Montevideo, 23 jul (EFE).- Uruguay tiene la mira puesta en evitar alcanzar una etapa de «trasmisión comunitaria masiva» de COVID-19 para no perder el rastreo de la enfermedad como ha sucedido en los países vecinos, Argentina y Brasil.
Así lo expresaron los líderes del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), Rafael Radi, Henry Cohen y Fernando Paganini, quienes ayudan al Ejecutivo de Luis Lacalle Pou en esta crisis, en una conferencia de prensa en la que analizaron la situación del país ante los últimos brotes surgidos en centros médicos de Montevideo.
El coordinador general del comité asesor, el doctor Rafael Radi, enfatizó que Uruguay se encuentra en una etapa del curso evolutivo de la enfermedad «que se caracteriza por la aparición de brotes» que se debe a la reapertura de actividades sociales y económicas.
«Es y será el escenario más razonable para esperar en los próximos meses. Lo que debemos evitar a toda costa es que este curso no pase a otra fase, que es la fase de trasmisión comunitaria masiva», subrayó.
Esto, según el experto, permitirá que Uruguay no pase a «correr de atrás a la epidemia» y se le vuelva incontrolable hacer el rastreo epidemiológico de casos, como hasta el momento.
Desde que se declaró la emergencia sanitaria el pasado 13 de marzo, Uruguay cuenta con 1.117 casos positivos (149 activos) y 34 fallecidos.
«El desconfinamiento trae consigo el aumento de riesgo. Para minimizar ese riesgo las medidas de intervención no farmacológica son esenciales», apuntó en alusión al uso de tapabocas y el distanciamiento físico por parte de la población.
Uno de las mayores preocupaciones que han surgido del último brote es precisamente que haya ocurrido en hospitales. En concreto, la información oficial muestra que desde que comenzó la pandemia 198 trabajadores de la salud han contraído la enfermedad y actualmente hay 46 casos activos.
Al respecto, el médico Henry Cohen dijo que el personal de salud forma parte de un grupo especial de riesgo porque cumple «funciones esenciales» y reconoció que durante este tiempo de emergencia sanitaria los trabajadores se han preparado de la mejor manera para evitar contagiarse.
«Podemos saber que el personal de la salud tiene cuatro veces más riesgo de enfermarse que la población general y si trabajan directo con pacientes con COVID el riesgo crece», explicó.
Sin embargo, enfatizó que la situación actual del país hace que estén «muy lejos» de preocuparse.
Radi coincidió con su colega y reiteró que Uruguay mantiene números bajos con una situación «bajo relativo control».
«Desde el punto de vista sanitario y científico el objetivo central es anticiparnos a las situaciones que podrían provocar evoluciones no deseadas de la epidemia, no correrla de atrás y comprender racionalmente, no actuando ni desde el miedo o la negligencia», destacó.
Asimismo, describió las potencialidades que tiene el país como la gran capacidad para hacer test (este miércoles alcanzó la cifra récord de 3.100 análisis en un día) y contó que recientemente se validaron los test serológicos creados por científicos uruguayos que permitirán conocer más detalles de la respuesta inmune al virus.