Elena Tejeira, fundadora de Elena Tejeira Catering y presidenta de OMEU
La exitosa empresaria de la industria del catering, Elena Tejeira, reconoce que el rol de la mujer a nivel empresarial se encuentra hoy en día en un punto de quiebre, y estima que la igualdad de oportunidades a favor de las trabajadoras llegará más pronto de lo que se piensa popularmente. Asimismo, planea nuevas líneas de negocio que complementen el catering, rubro en el que se ha destacado por su devoción a la perfección y un constante trabajo en equipo.
¿Cómo comenzó su relación con el catering?
Mi relación con el catering empieza a raíz de una decisión muy importante en mi vida, que tomé a los 27 años. Por problemas económicos familiares tuve que empezar a trabajar desde los 16 años. Comencé como telefonista, luego cambié de empresa y trabajé allí desde los 19 a los 27. En ese momento, la empresa con la que yo estaba muy comprometida perdió una licitación y redujo su operación en Uruguay, y yo decidí no pasar con mis compañeros a la otra empresa que había ganado la licitación, y sí comenzar mi propio camino. Durante todo ese periodo terminé el liceo nocturno, aprendí inglés, contabilidad básica y otras herramientas que me sirvieron para proyectarme.
Las empresas fueron mi gran universidad del trabajo. Luego de ese quiebre, decidí empezar esa vida de emprendedora sin saber que el catering era mi futuro. Empecé a tomar clases de cocina y de pastelería porque era algo que me fascinaba. Hacía preparaciones básicas, pero rápidamente tuve mucho éxito, y con una fuerte vocación de dar a conocer mi producto comenzó todo.
Recién dos años después es que me hicieron mi primer pedido para 200 personas; ese fue el primer desafío grande al que me enfrenté con mucho miedo, pero también con mucho respeto y compromiso. Ese fue mi primer catering.
“Soy una compradora compulsiva de libros de gastronomía”
Más allá de ese primer catering para 200 personas, ¿cuál recuerda como su gran desafío?
Aunque parezca mentira, cada vez que hacemos un evento lo vuelvo a tomar como si fuera el primero. Siempre es un desafío porque sabemos que no hay chance de una segunda oportunidad, entonces siempre que salimos a la cancha tenemos que ganar. Siempre siento esa adrenalina. Además, hemos atendido reyes, al príncipe de Asturias, por ejemplo, y en esos casos siempre está la responsabilidad de tener un cuidado y una atención perfecta, porque cualquier detalle que esté mal puede ser catastrófico. Los viajes al Interior también son desafiantes por la cadena de frío de los productos. Todos son desafíos, pero a veces el mayor de todos está en una cena de ocho personas, donde cualquier cosita sobresale.
Por eso nosotros trabajamos mucho en la previa del evento. En equipo se planea todo con mucha antelación para llegar con confianza al evento.
¿Cómo analiza el rubro del catering? Además de ser un sector sumamente competitivo, tiene mucho informalismo…
El tema del informalismo lo padezco desde hace 29 años, no es algo nuevo. Hemos hecho un montón de acciones, nos hemos mancomunado varias empresas para tratar de luchar contra ese problema, pero lamentablemente no hemos tenido mayor éxito. El informalismo sigue pero, obviamente, surgen continuamente empresas; eso es natural y muy bueno. Sería maravilloso si todos pudiéramos crecer desde la diferenciación y la mejora constante; eso haría que Uruguay siguiera mejorando gastronómicamente, cosa que le falta y mucho.
Lamentablemente, para empresas establecidas en el mercado, que son muy pocas, se nos hace muy cuesta arriba porque somos percibidos como no competitivos en el precio, y por más que hacemos hincapié en que nosotros cumplimos con todas las habilitaciones, obligaciones, las cargas impositivas y demás, se hace bastante difícil mantenerse durante tantos años con estas empresas que surgen constantemente y que no están establecidas como nosotros.
Por eso estamos en una etapa de búsqueda, de cambio. Pensamos en la elaboración de productos industriales porque el asunto de los recursos humanos y el servicio de mozos, por ejemplo, nos han puesto en jaque y estamos verdaderamente complicados en ese aspecto. Nosotros pagamos a todo nuestro equipo apenas por encima del laudo, pero sin embargo nos dicen que nuestro servicio es costoso. No entiendo por qué es así si pagamos lo que corresponde y el laudo; debería ser normal.
En agosto de 2016, Tejeira asumió como presidenta en OMEU. En aquel entonces había 70 socios, hoy son 230.
¿Por dónde podrían venir esos cambios que menciona?
Investigamos para desarrollar nuevas líneas gastronómicas y otras salidas que nos permitan mantener todos los puestos laborales, pero quizás esto sea por otra vía que no sea solamente el catering.
¿Piensa en la expansión?
Siempre hemos estado en la búsqueda del crecimiento. De hecho, empecé en un apartamento de 55 metros cuadrados y fuimos creciendo hasta llegar a esta planta. El tema es que a veces, frente a estas adversidades, se hace difícil el crecimiento. A su vez, en todos estos años opté por el camino de estar sola en la dirección de la empresa. Yo visualizo que quizás para dar ese paso de crecimiento tengo que hacer cambios importantes y, de repente, formar una sociedad, buscar un grupo inversor o tener un grupo de trabajo más multidisciplinario, porque las ideas están para desarrollar. Pero entiendo que cuando me desenfoco para poder desarrollarlas, se me hace difícil poder abarcar todo.
Se la percibe como una empresaria muy autocrítica. ¿Se considera una persona observadora, detallista?
Soy muy observadora y detallista al extremo. A veces con mi equipo tengo que estar poniendo atención en primero hacerles todos los elogios sobre el servicio que ofrecimos para que no se sientan mal, porque siempre veo los detalles a mejorar y eso, a veces, puede molestar porque tengo un ojo clínico. Pero creo que eso es lo que ha hecho que la empresa se mantenga durante tantos años: la búsqueda constante de la perfección. No lo sufro ni soy obsesiva, pero sí trabajo para mejorar.
En la interna siempre estamos trabajando en mejorar cada detalle en cada área, por ello continuamente hacemos reuniones de planificación y de evaluación.
Últimamente las manifestaciones a favor de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres han cobrado un gran protagonismo. En este marco, se habla constantemente sobre la brecha salarial. Desde su posición de presidenta de una organización de mujeres empresarias, ¿cómo analiza este nuevo escenario?
Existe una brecha salarial en nuestro país y sobre eso hay que seguir trabajando. Hay una gran movilización a nivel general y quedó en evidencia en la marcha del 8 de marzo.
Yo creo que romper esa brecha no va a llevar tantos años como algunos estudios dicen porque son informes basados en cómo viene evolucionando, pero hoy es tanto lo que se está haciendo para que se tome conciencia al respecto que yo creo que las empresas van a reaccionar rápidamente frente a esa brecha.
Esto no debería darse porque la mujer es tan capaz como el hombre, ni más ni menos.
Además, creo que hoy en día la mujer se siente más capaz para llegar a los puestos gerenciales. Me parece que antes la propia mujer se frenaba o consideraba que sus tareas estaban en las áreas más soft. Hoy eso está cambiando y creo que estamos transitando un momento bisagra, donde nos toca vivir un momento de plena explosión.
“Para la mujer está mal visto salir del trabajo y asistir a una reunión en vez de irse para la casa. Pero para estar en el mundo de los negocios tiene que existir el networking”
¿Cómo ve en Uruguay el famoso fenómeno del “techo de cristal” que impide a las mujeres llegar a los puestos gerenciales de las empresas?
Es obvio que existe y es muy visible en las empresas, porque los cargos de dirección siempre están en manos de hombres. A veces me río y pienso: “¿por qué tienen tanto miedo?, suelten esos cargos”. Yo me imagino que esos hombres tienen esposas, madres e hijas. ¿No piensan en ninguna de ellas? Quizás es su señora la que trabaja en otra empresa y no tiene la misma posibilidad que él de salir adelante y lograr un cargo de jerarquía.
Creo que hay que hacer reflexionar mucho a los hombres porque es una discusión que ni siquiera tenían en agenda, estaba establecido y así era, pero el mundo cambió.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la elección de cada mujer. Porque hay mujeres que se sienten felices quedándose en su casa con sus hijos y está perfecto, no todas tienen que querer ser gerentes en empresas. Quizás yo misma hubiera sido una ama de casa súper feliz, pero las circunstancias que viví me llevaron a emprender; pero es algo muy personal. Lo fundamental es garantizar la igualdad de oportunidades.
A pesar de estar viviendo tiempos de cambio, inspirar a las empresarias debe ser una tarea compleja. ¿Cómo lo maneja a diario en OMEU?
Ese es el lema que más trabajo. He centrado mi atención en inspirar, es en donde creo que más puedo aportar. Hay que saber qué barreras se van a afrontar y saber que el mundo va a ser más adverso para la mujer que para el hombre, pero justamente esas barreras hacen que el desafío sea más rico. Trabajamos en empoderarlas y en asegurarles la satisfacción de vencer sus obstáculos.
Catering hogareño
A pesar de haberse dedicado de lleno a la dirección de la empresa, Elena Tejeira reconoce que disfruta de estar en contacto permanente con el staff de la cocina. A su vez, aclara que le gustaría, por momentos, estar más cerca de esa área aunque hoy en día su posición la obliga a llevar las riendas de la compañía desde una visión más integral. Sin embargo, cuando recibe visitas en su casa sí le gusta agasajar con sus delicias, aunque confiesa que los chefs de Elena Tejeira Catering le preparan algunas elaboraciones en la previa para poder saltearse pasos y garantizar a sus invitados, en su propio hogar, la misma frescura y calidad que ofrece en los eventos, pero sin tanto esfuerzo.