Actualmente solo el 38% de las empresas certificadas en Uruguay podrían comercializar con la UE

En 2017 > URUGUAY CONTABA CON 1.295 FIRMAS CERTIFICADAS POR ISO

En un evento realizado ayer jueves 7 de octubre en la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, la Cámara Uruguaya de la Conformidad (CUEC) presentó el estado actual de la realidad del país de cara al tratado Mercosur-UE. Al día de hoy, se entiende que son minoría las empresas que efectivamente estarían habilitadas para poder comercializar con los países integrantes europeos en caso de ratificar el documento.

El panorama nacional en referencia a un -cada vez más cercano- acuerdo entre la UE y el Mercosur, se presenta, según la Cámara Uruguaya de la Conformidad (CUEC), con muchos asuntos a mejorar y adaptaciones por delante. Gonzalo Reboledo, presidente de la agremiación, participó del evento y brindó una mirada cuantitativa de la realidad uruguaya, basado en las exigencias que tiene el posible acuerdo en cuanto al estado de certificaciones de las empresas.

El ejecutivo explicó que en 2017 Uruguay contaba con 1.295 firmas certificadas por ISO, pero luego se bajó a 1.000, es decir que hubo un decrecimiento de gran importancia. En el año 2018, fueron 1.841 las empresas uruguayas que exportaron, y lo hicieron a 171 destinos diferentes.

Si se toman en cuenta las condiciones de base para el comercio con la UE, 700 empresas, es decir, solo las efectivamente certificadas contemplando las exigencias del posible acuerdo, tendrían condiciones para poder lograr acuerdos comerciales con el bloque europeo. Esto indica que solo el 38% de las 1.841 firmas podrían negociar. “Esto es una problemática, si únicamente el 38% pudiera entablar una relación de negocio, no es beneficioso para el país de esta manera”.

Con estos datos, la CUEC busca hacer un llamado de atención para el país, y lo que tratan de demostrar es la necesidad de accionar cuanto antes al respecto. Si bien el acuerdo aún no está ratificado, el hecho de tomar cartas en ese asunto puede favorecer una posible alianza de manera mucho más eficiente.

Exigencias marcadas

Santiago Teperino, del Departamento de Comercio Internacional en Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay, explicó cuáles son los términos generales del acuerdo y el impacto que podrá tener en la calidad de los productos que se comercializarán. Aseguró que “el acuerdo va más allá de una mera alianza comercial. Tiene tres grandes pilares: una parte política, una de cooperación y otra comercial, siendo esta última una de las más exigentes”, aseguró.

Lo que refiere al asunto comercial, regularía distintas disciplinas para llevar a cabo el relacionamiento entre las dos partes. “Va más allá de un acuerdo de libre comercio tradicional, porque si bien hay capítulos de bienes, de servicios, reglas de origen, también existen capítulos más novedosos como el comercio y desarrollo sostenible, o la regulación en cuanto a abaratar los costos logísticos, por ejemplo”.

El acuerdo tiene en cuenta los distintos niveles de desarrollo económico que tienen las dos partes. El Mercosur tendrá un plazo de 15 años para liberalizar sus productos, la UE en 10 años ya liberalizará todo lo acordado. Existe un capítulo de obstáculos técnicos al comercio, se busca que los costos entre importadores y exportadores sean menores, porque habrá mayor homogeneidad en una parte y otra. “Los reglamentos técnicos se basarán en estándares internacionales, y lo que tenemos que hacer es acoplarnos a los mismos”, aseguró Teperino.

El especialista afirmó que estamos en la parte de cierre de las negociaciones, es decir, abocados a los asuntos legales de los textos; luego vendrá la traducción en las casi 30 lenguas de los países involucrados, y esto llevará un año. Por eso, en el 2020 recién se estaría firmando. A partir de esto viene la segunda etapa, que será la aprobación de los parlamentos: los cuatro del Mercosur y el Europeo. Aunque se puede dar la incorporación bilateral.


Barreras a sortear

Mauricio Roldán, coordinador de gestión del Organismo Uruguayo de Acreditación (OUA), sostuvo que el acuerdo tiene varias barreras técnicas que se deben cumplir para formar parte directa de la exportación e importación con la UE. Esas barreras deben tener una regulación técnica, y en este caso está sustentada en estándares y normas que deben cumplir los productos, procesos y servicios para ser aceptados en el destino.

En el acuerdo entre la UE-Mercosur la acreditación es una evaluación que mide que se cumplan con los requisitos establecidos y que determina si el producto o servicio es competente para la comercialización. “El acuerdo establece acreditaciones de laboratorio, de organismos de certificación y de organismos de inspección, es decir, que se pueden tener diferentes maneras de verificar que el producto está como ellos lo quieren”, comentó Roldán.

Existen varios factores dentro de la evaluación: está el de la conformidad, las barreras técnicas, los organismos de acreditación, y la evaluación de los productos de los proveedores de los mercados destino, para, de esta manera, lograr la igualdad de condiciones. “Es importante adecuarse a las barreras técnicas para poder cumplir con los requisitos”, puntualizó.