Agua comenzó a cotizar en Wall Street: “puede ser una herramienta de conservación, si se utiliza bien, lo que no siempre ocurre”

Controvertido > Falta de ética vs gestión más eficiente del recurso natural

Al igual que otros commodities como el oro o la soja, ahora el agua comenzó a cotizar en los mercados de futuros de Wall Street, debido al temor por la escasez de este vital recurso para la vida. De acuerdo a CME Group, los nuevos contratos permitirán una mejor gestión del riesgo asociado a la escasez del agua y realizar una mejor correlación entre oferta y demanda en los mercados. Gonzalo Delacámara, director de Economía del Agua en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados, opinó  que “estos mercados de derechos pueden ser una herramienta de conservación, si se utilizan bien, lo que no siempre ocurre”. 

Para muchos el anuncio es el principio del fin. La amenaza latente a intervenciones extranjeras en el país. Otros lo ven, al menos, como un movimiento falto de ética, ya que se está especulando con el valor de un recurso vital. No obstante, también hay quienes defienden que si se utiliza de modo correcto, este mecanismo financiero puede contribuir a lograr un uso más eficiente del agua. 

El pasado lunes 7 de diciembre el agua comenzó a cotizar en el mercado de futuros de materias primas, debido a la escasez de ese bien, según publicó la agencia de noticias EFE. De esa forma, su precio comenzará a fluctuar en las pantallas de Wall Street como lo hacen otros commodities, como el petróleo, el oro, el trigo o la soja, entre otros, según informó la compañía de mercados globales CME Group.

El índice Nasdaq Veles Califonia Water Index (NQH2O) se basa en un indicador de precios de los futuros del agua en California que al cierre del lunes cotizaba a unos US$ 486,53 por acre-pie, una medida de volumen utilizada normalmente en Estados Unidos equivalente a 1.233 metros cúbicos.

El precio del agua en California se duplicó en el último año según este indicador y con la mayor escasez de este recurso, la llegada al mercado de materias primas permitirá según los expertos una mejor gestión del riesgo futuro. Agricultores, fondos o municipios podrán protegerse o especular ante los cambios en el precio del agua. Según CME Group, los nuevos contratos permitirán una mejor gestión del riesgo asociado a la escasez del agua y realizar una mejor correlación entre oferta y demanda en los mercados.

Aunque el índice está basado en los precios de las principales cuencas fluviales de California, donde la escasez del agua ha aumentado, este valor podrá ser usado como referente para el resto del mundo en los mercados del agua.

Estos contratos de futuros no requieren entrega física de agua y son puramente financieros, basados en el precio semanal promediado entre las cinco principales cuencas de California hasta 2022.

Uso y abuso

China y Estados Unidos son los principales consumidores del mundo de agua y, según Naciones Unidas, 2.000 millones de personas viven en países con graves problemas de acceso al agua, mientras que en los próximos años dos tercios del planeta podrían experimentar escasez de agua y millones de personas verses desplazadas.

La explotación excesiva de este recurso por el sector primario, la industria y el consumo humano, así como el cambio climático, han llevado a que este recurso sea cada vez más escaso.

Los contratos fueron anunciados en septiembre, cuando la costa oeste de Estados Unidos fue devastada por el calor y los incendios forestales. Según la cadena Bloomberg, están destinados a “servir como protección para los mayores consumidores de agua de California contra la subida de los precios y como indicador de escasez para los inversores de todo el mundo.

“Alrededor de 2.000 millones de personas viven ahora en naciones plagadas de problemas con el agua, y casi dos tercios del mundo podrían enfrentar escasez de agua en solo cuatro años”, declaró el jefe global de índice de acciones y productos de inversión alternativos de CME Group, Tim McCourt. “La idea de gestionar los riesgos asociados al agua sin duda está cobrando mayor importancia”, subrayó.

Mercados de futuros

Los mercados de futuros consisten en la realización de contratos de compra o venta de ciertas materias en una fecha futura, pactando en el presente el precio, la cantidad y la fecha de vencimiento. El objetivo es proteger a los productores de materias primas en un mercado caracterizado por épocas de concentración de la oferta (de cosecha) y por precios muy variables a lo largo del año, que restaban atractivo a la labor. En el caso de una sequía, el mercado de futuros puede ayudar a gestionar mejor el agua y reducir los conflictos por el recurso natural, ya que habrá un precio pactado anterior a la crisis.

A modo de ejemplo, los productores agrícolas californianos podrían planificar con anticipación los costos cambiantes de agua e incluso mantener más estables los precios de sus productos.

“En teoría, de esta forma lo que estás haciendo es generar incentivos para que la gente sea más eficiente porque los derechos excedentarios de agua los puede llevar al mercado”, explica Gonzalo Delacámara, director de Economía del Agua en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados, en declaraciones publicadas por un artículo del diario El País de Madrid. “Además, esto sirve para garantizar que el agua que haya disponible llegue a priori dónde se necesita y conseguir liquidez en este mercado que eventualmente pueden financiar inversiones de mejora, orientadas a la conservación del recurso”, agregó. Para este economista que asesora a Naciones Unidas, la Comisión Europea o el Banco Mundial, “estos mercados de derechos pueden ser una herramienta de conservación, si se utilizan bien, lo que no siempre ocurre”. 

El artículo pone como ejemplo casos más controvertidos que el de EEUU, como Australia y Chile, donde se priorizó el desarrollo agrícola por encima de objetivos ambientales, otorgando en ocasiones derechos gratuitos y a perpetuidad para garantizar seguridad jurídica a los regantes. Delacámara explicó que eso llegó incluso a niveles absurdos como “en el valle de Copiapó en el norte de Chile se entregaron más derechos de uso que el agua efectivamente disponible en la cuenca”.