En un contexto internacional convulsionado y donde el multilateralismo es cuestionado, los embajadores de España, José Javier Gómez-Llera, y de la Unión Europea (UE), y Karl-Otto König, junto con el contador Enrique Iglesias, destacaron la importancia simbólica que tendría la concreción de un acuerdo entre el bloque del viejo continente y el Mercosur.
“Creo oír decir a algún diplomático que Uruguay es un país europeo geográficamente desubicado. Y lo cierto es que no hay nada que la UE y Uruguay no compartan, salvo en primer lugar la locación geográfica -que si no fuera por ella sería sin duda un miembro de la Unión-, y en segundo lugar, desgraciadamente todavía nos falta un fuerte marco de relaciones que junto con la cooperación política y técnica, incluyan un área de libre comercio”.
Así comenzó su disertación el embajador de España José Javier Gómez-Llera durante el Almuerzo-Coloquio “Unión Europea y Uruguay: Perspectivas en un entorno global revuelto”, organizado por la Cámara Oficial Española de Comercio, Industria y Navegación. Resaltó la importancia de cambiar esta realidad mediante un mayor relacionamiento con todo el Mercosur. “Esta situación no debe continuar así por más tiempo. No es lógica y es anacrónica a los tiempos que vivimos”, señaló.
Indicó que la UE es el primer inversor extranjero en la región y sin embargo “nuestros intercambios comerciales tropiezan con fuertes barreras arancelarias y no arancelarias”. “Estamos reprimiendo, estamos coartando un gran potencial de progreso”, lamentó.
Gómez-Llera defendió que Uruguay y España no son los responsables del atraso en las negociaciones entre el Mercosur y la UE, ya que ambos países consideran “esencial” el acuerdo y han realizado “un gran esfuerzo para lograr su conclusión”. “Ahora tenemos abierta la oportunidad de lograrlo en estas próximas semanas o meses, y sería imperdonable dejar pasar esta oportunidad que tal vez no vuelva a presentarse”, instó.
Para el diplomático, el sector privado “podría ayudar mucho presionando a los gobiernos” para que asuman “su responsabilidad y se comprometan de una vez por todas”.
Por último, evaluó que el contexto internacional de incertidumbre y la amenaza latente de una guerra comercial, hacen fundamental avanzar hacia un espacio común de libre comercio, que elimine aranceles y barreras en los intercambios.
Dando el ejemplo
Karl-Otto König, embajador de la UE, destacó que el bloque del viejo continente representa “un ejemplo de multilateralismo” e instó a trabajar para reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC), “un tema donde Uruguay tiene mucho que ver”. “Necesitamos un organismo de apelación capaz de decidir con autoridad sobre litigios comerciales. Necesitamos estos jueces con experiencia y ahí veo una buena posibilidad de coordinar con Uruguay”, sostuvo.
Destacó que nuestro país es “la única democracia plena en Sudamérica” lo que la convierte en “un buen ejemplo para los demás, un socio fiable para temas globales, para el cambio climático, para implementar la agenda 2030 y para conseguir los objetivos del desarrollo sostenible”. “Es un pequeño país, pero grande en calidad, eso hace la diferencia. Porque es un país porque sabe convencer a los demás a través del diálogo”, agregó.
Respecto a las negociaciones UE-Mercosur, no quiso brindar detalles, pero remarcó que “todavía hay trabajo para hacer juntos”. Aclaró que no se trata de un TLC, sino de una “asociación”, que “es diferente porque tenemos el pilar de la coordinación política”.
“Entendemos la sensibilidad del Mercosur y viceversa. Nadie va a ganar 100%, es imposible. (…) Es la mejor oferta de nuestra historia, mejor de lo que hemos ofrecido a Canadá y México, pero también podemos incluir a Ucrania y Sudáfrica”, agregó König. Agregó que la reducción de aranceles y de barreras no arancelarias traerán “más inversión”, lo que “llevará más innovación, y al final del día, más competitividad”.
Todo el mundo cambió
A su turno, Enrique Iglesias, presidente de la Fundación Astur, opinó que “estamos en un gran cambio de época en el mundo” lo que implica “cosas muy serias”, entre la que se destaca en la actualidad la “guerra comercial”. “Es una guerra que afecta a todos los países. No se está fuera de la guerra. Está afectando intereses muy importantes y no es solamente una guerra de comercio, es una guerra tecnológica y, en última instancia, una guerra de poder”, analizó. En ese sentido, instó a estar “muy alerta” para entender los movimientos que se están gestando a escala global.
Evaluó que la crisis del multilateralismo está mostrando una de las “primeras víctimas potenciales: la OMC”. “Hoy el peligro del multilateralismo es que tengamos este año, al final del año, una crisis muy seria. (…) El colapso de la OMC es una cosa realmente dramática”.
Iglesias elogió a la UE a la cual calificó como “un punto de referencia” e insistiendo en la necesidad de un acuerdo con el Mercosur. “Hace casi 20 años que estamos discutiendo esto. Aparentemente esta semana estaría aprobándose el acuerdo; va a llevar mucho tiempo ratificarlo, pero el mensaje que significaría tener este acuerdo es muy importante”, subrayó Iglesias. “Es muy importante en un mundo que está convulsionado por la crisis del multilateralismo”, agregó.
En cuanto al Mercosur, destacó los mensajes de apertura comercial de Argentina y Brasil que podrían convertir al bloque en “un instrumento importante y dinamizador de las economías”. “Precisamos un Mercosur en el cual apoyarnos y podamos abrir las fronteras hacia otros lugares”.
Por último, en referencia al clima electoral, le pidió a la los actores políticos buscar “algunos acuerdos básicos que nos permitan administrar el futuro con tranquilidad, sabiendo que todos vamos a tener que hacer frente a algunos costos”.