sanidad y de nuevo este jueves en la de su cartera, confío en que la UE lidere abrir el camino hacia un nuevo modelo de vigilancia.
“La pandemia cada vez tiene más característica de endemia y tenemos que ir hacia un nuevo modelo de vigilancia”, dijo Darias.
Véran y Kyriakides coincidieron este jueves en que si bien la expansión de la más contagiosa pero menos virulenta variante ómicron y la campaña de vacunación han permitido adquirir una fuerte inmunidad entre la población y evitar la saturación de los hospitales, queda vigente la amenaza de otras variantes.
“Hay otras variantes, como la delta, que nos permiten decir que en algún lugar del planeta hay una nueva variante de una cepa distinta del ómicron que puede desarrollarse”, subrayó Véran.
HACIA UNA EUROPA DE LA SALUD
Francia ha arrancado con fuerza la presidencia rotatoria del Consejo de la UE con la celebración de una larga lista de reuniones informales para medir la temperatura de sus socios en cuestiones urgentes.
Véran anunció este jueves que ha invitado a sus homólogos a firmar una declaración de intenciones, bautizada Declaración de Grenoble, que sirva como partida al refuerzo de las políticas conjuntas en materia sanitaria.
Citó asuntos como las enfermedades raras y otras no contagiosas, como el cáncer infantil o la compra de ciertos medicamentos, que creen que estarían mejor coordinados si se hicieran a nivel europeo.
Una intención para la que la experiencia de la gestión pandémica y la compra coordinada de vacunas ha sido esencial.
El francés salió del encuentro con la convicción de que esta cuestión crea consenso entre todos los países y que se pueden hacer políticas de salud pública a nivel nacional y a nivel europeo en campos donde el bloque puede pesar más en el plano internacional.
El deseo de construir una “Europa de la salud” podría pasar por la creación de una etiqueta de hospitales europeos, para crear nuevas herramientas de cooperación voluntarias entre las estructuras hospitalarias, así como una mayor integración de los estudios de salud pública, animal y medioambiental.
Ese deseo de interconectar los análisis de especialistas, el llamado «One health», seguirá tomando forma en una nueva reunión que tendrá lugar en París el 7 de marzo y en la que participarán de forma conjunta los ministros de Agricultura y Sanidad del bloque comunitario.
María D. Valderrama