“Sinergia Design surgió porque el uruguayo demandaba un hub de diseño nacional”

María José Rey, fundadora de Majo Rey y directora de Sinergia Design


Hizo de su identidad una marca exitosa, al transformar la industria de la lencería a través de la creación de piezas únicas que traslucen su esencia. Con el emprendedurismo a flor de piel siguió añadiendo proyectos, y ahora encabeza el equipo de Sinergia Design, un paseo de compras en el barrio Tres Cruces, inaugurado el pasado 19 de agosto, que promete ser un nuevo eje de la moda local. El centro comercial ofrecerá propuestas diferentes a las tradicionales para romper con las estructuras, así como  lo hace ella desde hace 10 años con su grifa Majo Rey. 


 Por María Noel Durán | @MNoelDuran

¿Cómo comenzó su relación con el diseño y con el emprendedurismo?

Con el diseño desde que soy niña. Más o menos desde los cinco años me gustaba dibujar personajes como Xuxa con diferentes outfits, cuando tenía 11 me mandaba a hacer mi ropa con una vecina; todo empezó muy joven.

La parte de emprendedurismo viene de mi familia. Mis padres siempre fueron independientes y mis abuelos también, veía como luchaban por un sueño propio. Yo crecí y observaba a mis padres en sus talleres. Mi padre hacía artículos para pescar, customizaba cañas de pescar con trabajos artesanales muy lindos. Mi madre teje, hace velas, y mi abuela también. Desde muy chicos siempre estuvimos haciendo cosas creativas. Fue precisamente mi abuela la que me enseñó a tejer cuando tenía seis años. Mi madre siempre se dedicó a hacer manualidades y es algo que lo tenemos en la sangre, mi hermano es tatuador y también tiene su emprendimiento. Tenemos la motivación de hacerlo nosotros mismos, de ir contra lo pautado para poder hacer nuestras propias reglas, y nos ha funcionado muy bien.

Con todo ese bagaje familiar de fondo, ¿por qué eligió emprender con una marca de lencería?

Cuando terminé el bachillerato, me anoté en la UTU, y cuando terminé conseguí un trabajo en una empresa de bikinis y mallas, cuya dueña es la mamá de una amiga, que es como mi tía. Ahí hice mi primera incursión en el mundo de pequeñas prendas. Me enamoré de las cosas chiquitas. Por muchas razones, en primer lugar, porque mi familia no era pudiente y cada uno tuvo que salir a trabajar desde muy joven, no tenía un back up familiar de inversión ni de 500 pesos, tampoco para comprar materiales ni mandar a producir en cadena en los talleres. Una forma de hacer ropa interior era agarrar los restos de mis amigos que hacían ropa para hacer nueva ropa. Empecé a comprar un metro de tela, de elástico, cosas muy baratas que me permitían ensamblar las primeras piezas.

Por otro lado, las prendas eran de fácil transporte, no se arrugaban, lo que me permitía llevar en un bolso muchos talles. Claramente la ganancia no es igual, pero también tenés otra agilidad de venta. Por otro lado, era mi primera experiencia y necesitaba ver cómo funcionaba y no había competencia en Uruguay, solo estaba Srta Peel. En 2008 me arriesgué con una pequeña colección de conjuntos, básicamente en algodón. Colgué mis primeros ocho artículos en el sitio web de venta Etsy.com y los vendí enseguida. Me fue muy bien en Etsy durante mucho tiempo. Me ayudó a tener una solvencia económica básica y validar el producto. Después hubo una fuerte identidad de marca que es 100% lo que yo soy: comunico la música que me gusta, muestro la mujer que me gusta ser, empodero a la mujer desde su belleza desde un lado muy único; no es un mensaje feminista pero sí fuerte. La marca muestra mucho de mí. Siempre marqué ese rumbo y hoy en día hay un montón de marcas de ropa interior que están reflejadas en el espíritu de Majo Rey. Eso en parte está bueno porque significa que estás haciendo las cosas bien, pero en parte no está bueno porque es mi esencia y reinventarse sobre sí mismo es un desafío muy difícil.

¿Le ha costado defender la identidad de su marca?

Acá en Uruguay no está muy presente el tema de la protección de la identidad de marca ni de la propiedad intelectual. Nosotros estamos peleando junto a un montón de gente que le pasa lo mismo. Hay muchas cosas alrededor de la identidad de una marca. Ahora tuvimos una instancia de asesoría de Uruguay XXI con una consultora argentina muy buena y ella nos decía “cuando vean la copia, acusen oficialmente, pónganlo en Facebook”. Yo le dije que lo hice, realmente, pero no sirve porque quedás como una loca. La gente dice: “¿quién se piensa que es Majo Rey?”. Hay copia desleal, no hay respeto por las marcas; en otro país te matan, te ponen abogados, pero en Uruguay no hay leyes que te amparen como diseñador. En un mundo de diseño independiente tan pequeño como el de Uruguay es hasta vergonzoso.

Cuando Srta Peel y yo empezamos éramos las únicas y teníamos estilos muy diferentes. Ahora son 14 marcas de lencería, son muchas. Para nosotras es entre un honor y un miedo, pero la lencería está de moda. Acá en Sinergia Design se puede ver, hay una marca de lencería frente a la mía. Yo no soy recelosa de mi producto, lo que sí me toca en el fondo de mi ser es que se peguen a la identidad de mi marca, cuando algo es lo mismo a mi identidad. Son cosas que son tuyas… No es que mi nombre sea María José pero inventé una marca que se llama Catalina y Catalina tiene una personalidad diferente a la mía, eso no. Yo hice de mí una marca y ahí está mi esencia. A la gente no le gusta escuchar que está haciendo lo mismo, pero es lo que está pasando. Por suerte hay muchas marcas de diseño nacional en Uruguay. Estoy súper orgullosa de los nuevos talentos y las nuevas propuestas, pero uno tiene que ser astuto y tener los ojos abiertos.

«Uruguay es un país casi ejemplar»

Majo Rey comenzó al revés que lo que suele pasar en Uruguay: el inicio fue a través de la venta web a través de Etsy.com y luego puso su local. ¿Cómo fue esta transición?

Empecé 100% al revés. Si lo hubiera pensado, capaz que no me habría salido. Soy una persona muy intuitiva y usé mi intuición. Usar la plataforma web fue intuición. Yo siempre digo que hay que confiar en la voz interior de cada uno. En el momento en que empecé no podía soñar en tener un local, no sabía lo que era conseguir una garantía de alquiler o tener empleados. Tenía 22 años, era re chiquita y la plataforma web me dio soluciones, me permitió trabajar desde mi casa.

En ese momento tenía un socio que era muy bueno en comercio online y yo absorbí todo su knowhow. Fui muy autodidacta, aprendí a hacer mi web, el carrito de compras, y después sí pude contar con profesionales. En 2008 se empezó a devolver valor a todo lo handmade.

Siempre aconsejo que lo importante es empezar por donde se puede, no ponerse metas que no se van a alcanzar. Yo tenía ocho conjuntos cuando empecé, ¿cómo los iba a vender? Ahora, con las plataformas web, es más fácil que las cosas sucedan.

Luego Majo Rey se instaló con su propio local, primero en Ciudad Vieja, luego en Pocitos y ahora en Sinergia Design. ¿Cómo cambió sus estructuras?

Primero monté mi propio taller, porque me pasó que las cosas me vinieran mal hechas o que me robaran material y eso para mí era muy frustrante. Con un grupo de mujeres monté mi taller y resolvemos los problemas juntas. Eso me sirvió para hacer un núcleo familiar en el trabajo y no ser jefa sino compañera. Soy la que les paga el sueldo, pero estoy con ellas todo el tiempo ahí, laburo el doble; si tengo que cortar, lo hago; tengo que coser, lo hago. Lo mejor que me puede pasar es quedarme en mi taller… Es el lugar más fantástico en el que puedo estar. Después me animé a abrir el local, pero el primer año fue muy duro. Mis clientes me siguieron al firme, mis primeras empleadas fueron mis amigas, y así de a poquitos fui creciendo.

Obviamente, hay momentos en los que te querés matar porque siempre depende del clima económico y este es inestable -más que nada al principio-, porque en aquel momento, por ejemplo, no existía MoWeek, que es la gran vidriera para el diseño local. Ahora es más estable. La apertura del local me dio más fidelización de mis clientes porque nosotros podemos hacer todas las prendas a medida. Entonces, saben que si vas a Majo Rey y no encontrás el corpiño que te quede bien, Majo te lo hace a medida y lo tenés en 24 horas. Soy la única marca que hace esto.

Hubo una época en la que el diseño nacional era prácticamente nulo y las prendas provenían de la importación. ¿MoWeek fue un antes y un después en ese sentido?

Carina Martínez al crear MoWeek ayudó mucho a posicionar al diseño local. La gente se dio cuenta que un jean de Daniel Cassin salía prácticamente lo mismo que un Pastiche. Si voy a pagar 1.900 pesos por un jean en Daniel Cassin y 2.500 en un Pastiche, compro un Pastiche. La gente elige por precio, pero también por calidad y diseño. Somos competentes y hay conciencia acerca de quién hace la ropa. Couture hizo lo mismo: comenzó por un blog y ahora tiene un estudio muy importante. Hubo un cambio, y mucha gente aportó para que esto suceda. Marcas como Rotunda, Pastiche, Mutma, Sabrina Tach lograron éxito y una pronta aceptación. Hay un montón de empresas que han logrado estar acá y también en el mundo. Por eso también surgió Sinergia Design, porque veíamos la necesidad del uruguayo de tener un hub de diseño local.

Nos llevó un año y medio elegir a las marcas que estarán en el paseo de compras, desde marcas que recién comienzan hasta las más importantes y no las podes encontrar en los centros comerciales.  Todas son marcas independientes, no son parte de ninguna corporación.

«Si tuviera que mandar un regalo para ser una influencer nunca se lo haría, por ejemplo, a Claudia Fernández, porque es una mujer muy bonita y respetada en Uruguay pero no refleja mi producto. Hay que saber hacia dónde orientar la comunicación»

Comenzó como diseñadora, pero ahora es directora de la marca Majo Rey y de Sinergia Design ¿Cómo maneja las dos facetas?

Como puedo. Soy amada y odiada, hay compañeros que te bancan el estrés y la presión y otros que no quieren que les hable más. Soy muy exigente, estoy atrás de la gente, porque Uruguay es un país muy informal; yo lo aprendí al vivir en el exterior. Hay muy poca gente que se toma las cosas en serio. Mucha gente se queda en decir “mi producto no se vende”, hay que hacer un plan de negocios, golpear puertas y luchar en el día a día. Yo no fui a la Universidad, mis padres no eran pudientes, y ahora soy directora ejecutiva. Si tenés la convicción de que vas a poder, podés; las barreras se las pone uno mismo. En el caso de Sinergia Design tampoco tenía muy claro de lo que era co-work y compartir los conocimientos. Acá aprendí que trabajar en equipo funciona y que el conocimiento que das, te vuelve. La flexibilidad también es clave; hay que ponerse en los pantalones del otro, porque todos tenemos problemas y soluciones. Si se puede, hacer un balance entre la personalidad fuerte y la empatía de entender al otro, es una receta exitosa.

¿Cómo fue su experiencia fuera del país?

Estuve muchos años en pareja y él es extranjero. Dejé Majo Rey muchos años y mi madre me cubrió en ese momento para que yo pudiera irme detrás del amor. Sufrí muchos años porque tenía una relación a distancia y no lograba la felicidad plena. Por amor me fui atrás de una persona y ahí empezó otro camino. Fui ayudante de cocina, sé toneladas de gastronomía; desde comer en los mejores restaurantes del mundo hasta trabajar 15 horas en una cocina, aprendí mucho sobre enología, desarrollé la comunicación de marca de un proyecto de vinos. Aprendí mucho de branding, que es lo que más me gusta hacer más allá de Majo Rey.

Viví en Europa y puedo asegurar que son personas mucho más frías; a mí me encanta el sudamericano. Me costó mucho adaptarme en cuanto al lenguaje -no hablábamos el mismo idioma-, y en el relacionamiento. Aprendí muchísimo, viaje un montón, pero me di cuenta de que no quiero tratar con gente que no tiene el mismo lenguaje que yo. Me gusta que la comunicación sea pura porque me importa mucho la transparencia.

A mí me gusta estar en Uruguay y creo que aquí hay un gran potencial que no existe en otros países. El emprendedurismo acá hierve; la gente se cae y se levanta permanentemente. Siempre sobresalen las quejas pero hay que reconocer que es un país muy calmo. Somos pioneros en muchas cosas, como la despenalización del aborto y la legalización de la marihuana, también es cierto que es un país caro, pero yo considero que Uruguay es ejemplar. Creo que con dirigentes un poco más jóvenes y una economía más estable podríamos tener un país increíble, como lo era en el 50.

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¿Qué es lo que más disfrutas del trabajo?

El dinamismo. Todo pasa en horas.

¿Qué expectativas tiene para Majo Rey y para Sinergia Design?

Para Majo Rey, crecer con nuevos puntos de venta y no perder el ritmo que tenemos y la fidelización con los clientes. En Sinergia Design no sabemos mucho lo que va a pasar, pero es un lugar que viene con el concepto del nuevo retail y esperamos que la gente se acerque y lo experimente.


Diseño con Sinergia

De la mano del CEO de Sinergia, Martín Larre, este hub de diseño llega con un concepto innovador, hasta en sus horarios. Sinergia Design abrió sus puertas en Colonia 2235 (Tres Cruces), estará abierto al público de jueves a domingo, de jueves a sábado de 13 a 23 y los domingos desde las 10 hasta las 18 horas en invierno y 20 horas en verano. Además de ser un espacio para 200 co-workers y  22 oficinas privadas, Sinergia Design contará con el paseo de compras, y salas de eventos. El plan también incluye una arista virtual, ya que se pretende tener venta online y un pick-up center dentro de Sinergia. Además, el proyecto promueve el uso de las bicicletas en la zona y tiene como particularidad de ser pet friendly. Sinergia Desingn organizará también talleres y actividades para que no solo sea ir a comprar, sino ir a vivir una experiencia. “Nuestra expectativa es colmar las expectativas de la gente”, concluyó Majo Rey.